Vitoria. El líder del Araba Buru Batzar está exultante. "No diré que los resultados han sido históricos, pero...", y elige no acabar la frase dejando que hable su sonrisa de satisfacción. Sin embargo, también es consciente del exigente curso que se abre ante su partido, que tendrá que esforzarse más que nunca en la forja de acuerdos. Tanto en Euskadi como -si es posible- en Madrid. Eso sí; sin dramatismos y "en su momento", señala, mientras busca en el espejo vasco el reflejo escocés.
¿Cómo interpreta el aval que ha recibido el PNV? ¿Qué mensaje cree que envía con él la ciudadanía?
Yo creo que fundamentalmente han confiado en una trayectoria de casi 30 años al frente del Gobierno Vasco -con nuestros errores, que también somos humanos-, pero que nos avala como buenos gestores. Y la prueba está en que a lo largo de los sucesivos gobiernos nacionalistas este país alcanzó unos niveles de bienestar como no había tenido nunca. Y eso creo que ha primado en una ciudadanía que quería gente con los pies en la tierra, que diga la verdad. Que no prometa lo que no va a poder cumplir y que tenga una trayectoria.
¿La gestión se ha impuesto entonces al debate identitario?
No, yo creo que es una suma de las dos cosas. Nosotros hemos dicho muy claro a lo largo de la campaña que nuestra prioridad será luchar contra la crisis y contra el paro. Pero no es menos cierto que nuestro programa electoral tenía otras dos columnas vertebrales, que son recorrer el camino que nos queda para la total normalización de este país y para restaurar esa convivencia que ha estado tan deteriorada durante demasiados años, y buscar un nuevo status de relación con el Estado. Por ese orden. Y para lograr estos tres objetivos, creemos que es el momento de buscar grandes consensos con todas las formaciones.
En este sentido, parece que el pacto va a ser una herramienta clave; una necesidad. ¿Es partidario de hacerlo girar en torno a la famosa 'geometría variable'?
Pues mira; la semana que viene iniciamos la primera ronda de contactos con todas las formaciones, para testar la actitud que tiene cada una. Nosotros iremos con una propuesta concreta inicial, y a partir de ahí veremos las posibilidades de alcanzar algún tipo de acuerdo parlamentario. Pero probablemente haya que caminar por esos derroteros, sí; por buscar esa geometría variable.
Osea, que a priori no se prima ni descarta el pacto con ningún partido.
No. Nosotros lo que queremos proponer son grandes acuerdos con todas las formaciones políticas, porque esos tres pilares de los que antes hablaba -lucha contra la crisis, convivencia y nuevo estatus- requieren de grandes consensos, y eso es lo que vamos a intentar lograr. Otra cosa es lo que se pueda conseguir, pero en la coyuntura en que estamos, apelando a la responsabilidad de todos los partidos, probablemente haya que anteponer las necesidades de los ciudadanos a los intereses particulares de cada uno.
Hablando de acuerdos, ¿confía en que Rajoy escuche a las mayorías claras que buscan desde Euskadi y Catalunya un nuevo encaje en el Estado?
Para mí es una evidencia que el Estado de las Autonomías se creó con la intención de diluir estas reivindicaciones, pero creo que se ha demostrado que no funciona. Ni en lo económico ni en lo político. Hay autonomías que están pidiendo devolver competencias al Estado, por lo que creo que éste tiene que reconocer, con absoluta normalidad y de una vez por todas, que aquí existen unas nacionalidades históricas que tienen sus derechos y que quieren buscar una fórmula de relación absolutamente novedosa con el Estado. Y eso no tiene que producir ni miedos ni tensión. Yo miraba con absoluta envidia al primer ministro británico estrechar la mano del escocés y decirle: hala, pues adelante, hagan ustedes el referéndum. Sé que nos llevan siglos de democracia, pero sigo creyendo que es absolutamente normal que se haga la pregunta correspondiente al pueblo soberano. En su momento, que ya te digo que nuestra prioridad ahora es la lucha contra la crisis económica porque es lo que nos demanda la sociedad.
¿Ve factible convocar una consulta de ese tipo en esta legislatura?
Pues no lo sé, porque no tengo una bola de cristal, pero lo que sí digo es que nosotros lo vamos a intentar.
Volviendo a la lectura de los resultados, ¿qué fue lo que más le sorprendió? ¿La victoria en Álava?
Hombre; el ganar en Araba y ser la primera fuerza para mí fue algo, no voy a decir histórico porque se abusa de ese término, pero lo cierto es que hace 18 años que yendo en solitario y habiéndose podido presentar todas las sensibilidades no lo lográbamos en unas autonómicas. Y lo de Gasteiz fue también importantísimo, porque no habíamos sido primera fuerza desde los tiempos de Cuerda.
¿A qué cree que se debe esta evolución, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia que supone frente a las recientes municipales y forales?
Pues sí, ha sido fuerte y en poco tiempo. Pero creo que la gente ha valorado que, en Madrid, ante esta situación el PSOE no fue capaz de intuir la verdadera envergadura de la crisis y el PP no está adoptando las medidas que nos saquen de ella. Y que, en Euskadi, el PSE no puede exhibir un balance positivo de su gestión al frente del Gobierno Vasco y el PP ha hecho un quiebro paradójico, porque parece que recuperaron a mitad de campaña el discurso de San Gil, Oreja y la división. Y éste es el resultado que han cosechado en una ciudadanía que ha optado por confiar en un PNV que recuerda sacando a este país de otras crisis. Ahora queda lo más difícil, que es no defraudar esa confianza.
¿Y cómo lee los resultados de Gipuzkoa, donde la caída de EH Bildu les ha dejado en un puño?
Yo siempre digo que una cosa es predicar y otra dar trigo. Y mientras uno va detrás de la pancarta y no tiene compromisos de gobierno es fácil criticar y hacer promesas, pero cuando tienes la responsabilidad de gestionar instituciones, la gente te juzga. El gobierno tiene sus complicaciones, desgasta, y es probable que muchos de los que les dieron su confianza en las forales, vista su trayectoria, hayan votado pensando que igual ese proyecto no les convence tanto como creían.
En todo caso, el pasado martes había una primera prueba para la capacidad de llegar a acuerdos en el Consejo Vasco de Finanzas y se reprodujeron los encontronazos...
Pues fíjate. Y de ahí salen cosas que influyen muchísimo sobre el dibujo presupuestario. Pero se trató de dar la vuelta a lo que recogía el acuerdo del año pasado, y eso no era lógico.
¿Es un reflejo del camino que queda por recorrer para llegar a esos grandes acuerdos de país?
Es que creo que estos no se pueden ceñir exclusivamente a los temas presupuestarios. Y, en lo económico, habrá que controlar la deuda, el déficit,... pero también habrá por ejemplo que buscar entre todos fórmulas para impulsar la economía y generar empleo, proceder a una revisión serena del sistema tributario y ser eficaz en las administraciones.
¿Espera que se vean con normalidad entendimientos progresivos novedosos como los de PSE y EH Bildu en temas como la reforma fiscal?
Ya estamos viendo acuerdos entre Bildu y el PP... La normalidad política tiene que ver también con que se llegue a acuerdos entre quienes hasta ahora no los habían suscrito. Y ojalá sea cada vez más habitual. Yo lo que digo es que, para la revisión del sistema tributario, tenemos que estar todos para hacer un debate sereno. Lo demás, se andará.