Vitoria. Hace unos años montar un negocio propio parecía cosa de personas extremadamente intrépidas, con las cosas muy claras y un espíritu infatigable. Hoy, para los jóvenes alaveses, encontrar un simple trabajo por cuenta ajena es lo que exige audacia y un ánimo inquebrantable, y por ello son muchos los que deciden poner toda la carne en el asador y crear su propia empresa. Según explica David Rodríguez Carazo, de Ajebask, la asociación de jóvenes empresarios de Álava, con la crisis ha crecido el número de personas que acuden a sus instalaciones a pedir asesoramiento para convertir en realidad sus sueños desde una perspectiva real y viable.
"Muchas veces es una cuestión de necesidad, a los jóvenes no les cabe otra salida que montar un negocio", señala Rodríguez, quien explica que buenas ideas hay, pero que el problema principal es encontrar la financiación para llevarlas a cabo. El banco ya no es una solución, en todo caso puede convertirse en un grave problema. Por ello, explica Rodríguez, hay que aprender a mover el proyecto, transmitir la ilusión propia de despacho en despacho y convencer al potencial inversor de que no va a tirar su dinero.
"A día de hoy todavía se puede hablar de ayudas y subvenciones públicas estatales y locales, y por otro lado está la financiación privada, que ya no se encuentra tanto en cajas y bancos como en inversores privados, en las sociedades de capital riesgo... se trata de pasear el proyecto por diferentes inversores y buscar la mejor opción", señala el experto de Ajebask, quien afirma que hasta la sede de los jóvenes empresarios alaveses va gente de todo tipo. No existe un perfil único, hay personas con estudios, sin estudios, con diferentes proyectos empresariales. Tanto unos como otros suelen ser extrabajadores por cuenta ajena que han perdido su puesto o que quieren trabajar en aquello que han estudiado, y ven el autoempleo como única posibilidad para hacerlo.
Y, con la actual situación económica, ¿en qué ámbito se puede abrir un negocio rentable? "Las franquicias son una inversión más o menos segura, la compraventa de artículos de segunda mano, el outsourcing, que es contratar servicios de fuera de la empresa, y por supuesto todo lo que conlleve una base tecnológica", afirma Rodríguez Carazo.
no pillarse los dedos Por otro lado, no basta una buena idea para crear un negocio próspero, hace falta conocer el mundo de la empresa en sí, hay que saber de números, y tanto la Cámara de Comercio como el Ayuntamiento de Vitoria o la propia Ajebask ofrecen cursos gratuitos para que el joven no se pille los dedos, algo que suele ocurrir con relativa frecuencia.
"A veces la prisa, el que te guarden sólo un tiempo el alquiler de un local, o el hecho de que la franquicia tenga prisa por firmar, hacen que te saltes pasos, sobre todo en lo económico, y eso da lugar a que el proyecto sea erróneo", señala el representante de Ajebask, que apunta otro tipo de errores que hay que evitar cuando se lanza uno a la aventura de crear su propio negocio. "Muchas veces no se conoce suficientemente el mercado donde se va a meter uno. Otro error es que emprenden varias personas y surgen discrepancias de ideas que no se llegan a solventar, no tienen un objetivo común; y luego, por otro lado, está la previsión económica insuficiente", explica.
Ante todo, apunta Rodríguez, hay que intentarlo. "Si la idea es buena, viable e innovadora, que es la clave, al final se consigue; es duro y hay que luchar, la situación es complicada y no es el mejor momento, pero tampoco el peor", asegura.