VITORIA. Las relaciones entre el Gobierno vasco y La Rioja han sido manifiestamente mejorables en los últimos años. El presidente de la comunidad vecina, el popular Pedro Sanz, en el cargo desde 1995, no ha ocultado sus reservas ante el sistema del Concierto Económico, y ha acudido a los tribunales en más de una ocasión para recurrir las normas fiscales vascas o su blindaje, que precisamente buscaba evitar que las comunidades limítrofes recurrieran constantemente la normativa vasca ante la justicia ordinaria. Un posicionamiento que inevitablemente conducía a un tensionamiento de las relaciones entre ambos territorios. Por ello no pasó inadvertido que Sanz asegurara hace unas jornadas que la CAV y La Rioja podrían reconducir en breve sus relaciones y enterrar el hacha de guerra. Según explicaron ayer fuentes de Lehendakaritza a este diario, los gobiernos de las dos comunidades han abierto una línea de trabajo para limar discrepancias y primar el respeto institucional.

Los contactos se remontan al cambio de gobierno tras las elecciones vascas de octubre y, por el momento, se han circunscrito en buena medida al conflicto sanitario que estalló durante el mandato de Patxi López, cuando La Rioja se negó a atender a vascos de municipios limítrofes que, por razones de proximidad, habían acudido en los últimos años al hospital San Pedro de Logroño. En septiembre de 2011 y sin comunicarlo a las autoridades sanitarias vascas ni a los pacientes, La Rioja decidió dejar de atender, salvo en casos de urgencia, a ciudadanos procedentes de municipios como Oion, Eltziego o Biasteri, y adoptó una decisión similar con varias localidades navarras. Sanz reclamaba una compensación económica por los servicios, mientras desde la CAV se ponían sobre la mesa los 14.000 pacientes de La Rioja, Cantabria, Burgos y Nafarroa que eran atendidos desinteresadamente por Osakidetza. Lakua y La Rioja alcanzaron un principio de acuerdo en marzo del pasado año, que permitió restablecer la atención sanitaria a cambio, por ejemplo, de que los servicios vascos siguieran acogiendo de buen grado a los riojanos en aquellas especialidades que pudiera ofertar la CAV. El pacto tendría una vigencia de un año, pero sería prorrogado automáticamente si no hubiera incidencias.

Según las fuentes consultadas por este periódico, tras el cambio de gobierno en la CAV, el consejero de Salud, Jon Darpón, no tardó en levantar el teléfono al considerar que había que zanjar la controversia y buscar una solución. "Las negociaciones marcharon bien desde el primer momento entre ambas partes, y hubo un clima de entendimiento. El acuerdo está casi cerrado", explican desde Lakua. No obstante, las conversaciones no se limitarían a la disputa sanitaria, sino que Lakua y La Rioja están trabajando "otras cuestiones" que, de momento, prefieren abordar desde la discreción. Tampoco aclaran si el Concierto económico ha entrado en las negociaciones entre ambas partes.

Las dos administraciones han mostrado su voluntad de tender puentes y, de hecho, ya se han producido contactos al máximo nivel. En ese sentido, y según ha podido saber este periódico, el lehendakari y el presidente riojano tuvieron ocasión de entrevistarse a finales de julio de forma discreta e informal. En concreto, tras el accidente ferroviario de Santiago, y horas antes de asistir al funeral por las víctimas celebrado el 29 de julio, Urkullu y Sanz coincidieron en el aeropuerto de Loiu, y pudieron departir sobre la relación entre sus respectivos territorios en una de las salas de espera de la terminal. Los dos llegaron a la conclusión de que merecía la pena hacer un esfuerzo para normalizar relaciones.

En las próximas semanas podrá cerrarse una reunión oficial y pública, convocando a los medios de comunicación y con fotografía, un detalle al que desde Lakua conceden un valor simbólico tras años de enfrentamiento entre los sucesivos gobiernos vascos y la administración riojana. "Habrá una reunión para cerrar heridas y para que se los vea juntos", recalcan. En breve, además, podría cerrarse el pacto sobre la asistencia sanitaria de los alaveses en el hospital riojano.

del conflicto al acuerdo Aunque aún esté por ver el recorrido de las negociaciones, Sanz ha dejado ver sus expectativas al augurar que ambos gobiernos "harán historia". Si recondujeran sus relaciones, la CAV y La Rioja aportarían seguridad jurídica al conflicto sanitario y, además, incluso aunque no se tratara expresamente el debate del Concierto Económico en las conversaciones, la comunidad vecina podría templar su postura ante el sistema foral si lograran desactivar su enfrentamiento en otros ámbitos. Hasta la fecha, Sanz se ha opuesto a herramientas clave para el Concierto como el blindaje. El sistema fue aprobado en el Congreso en 2010 para que las normas fiscales vascas no pudieran ser recurridas constantemente por comunidades del PP o del PSOE ante la jurisdicción contencioso-administrativa sino que, a partir de ese momento, sería necesario llamar a la puerta del Tribunal Constitucional.

Por el momento, la CAV y La Rioja mantienen otros enfrentamientos en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja. El Gobierno Vasco llegó a anunciar su intención de abandonar "temporalmente" el órgano tras su desacuerdo con el proceso de elección del nuevo presidente de la Interprofesional del Vino de Rioja. Si cuajaran las negociaciones y abrieran una nueva etapa, la fotografía podría dar aire al lehendakari en un momento en el que Lakua también está recomponiendo relaciones con el PSE, con quien podría sellar un pacto sobre fiscalidad, reactivación, políticas públicas y arquitectura institucional el próximo mes.

El lehendakari y el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, en una sala de espera del aeropuerto de Loiu durante su reciente entrevista. Foto: dna

Urkullu y Sanz

se reunieron a finales

de julio para abordar la necesidad de normalizar sus relaciones

El presidente riojano

se ha destacado por su oposición al Concierto económico y al blindaje del sistema foral