madrid. El eco del millón y medio de personas que el pasado miércoles salió a la calle y unió Catalunya de norte a sur reclamando su derecho a decidir no ha llegado a oídos del Gobierno español. Ayer era día de resaca y análisis de una jornada histórica y las posiciones se mantienen invariables. Mientras en Catalunya se insiste en el éxito que supuso la cadena humana convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), en Madrid el Ejecutivo de Mariano Rajoy reincide en su postura de mirar hacia otro lado y dejar pasar el tiempo. Así ocurrió el pasado año tras una Diada que reunió en las calles de Barcelona a más de un millón de personas y otro tanto de lo mismo ha sucedido en la actual situación. Rajoy continúa parapetado en su burladero y deja que sean miembros de su cuadrilla quienes salgan a poner sordina al clamor de la ciudadanía catalana.
Tanto la vicepresidenta del Ejecutivo Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, como el ministro del Interior, Jesús Fernández Díaz, o el presidente del Congreso, Jesús Posada calcaron su discurso: hay una mayoría silenciosa que se quedó casa. Y todo ello dentro de los límites que marcan la Constitución. Soraya Sáenz de Santamaría aprovechó su asistencia a una conferencia de prensa de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, para dejar clara la postura del Gobierno español. "El Gobierno tiene la obligación de escuchar y velar por las libertades de todos, incluidas las mayorías silenciosas que se quedan en sus casas. Tienen derecho a que velemos por sus libertades y también por sus opiniones", aseguró. Además, el diálogo al que asegura estar dispuesto el Ejecutivo español tiene un campo de juego muy delimitado: "El Gobierno habla y dialoga dentro de la Constitución con las comunidades autónomas porque somos el Gobierno de toda España".
En similares términos se expresó el ministro del Interior. Jorge Fernández Díaz, al uso de su cargo, lo primero que hizo fue rebajar la cifra de asistentes a la cadena humana. Si los organizadores y la propia Generalitat estimaron en un millón y medio las personas que secundaron la iniciativa de la ANC, el máximo responsable de Interior del Gobierno español, dividió esta cifra por tres. Además, y en sintonía con Sáenz de Santamaría, Fernández Díaz resaltó la "mayoría silenciosa de catalanes" que no acudió a la cadena y por los que -enfatizó- "también va a trabajar este Gobierno". Jesús Posada cerró el triángulo. El presidente del Congreso -formalmente la tercera autoridad de Estado español-, resaltó que ante la "numerosa" gente que participó en la cadena humana, "hubo otra mucha gente que no se manifestó". Pese a asegurar que no es la persona más indicada para hablar de este asunto, Posada dejó claro que no comparte las reivindicaciones de los manifestantes, "puesto que me gustan más las cosas que unen que las que separan".
La única voz discordante la puso el ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, quien reconoció que la "manifestación fue todo un éxito", al tiempo que apuntaba que es "preciso escuchar a la calle".
Reforzados Quien sí ha tomado buena nota de lo sucedido en la Diada es el Govern. Francesc Homs, conseller de Presidencia y portavoz del Ejecutivo catalán, aseguró sentirse reforzados por la respuesta de la ciudadanía, a quien se comprometió a no defraudar. De hecho, Homs aseguró que el Govern va a seguir la ruta de hoja marcada y apostó porque antes de final de este año se fije la pregunta y la fecha de la consulta que tendría lugar el próximo año de 2014. "La decisión en términos históricos está tomada. Aquí no podemos dar marcha atrás y lo que nos queda hacer como país es hacerlo posible", afirmó.
Homs aprovechó su comparecencia ante la prensa para replicar a la vicepresidenta del Gobierno español, a la que emplazó a dar vía libre a la consulta que propugna la Genaralitat para saber quién es y dónde está esa mayoría silenciosa a la que hizo alusión Sáenz de Santamaría. "Si hay un debate sobre dónde están las mayorías en Catalunya, señora vicepresidenta las cosas son muy fáciles. Queremos votar y ahí saldremos de dudas y aceptaremos el resultado", enfatizó.
El diputado de ERC en el Congreso de los Diputados Alfred Bosch ofreció también una solución a la vicepresidenta del Ejecutivo popular para cuantificar las mayorías silenciosas: "La única manera de romper ese supuesto silencio es que se hable. Y la forma de hablar de la gente en Catalunya, los del sí y los del no, es votando en las urnas".