Los fusiles silbaban balas, las bayonetas gemían contra el aire. El 21 de junio de 1813, Vitoria concentró el fragor de la batalla. Fue el combate más importante de la Guerra de la Independencia, el que marcó el fin de la ocupación francesa y forzó a Napoleón a devolver la corona española a Fernando VII, con una repercusión tal en toda Europa que el mismísimo Ludwig von Beethoven le dedicó una composición. Dos siglos después, la capital alavesa volverá a abarrotarse de sonidos para festejar la efeméride, entre un abigarrado centenar de actos. Pero, esta vez, sonarán notas de aire, cuerda y percusión. Un banquete melódico con más de 400 músicos que se prolongará durante todo el próximo fin de semana. Pinta bien, sobre todo si está al nivel del aperitivo de ayer. La plaza de la Virgen Blanca acogió a las diez de la noche un concierto de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, dirigido por la alavesa Inma Shara.

Cientos de aplausos rompieron el cálido aire de la noche gasteiztarra. Se preveía lleno y los pronósticos no erraron. Los asistentes disfrutaron de un repertorio de lujo, hilvanado por una docena de piezas. La sinfonía que el genial sordo compuso con motivo del conflicto bélico abrió y cerró el concierto. También sonaron las bandas sonoras de algunas de las mejores películas de la historia del cine, como Carros de fuego, Cantando bajo la lluvia, La vida es bella o Desayuno con diamantes. La función dejó un gran sabor de boca, justo lo que se esperaba de este acto como punto de partida para la semana clave de conmemoración del bicentenario de la Batalla de Vitoria.

Los conciertos volverán el próximo viernes a la ciudad. Se repartirán por cuatro escenarios, mediodía, tarde y noche. A lo grande, con motivo de la efeméride pero aprovechando también su coincidencia con el Día Internacional de la Música. La Virgen Blanca acogerá a las 13.00 horas los recitales de la Guridi Big-Band, con Iñigo Ibaibarriaga a la batuta, y de la versión txiki, bajo la dirección de Josetxo Silguero. A las 19.00 horas, la Marching Band de la Academia de Folklore y la Escuela de Música Aramburu saldrán de la plaza del Arca para dar la nota. En ese mismo escenario, sin moverse, tocarán los estudiantes de Udaberria. Un poco más tarde, a las 20.30 horas, Luis Aramburu tomará el testigo con una actuación. Y la Academia de Folklore hará lo propio, a las 20.00 horas, en la plaza Sefarad del barrio de Judimendi. Cuando anochezca, los motores ya estarán preparados para devorar el plato fuerte de la jornada.

La Banda Municipal regalará un gran concierto a las 22.30 horas frente al monumento de la Batalla de Vitoria, acompañada para la ocasión por el coro Samaniego, los alumnos y profesores de trompeta del Conservatorio y de la Escuela Municipal de Música. Bajo la dirección de Iker Olazábal, sonarán seis piezas: la Marcha militar número 15 y Zapfenstreich March, escritas por Beethoven para bandas de música militares; su gran obra La Batalla de Vitoria opus 91, conocida también como Victoria de Wellington, la que suena cada día a las 18.00 horas en el reloj de la Casa Consistorial; el Himno de la alegría, con la idea de contagiar al público del concepto de fraternidad; La misión, de Ennio Morricone, en alusión al Día Internacional de la Música; y La Paloma, de Iradier, la composición vitoriana más internacional y más versionada que repiquetea a mediodía en la Plaza Nueva.

Pero volvamos a ayer, porque la magistral función de la Orquesta Sinfónica de Euskadi no fue el único acto que recordó lo cerca que está ya el bicentenario. El Archivo Histórico Provincial de Álava acogió la presentación de un nuevo portal de Internet que recopila todos los documentos relacionados con la Batalla de Vitoria y la ocupación francesa en Álava entre 1807 y 1813. La página web (www.1813vitoria2013.org) brinda un sinfín de curiosidades a los navegantes. Por ejemplo, las cartas que Napoleón Bonaparte escribió desde Gasteiz en noviembre de 1808, documentación inédita sobre los saqueos galos en nuestro territorio, el testamento que el General Álava redactó antes de entrar en combate en Trafalgar, archivos de las Juntas Generales durante ese periodo o la digitalización completa de la Gazeta de Oficio de Bizkaia, el boletín oficial del gobierno militar francés en Euskadi en aquella época.

El portal también recopila mapas, planos, dibujos y hasta caricaturas de esos tiempos. Un trabajo de lo más completo financiado por la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco, en el que han colaborado el Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación alavesa y la Diócesis gasteiztarra. Todos ellos, bajo el paraguas de la Asociación Histórica Vitoria 2013, ese colectivo que se constituyó hace tres años precisamente con el objetivo de ayudar a todos los interesados a organizar actividades y proyectos par conmemorar el bicentenario del conflicto bélico. Además, su objetivo es que este acontecimiento sirva de sustrato cultural permanente para la puesta en marcha de eventos que aporten riqueza al territorio más allá del actual. Así lo recordó su director, Emilio Larreina, en la presentación de la web.

Muchas, muchísimas personas han aportado su grano para encumbrar la efeméride. También gente joven: 35 alumnos de Bachillerato del colegio Urkide han realizado, bajo la coordinación de tutor Juan José Barahona, un periódico sobre los años de la ocupación francesa y de la batalla: Gazeta Libre de Vitoria. La Diputación alavesa ha impreso 25.000 ejemplares, que ya están a la venta en la Sala Fundación Vital. Su precio es simbólico, de 0,10 euros, y todo el dinero que se recaude irá destinado al Banco de Alimentos. Conocimiento y solidaridad, de la mano.

El periódico recoge a lo largo de 24 páginas las crónicas de los principales acontecimientos que precipitaron la guerra. Se habla del 19 de abril de 1808, día en que Fernando VII llegó a Baiona engañado por Napoleón provocando el fin del reinado de los Borbones en España, la venida de José Bonaparte a Gasteiz o la estancia del gobernante francés en la ciudad, hasta llegar a la madrugada del 21 de junio. El desarrollo de la Batalla ocupa la mayoría de páginas, en las que se pueden ver reproducciones de cuadros con escenas de la contienda, un extracto del parte de guerra que Wellington envió a Lord Bathurst o un editorial sobre las fatales consecuencias del conflicto.

Quien llegue desinformado al bicentenario será porque quiere. Y quien no se entere el próximo fin de semana que se celebra esta efeméride será porque no habrá salido a la calle. La batalla de actos se acerca.