Míriam Vázquez

Bilbao. Tras un paréntesis vacacional de cerca de dos semanas, el lehendakari calienta motores para afrontar los retos de un final de año que se prevé intenso y que alcanzará su punto álgido en el debate presupuestario. Iñigo Urkullu reapareció ayer en el Kursaal en compañía de la consejera Cristina Uriarte y de su mujer, Lucía Arieta-Araunabeña, para asistir al concierto de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, recuperando así una agenda pública que sumará otro hito mañana, cuando visite el centro de coordinación de emergencias de la Ertzaintza a las puertas del treinta aniversario de las inundaciones de Bilbao.

Sin embargo, no será hasta el viernes de la próxima semana, tras el tradicional Consejo de Gobierno de Miramar, cuando arranque un curso político que también se verá marcado por las elecciones europeas del 25 de mayo. El PNV podría presentarse con CiU tras haber recompuesto sus relaciones y haber defendido alguna iniciativa conjunta en el Congreso -particularmente en el caso Bárcenas- aunque difieran sus estrategias sobre autogobierno. Ese debate del nuevo estatus, y también la renovación del Cupo, la interlocución con Rajoy o la paz, ocupan un lugar destacado en la lista de retos que aguardan a Urkullu.

búsqueda de alianzas

Negociación entre PNV y PSE

El lehendakari tendrá ocasión de poner sobre la mesa buena parte de esos desafíos en el debate de política general que acogerá el Parlamento a finales de septiembre. Para entonces, se espera que hayan culminado las negociaciones de PNV y PSE para forjar un pacto global sobre fiscalidad, reactivación, arquitectura institucional y políticas públicas, de modo que, si llegan a buen puerto, el lehendakari podría poner de largo el acuerdo durante su intervención y subir al estrado en una situación más desahogada y menos presionado por su minoría parlamentaria.

Aunque el PSE se reserve el derecho a ejercer la oposición en los ámbitos situados al margen del pacto, el acuerdo podría allanar el camino para que viera con buenos ojos los Presupuestos del Gobierno. Lakua lograría así la mayoría necesaria para aprobarlos, un balón de oxígeno que le permitiría sacar adelante las primeras Cuentas de la legislatura tras la prórroga de mayo. Una segunda prórroga podría resultar letal para el Gobierno y conducir a una convocatoria electoral. Urkullu reconocía en la última entrevista concedida a este periódico que, aunque no llegó a barajar esa posibilidad tras la primera prórroga, se enfrentaría a un escenario mucho más complicado y difícilmente sostenible si se repitiera el veto en diciembre.

elaboración de las cuentas

El nivel de ingresos de la CAV

Si PNV y PSE llegaran a un pacto sobre la reforma fiscal en la primera quincena de septiembre, el Gobierno dispondría de la información suficiente para comenzar a elaborar en profundidad sus Presupuestos, ya que conocería las figuras impositivas que entrarían en vigor el año que viene y que condicionarían la recaudación y, por tanto, el grado de ambición de las distintas partidas de las Cuentas. Asimismo, y aunque la reforma aún debería obtener el aval de las Juntas Generales, Lakua también acudiría con los datos necesarios al Consejo Vasco de Finanzas de mediados de octubre, donde se redactará la previsión de ingresos de 2014.

Aunque la reforma pueda dar aire a la recaudación, no se esperan grandes alardes en las Cuentas teniendo en cuenta la maltrecha situación económica -el Ejecutivo admite que la CAV no creará empleo hasta 2015-, y la necesidad de cumplir los objetivos de deuda y déficit -en principio, un 1% para 2014- impuestos por el equipo de Mariano Rajoy.

PACTOS ECONÓMICOS CON MADRID

El Cupo y el déficit de 2013

En cuanto al objetivo de déficit de este año, la CAV y Madrid continuarán negociando en septiembre dada la falta de acuerdo entre ambas administraciones. El lehendakari apuesta por un 1,3%, mientras el Ejecutivo español cree que debería conformarse con un 1,2% y, de hecho, ha endosado ese objetivo a Euskadi unilateralmente a pesar de la singularidad del Concierto. Aunque la diferencia se traduzca en 66 millones, no haría peligrar la puesta en marcha de los planes de reactivación de Lakua y las diputaciones para este año, a los que seguirán dando forma en las próximas semanas. El pacto con Bizkaia y Araba avanza sin grandes sobresaltos, pero aún persisten diferencias con Gipuzkoa. Otra de las negociaciones que habrá de abordar el Gobierno es la renovación de la Ley de Cupo y la disputa de los 800 millones que adeudaría el Estado a la CAV por discrepancias en su aplicación. En cualquier caso, no se espera que una resolución favorable sobre esa deuda tenga efectos en la tesorería del Gobierno, ya que esos fondos se destinarían a cerrar ejercicios anteriores.

autogobierno

Duplicidades y nuevo estatus

En la elaboración de los Presupuestos del próximo año también podrían influir las decisiones que se adopten en relación a la arquitectura institucional y, en concreto, al ahorro que podría suponer la eliminación de la duplicidad de funciones entre los distintos niveles administrativos. La ponencia institucional comenzará a debatir al respecto, pero también sobre huesos duros de roer como la Ley Municipal, el próximo mes de septiembre. El debate sobre el entramado institucional ha estado presente en las negociaciones entre PNV y PSE, de modo que ambos partidos podrían acudir al Parlamento con mimbres sobre los que discutir con los grupos, si bien se auguran dificultades, ya que algunos puntos de la negociación podrían tocar unas cuestión tan sensible como la Ley de Territorios Históricos.

La Cámara también activará la ponencia sobre el nuevo estatus de Euskadi, que los jeltzales pretenden que sirva para instaurar una relación bilateral, en pie de igualdad, con Madrid. En ese punto se prevén mayores desencuentros con PSE y PP y, previsiblemente, el lehendakari habrá de emplearse a fondo para hallar un punto de encuentro. En cuanto a las medidas recentralizadoras del Gobierno español, Urkullu se enfrenta al reto de influir en la posición de un Rajoy que no parece atender sus peticiones. Aunque se hayan reunido recientemente -en julio-, el Gobierno Vasco admite que no obtiene respuestas a sus inquietudes. Por lo pronto, y en materia de copago farmacéutico, Lakua diseñará una compensación para los ciudadanos con ingresos más bajos para que comience a funcionar a finales de año y con efectos retroactivos.

nuevo tiempo

Ponencia de Paz y acuerdos

El lehendakari tratará de reconducir su relación con Rajoy no solo en términos de autogobierno, sino para avanzar en materia de paz y política penitenciaria. Tras un primer encontronazo con el Centro Memorial de las Víctimas -Madrid amagó con apartar a Lakua de su gestión a pesar de tratarse de un proyecto conjunto-, el Ministerio del Interior ha apostado finalmente por el consenso, y se espera que perfile el proyecto en septiembre para poder consignar una partida en las Cuentas de 2014.

En materia de paz, de hecho, se prevé un otoño caliente después de que Sortu anunciara pasos novedosos. Además, el regidor de Donostia, Juan Karlos Izagirre, ha adelantado su intención de celebrar una conferencia de alcaldes los días 10 y 11 de octubre que, según han especulado los partidos, podría servir de percha a un nuevo comunicado de ETA. Urkullu habrá de fijar postura ante el foro, que coincide en el tiempo con su viaje institucional a Estados Unidos, del 8 al 13 de octubre. El lehendakari también deberá gestionar las aportaciones a su informe de vulneraciones de derechos humanos -las recibirá hasta el 20 de septiembre y prometen ser muy críticas-, y tratar de reconducir los trabajos de la Ponencia de Paz en ausencia del PP y con un PSE que se ha apeado del tren a última hora, pero que podría reincorporarse una vez que la izquierda abertzale dé los pasos que ha anunciado.

Si PNV y PSE cerraran un pacto a mediados

de septiembre, Urkullu asistiría más aliviado al Pleno de Política General

El Parlamento arrancará el próximo mes la ponencia institucional, que podría tocar

el debate de la LTH

Urkullu y su esposa departen con Juan Karlos Izagirre. Foto: JAVI COLMENERO

el lehendakari retoma la actividad

Urkullu se enfrenta

al reto de encauzar

su relación con un Rajoy que, por el momento, no atiende sus propuestas

La Ponencia de Paz reanudará sus trabajos el próximo mes después de que el PSE se desenganchara del foro