roma. El líder del centro-derecha italiano, Silvio Berlusconi, compareció ayer en Roma durante una multitudinaria marcha convocada por su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL) precisamente para mostrarle su apoyo tras su condena en el caso Mediaset por fraude fiscal. Il Cavaliere reiteró su inocencia y arremetió contra los jueces, pero garantizó el apoyo del PDL al Gobierno de concentración del primer ministro Enrico Letta.

"No soy ni subversivo, ni irresponsables y nadie lo podrá decir. El Gobierno debe seguir adelante y aprobar las medidas económicas. Lo primero es el interés de Italia", ha declarado Berlusconi frente a varios miles de seguidores, congregados en la calle del Plebiscito, frente al Placio Grazioli, donde tiene una de sus residencias.

El ex primer ministro abrió su discurso agradeciendo la asistencia al acto. "Vuestro amor compensa el dolor y el sufrimiento (...). Ante la generosidad de tantas personas que se han reunido en Roma con 40 grados a la sombra, con el asfalto ardiendo, para expresar afecto y solidaridad, siento la necesidad de trabajar aún con más entusiasmo y pasión", declaró. Enseguida se refirió a su condena judicial y dijo estar pasando "los días más dolorosos" de su vida.

"Soy inocente. Siempre he sido uno de los primeros contribuyentes", aseguró en referencia al delito de evasión fiscal por el que ha sido ya condenado en firme. "Debo decir, mirándoos a los ojos como hice con los jueces, que soy inocente. Esta sentencia me castiga indebidamente. Nunca ha habido una facturación falsa en Mediaset", aseveró.

Berlusconi responsabilizó de esta condena a los jueces. "Para la magistratura sólo hay democracia cuando la izquierda está en el gobierno. Parte de la magistratura somete a los demás poderes. La magistratura ha intentado echarme de la política durante 20 años y ahora lo ha conseguido. Estoy aquí, yo me quedo aquí. No me importa", señaló.

El exmandatario concluyó su discurso dando las gracias visiblemente emocionado, prometiendo que "en los pocos días" que le quedan "nunca" olvidará este día y regresó al Palacio Grazioli para reunirse con la cúpula del PDL.

Los asistentes a la concentración, por su parte, se volcaron con su líder y se mostraron disconformes con la decisión adoptada por el Supremo, que consideran un nuevo ejemplo de la persecución judicial que existe contra Berlusconi.