BILBAO. "Gürtel es el océano y Bárcenas un afluente" que se ha erigido en el foco de un modelo de recaudación ilegal que ha quitado la careta al proceder del PP, colaborador principal de la red tejida para "no despertar" la bestia en el exsenador popular y donde Ekaizer, a través de su libro (El caso Bárcenas, Editorial Espasa, 2013) esboza la conducta no solo del protagonista, sino también del ahora presidente español, Mariano Rajoy, el exdiputado Jorge Trías, el juez Antonio Pedreira -a quien se presiona para desimputar a Bárcenas antes de que apareciera su cuenta en Suiza-, Federico Trillo y demás secundarios necesarios en la trama.

¿Tirará de la manta Bárcenas?

Nunca, ni por asomo, porque perdería uno de sus grandes elementos de presión. Tiene material de sobra para que caiga el Gobierno, pero se limita a tirar de la punta de la sabanita porque le basta con controlar a gente como Cospedal o Moragas.

El caso irrumpe en el gran público el pasado enero pero en su libro desbroza una operación de años.

Aquí se trataba de cercar a Pedreira para conseguir el sobreseimiento de la causa contra Bárcenas, que es la columna vertebral del tinglado, que se remonta a 1991, con el caso de otro extesorero popular, Naseiro. Bárcenas empezó a chantajear con unos papeles que aporta a Trías donde se recoge su hábil sistema de donativos y aportaciones de empresas. Lo hace porque se siente hostigado por el sector de Cospedal, pero no para que se filtren, sino para que se use. Ocurre la gran catástrofe de que no los controla y aparecen publicados. Y a partir de ahí Bárcenas y el PP tratan de negar la evidencia siguiendo la misma estrategia jurídica. Lógicamente, el juez Ruz expulsa al PP del procedimiento porque es parte del mismo, un modo de proceder que era una vieja idea de Trillo.

Cercan a Pedreira, que trataba de ser honrado y, sobre todo, de no acabar como el juez Garzón.

Toma decisiones coherentes pero las incesantes visitas de Trías, de hasta dos o tres veces por semana y hasta fines de semana durante dos años y medio, le influyen y dan sus frutos. Pedreira creía que podía cerrar el caso de forma conveniente para él y quitárselo de en medio. En 2010 sobresee el caso de Rosalía Iglesias, la mujer de Bárcenas, y en 2011 le presionan para que lo haga con este mediante reuniones espectaculares. Por ejemplo, con Alfredo Prada, consejero de Justicia con Esperanza Aguirre. La apoteosis es cuando Bárcenas acude a la iglesia de Montepinar en Chamartín porque sabe que el padre Francisco Santos es confesor de Pedreira, íntimo suyo desde 2000, cuando el juez le ayudó en una oposición para abogado. Bárcenas se acerca a escuchar las homilías de Santos, le pide que le confiese... para acercarse a Pedreira. En ese contexto se produce un sobreseimiento que es ilegal porque el Tribunal de Justicia de Madrid pierde la competencia, ya que los diputados autonómicos que estaban en la causa renuncian a su escaño. Bárcenas perdió el fuero y pasa a la Audiencia Nacional, que revoca la sentencia exculpatoria de Pedreira -con diligencias pendientes- y dice que el tema no es de pruebas, sino de que no podía dictar esa resolución. Solo se explica por esta tela de araña a través de la iglesia, Trías, Rajoy mandando mensajes, Trillo jactándose de que controla los juzgados... Y Pedreira se convierte en un insecto.

Y Bárcenas alardea de poder.

Lo ejerce en el restaurante Rianxo, cuando come con el extesorero Lapuerta y un diputado del PP de Lleida. Ve al comisario jefe de la policía judicial y le suelta: "Sé todo sobre ti. Tu mujer es del PP, ha votado al PP, a tu hijo le hemos ayudado, a tu hija...". Intimidando. Esto llega precedido de una declaración en 2009 de Cascos, para quien la policía judicial hace un montaje contra Bárcenas.

Plasma que Rajoy sabe desde hace tiempo que tenía un problema.

Lo constatan dos escenas. La primera, en Bilbao. Es el funeral de Guillermo Luca de Tena, que muere el 6 de abril de 2010, día en que Pedreira levanta el secreto de sumario y al día siguiente los diarios se inundan de noticias de Gürtel. Trías acude a ese funeral y a la salida se topa con Rajoy, que le dice: Vaya problema tenemos con este, por Bárcenas. Día en que Rajoy, por un lado, y Arenas, por otro, negocian que deje de ser el tesorero. Una escena de El padrino español, con curas y la pasta corriendo. Luego, la de enero de 2013, cuando en una reunión del PP en Bilbao, Regino García-Badell, director de Gabinete de Aguirre, habla de los tres sueldos de Cospedal que vieron la luz y dice: Esto no es nada con lo que va a salir, en referencia a los sobresueldos.

¿Acabará como el 'caso Naseiro'?

No, no puede. Ahí se obtuvieron las pruebas sobre financiación ilegal del PP a través de una investigación de narcotráfico. Entonces se salvaron, pero se permitió que siguiera el sistema perverso de presunta financiación ilegal. Existe una conexión.

La verdadera lacra reside en aquellos que donaron ese dinero.

Es la gran lacra, el dinero de lo que llaman complementos puede estar sujeto a retención, pero ya sabemos que está bajo investigación y que en esa contabilidad hay 7,5 millones de euros que es dinero sucio. Empresas que han violado las normas de donaciones anónimas, y en la cúpula del PP se repartían parte de ese dinero sucio. Bárcenas es la hoja de ruta.

Sostiene que estamos al principio del caso del 'gran recaudador'.

Gürtel es ya un episodio; el caso es Bárcenas y el reparto de la pasta. Su figura es tremenda. Hace ostentación de inteligencia, de fortaleza física, como buena formación alemana. Practica montañismo, hizo una expedición al Everest, practica heliesquí... Y a aquel que no lo hace, Bárcenas le llamaría paleto. Y luego está ese Bárcenas que presenta un escrito al director de la Policía, Ignacio Cosido, para que se dirija a la UDEF, la unidad de delincuencia, para que un informe explique bien que él no es Luis, el cabrón. Bárcenas se cree que es su policía, piensa que ¡cómo es posible que sea la de Rubalcaba!

¿Frustrará el porvenir de Rajoy?

Rajoy tiene su hoja de ruta. Lo tiene todo previsto. Lo anunció en enero de 2010 en una entrevista: Hasta donde yo sé no hay financiación ilegal, dijo. Le preguntaron si dimitiría si se demuestra, y respondió: No, porque yo no lo he hecho. Es como el junco cuando se dobla pero siempre queda en pie. Ahora irrumpe Aznar, que va de farol. y que lo hace porque siente que el PP no le ha defendido. Parte del problema de Rajoy es que ejerce de gran encubridor; Aznar participa en el origen y desarrollo de la red Gürtel, con Rajoy a su lado.

¿Qué peso tiene en el relato reciente la figura de Cospedal?

Cuando estalla Gürtel lleva poco. No le gusta Bárcenas por razones de poder, porque le gustaría tener su tesorero. Va tentándose la ropa, pero se cuadra cuando toca pagarle 23.000 euros al mes en abril de 2010 a Bárcenas y darle de alta en la Seguridad Social. Cuando sale la cuenta en Suiza no le quita de nómina hasta ese 31 de enero donde ya huele...