Iruñea. Ante una situación "preocupante" por la falta de voluntad del Gobierno español de avanzar en la solución del conflicto, la portavoz de Sortu Amaia Izko considera que solo mediante la unión de los agentes políticos y sociales se conseguirá hacer una fuerza que obligue al Ejecutivo de Rajoy a virar el rumbo de sus decisiones y promover un final ordenado y serio de un ciclo que es necesario cerrar.
¿Qué reflexión hacen de las recomendaciones del Foro Social?
El valor fundamental viene de la propia configuración del foro. Se pone en marcha ante la evidencia de que el Gobierno español y los principales agentes políticos del Estado no tienen ninguna voluntad de que pueda haber avances en el proceso de paz, lo cual no responde realmente a las necesidades ni al deseo de este pueblo ni trata de busca elementos para superarlo. Como sociedad civil, como otro tipo de protagonistas y con la voluntad y el objetivo de superar ese bloqueo, se pone en marcha el foro. Este es su principal valor.
El desarme, las víctimas y los presos son los tres temas más importantes que se han tratado en este foro. ¿En qué punto estamos en cada cuestión?
Ahora mismo el diagnóstico no puede ser positivo porque el Estado busca una situación de bloqueo. Y para muestra las agresiones y los obstáculos que pone. Estamos conociendo ahora unos muy palmarios como el juicio de las herrikos, la resolución de Bateragune o el propio mantenimiento de la política penitenciaria.
¿Qué propone Sortu para superar estas tres variantes del conflicto?
Un diálogo ETA-Estado para el desarme, excarcelaciones de todas las personas que están en la cárcel por motivación política, respeto y reconocimiento de todas las víctimas y la comisión de la verdad con el objeto de que esto no vuelva ocurrir, como garantía de no repetición. Relacionado con todos ellos pero en conjunto, el diálogo político de todos los agentes para una solución integral del conflicto, para ir más allá de las consecuencias y analizar también las causas.
El Foro plantea la reinserción de los presos desde un reconocimiento del daño causado. Esto no se aleja mucho de lo que planteaba la 'vía Nanclares' y que fue criticado. ¿Qué ha cambiado para que ahora lo acepten?
Hay una cuestión fundamental que recogen las propias recomendaciones y que Sortu ha planteado desde siempre y es que la solución que se dé al problema de los presos debe ser una solución integral. La diferencia con la vía Nanclares es que esta ha buscado una salida personal para unas determinadas personas en unas condiciones muy determinadas que ha puesto el gobierno de turno, y que han sido condiciones a través de las que atacar al resto del colectivo, incluso a la izquierda abertzale.
Sobre el desarme, el PNV propuso que el proceso podría llevarse a cabo directamente entre ETA y el Gobierno vasco, ¿comparten esta posibilidad?
El desarme es a día de hoy uno de los temas más serios que hay sobre la mesa y hay que tomárselo con esa seriedad y evitar esas ligerezas al hablar del tema, porque lleva incluso a la caricaturización de una cuestión que es muy seria. Las claves que a nivel internacional se utilizan en la resolución de los conflictos y la propia lógica impone que en una situación de desarme tome parte el Estado para que realmente se haga con seriedad, de forma ordenada y con total seguridad. Choca contra la lógica que se trate de excluir en un tema así al Estado.
¿Cómo debería de intervenir el Gobierno español?
Como sea, pero tiene que haber intervención del Gobierno. No tiene lógica pensar, como proponía Ortuzar, que puede haber un desarme sin una intervención del Gobierno del Estado. A veces esa ligereza nos da que pensar hasta qué punto se pretende disimular o desviar la atención o esconder la responsabilidad que realmente tiene el Estado y que no quiere asumir en ese tema.
Pero algo habrá que hacer si el Gobierno no da ningún paso?
Algo habrá que hacer pero creemos que la solución no pasa por la frivolidad. Tenemos que cambiar las perspectivas y contribuir todos para que los diferentes agentes políticos sociales y sindicales y los grupos consigamos cambiar ese parámetro y esa actitud del Estado. No podemos caer ni en la frivolidad ni en la desesperanza. Hay que superar esta traba pero no pintando escenarios imposibles que no sirven para resolver la cuestión de fondo, sino realmente implicándonos para que cambie esa falta de voluntad.
¿Existe el peligro de que ante esta inmovilidad de los gobiernos ETA vuelva a la actividad?
Eso lo desmiente la realidad todos los días. A los hechos me remito. Creo que hay quien confunde deseos con realidades cuando afirma eso y trata de desviar la mirada de quien tiene la responsabilidad, es decir, el Gobierno, y de la falta de responsabilidad con la que está actuando. Eso creo que no se sostiene porque lo dice la realidad, los hechos. La propia organización en cada aparición pública que ha hecho está repitiendo cuál es su posición definitiva.
¿Qué pasa aquí para que se haga una lectura tan diferente para alcanzar la solución a años de conflicto?
El Gobierno español no tiene absolutamente ninguna oferta democrática para este pueblo y a través de ese bloqueo lo que busca es frenar el abordaje político que aquí está ocurriendo y que le está exigiendo hace tiempo ya la mayoría de la sociedad vasca.
¿Qué le parece el anuncio de reuniones entre PNV y PSE para llegar a consensos en la CAV?
Si se consigue llegar a ese acuerdo sería absolutamente decepcionante. Por muchos motivos. En primer lugar, es un gesto de desprecio a la sociedad vasca porque el PNV pasa por encima de la fuerza que ocupa el segundo lugar en representatividad con lo cual, pasa por encima de un sector muy amplio de la sociedad vasca. También es decepcionante porque un pacto en este momento en las coordenadas en que se busca entre PNV y PSE no tiene ninguna capacidad de solucionar los dos problemas principales que en estos momentos tiene la sociedad vasca.
¿Cuáles son?
La necesidad de resolver el conflicto político y la necesidad de salir de una situación económica penosa. Un acuerdo entre estos dos agentes no tiene ninguna virtualidad no puede resolver ni una cuestión ni la otra.
¿Qué proponen?
Es necesario ir a un acuerdo de país con mayúsculas, con intervención e implicación de los diferentes agentes políticos, sociales y sindicales implicados en la sociedad, en la búsqueda de una verdadera alternativa, de nuevas políticas, nuevas formas de hacer que pongan a las personas y a los derechos sociales en el centro y no otra clase de intereses. El pacto entre PNV y PSE solo busca y solo puede encontrar la estabilidad de un gobierno que se ha presentado como absolutamente débil. Eso no sacia ninguna de las medidas urgentes que necesita la sociedad.
¿Dónde pueden encontrarse entonces las dos primeras fuerzas del Parlamento Vasco?
PNV y EH Bildu se pueden encontrar en ese pacto de país, en ese acuerdo de país que tome en consideración a esos agentes y que busque alternativas reales a la situación que estamos viviendo hoy en día, ahí nos podemos encontrar. En un ofrecimiento, aunque lo hubiese, de mantener el actual sistema, las actuales políticas neoliberales y pasar por encima de los derechos sociales de las personas, el camino de EH Bildu y del PNV no se va a encontrar.
Ese posible pacto entre PNV y PSE podría afectar al acuerdo que Bildu y PSE tienen en la diputación en materia fiscal?
Una cosa no va con otra, tenemos que intentar -buscando siempre el aseguramiento y el beneficio de las personas y sus derechos sociales- los acuerdos que nos permite continuar en ese camino y en esa disposición vamos a continuar.