vitoria. Es difícil que un organizador de eventos haya encontrado en su vida mejor chollo que el Iradier Arena como recinto de espectáculos. El Ayuntamiento de Vitoria recaudó el año pasado tan sólo 4.379 euros por diecisiete actividades, a pesar de que el precio de alquiler era de 17.630 euros al día, debido a bonificaciones que el gabinete Maroto aplicó de forma unilateral para ganarse clientes. Descuentos "irregulares", según PSE y Bildu, a los que ayer el PP puso fin aprobando junto al PNV una nueva tasa más razonable, de 4.886 euros diarios, para garantizar un uso continuado del equipamiento sin caer de nuevo en cuestionables operaciones. El equipo de gobierno quiere mirar al futuro, pero seguramente el pasado continuará persiguiéndole por un tiempo. Fue mucho, muchísimo, el dinero perdonado durante 2012 a grandes empresas privadas.
El Baskonia -con quien hay convenio- hizo uso gratuito del Iradier los dos primeros meses del año, con dos partidos de baloncesto contra el Fuenlabrada y el Asigna Manresa, amén de sus sesiones de entrenamiento hasta el regreso al nuevo pabellón de Salburua. En marzo, del 1 al 3, el multiusos acogió la XV Feria de las Rebajas. En abril estuvo vacío, y el 26 de mayo albergó el concierto de Melendi (con otras cuatro jornadas para montaje y desmontaje). En junio llegó el show de freestyle y de coches acrobáticos, con tres días de preparación y desmontaje más el del espectáculo. Julio se destinó a la organización de la feria taurina, que disfrutó del equipamiento de forma exclusiva durante el mes de agosto, con corridas de toros, vaquillas, novilladas y recortadores en La Blanca.
El nuevo curso arrancó con Leo Harlem. Del 10 al 13 de septiembre se procedió al montaje del Salón sin Barreras, que tuvo lugar del 14 al 16. El 28 se armó el escenario para el torneo medieval, celebrado los días 29 y 30. Ya en octubre, una semana estuvo reservada para la III Feria de Bodas. Otros seis días fueron para preparar y llevar a cabo el concierto de Marea y Radio Plebe, y otros tantos para el acondicionamiento y festejo del mercado de trueque de libros. Noviembre fue el mes de Manolo García, y diciembre el de las pruebas escritas de Tuvia y la Fiesta de la luz de la paz de Belén.
"Todo esto forma parte de una maniobra para tapar chanchullos muy graves, como es aplicar un precio público de manera arbitraria fuera de la tasa vigente", volvió a denunciar ayer el concejal de Bildu Antxon Belakortu.