VITORIA. El Ministerio Fiscal había pedido para él dos años de cárcel por un delito de atentado a la autoridad y 600 euros de multa por varias faltas. Sin embargo, el juez rebaja las penas al considerar que los hechos probados deben considerarse un delito de resistencia.

El suceso, según se recoge en la sentencia, tuvo lugar el 24 de noviembre de 2011 al término de un sorteo de viviendas protegidas celebrado en el Palacio Europa.

El hombre de 60 años, que usaba muletas, se acercó a la mesa presidencial para mostrar su desacuerdo con el resultado y se dirigió a los responsables del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco con expresiones como "hijos de puta", "para el año que me queda de vida me voy a comprar una pistola y os voy a matar a todos" y golpeó la mesa con una de sus muletas.

Varios agentes de la Policía Municipal trataron de que se "calmara" y le invitaron a que abandonara el recinto.

En el trayecto, el hombre los amenazó, intentó dar un puñetazo a uno de los agentes, sin conseguirlo, y se abalanzó sobre otro, al que agarró del cuello y logró tirar al suelo, además de darle patadas y lanzarle puñetazos.

A consecuencia de estas agresiones dos agentes sufrieron varias contusiones que no les produjeron secuelas.

Durante el juicio por estos hechos celebrado el mes pasado el acusado negó que profiriera insultos o amenazas y también que se resistiera. Incluso afirmó que fueron los agentes los que le agredieron a él, una denuncia que, según se recuerda en la sentencia, fue archivada por el juzgado instructor.

Esa declaración contrastó con la versión de los agentes y de varios testigos que relataron su actitud agresiva.

El juez considera que ha quedado acreditado de "manera indubitada" que el acusado golpeó la mesa presidencial con la muleta y que llegó a amenazar e insultar a los funcionarios del Gobierno Vasco, por lo que le considera autor de una falta contra el orden público y le impone una multa de 75 euros.

Añade que la "fuerza empleada" por el acusado contra los agentes no estuvo movida por el mero ánimo de lesionarles sino para oponerse a las órdenes de que saliera del recinto y por ello considera que debe ser condenado por un delito de resistencia a siete meses de cárcel.

Finalmente le impone una multa de 225 euros por las lesiones que causó a los agentes.

Contra esta sentencia cabe interponer un recurso ante la Audiencia Provincial de Álava.