Madrid. Los reyes presidieron ayer el desfile militar de la Fiesta Nacional más austero de los últimos años, en el que no se oyeron abucheos contra el jefe del Gobierno, como ocurrió repetidamente contra José Luis Rodríguez Zapatero. Sin exhibición aérea, sin vehículos acorazados ni blindados y con la participación de unos 2.600 militares -400 menos que el año pasado-, el desfile transcurrió con más tranquilidad y frialdad que en ediciones anteriores.
Tan solo destacaron los aplausos del público a los reyes, tanto a su llegada como a su despedida de la plaza de Neptuno, donde se ubicaban las tribunas de autoridades.
Rajoy, que asistía su primer desfile como presidente del Gobierno y pese a protagonizar uno de los mayores recortes de toda la historia de la democracia, fue recibido en silencio por el público, frente a los tradicionales pitidos y abucheos que soportó Zapatero durante sus últimos años de mandato.
Entre las ausencias más destacadas al desfile, aunque ya anunciada, estuvo la de los duques de Palma y la de la mitad de los presidentes autonómicos, entre ellos los de la CAV y Catalunya. Entre los asistentes al acto, sin embargo, se encontraban los dirigentes de Aragón, Asturias, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y Castilla-La Mancha, además del de la ciudad autónoma de Ceuta.
El desfile comenzó pasadas las 10.30 horas con la llegada de los reyes, quienes acompañados por los príncipes de Asturias, fueron recibidos por Mariano Rajoy.
Tras la interpretación del himno nacional y el izado de la bandera, el rey, vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, pasó revista a las tropas a pie, mientras que el año pasado lo hizo en un vehículo militar por su operación del tendón de Aquiles. A continuación se desarrolló el solemne acto de homenaje a la bandera y a los caídos en acto de servicio, que culminó con el sobrevuelo de la patrulla Águila, dibujando en el cielo los colores de la bandera española. Entonces los 2.600 militares de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, con unos 50 vehículos ligeros, entre motos y coches, comenzaron su desfile, que se desarrolló entre las plazas de Atocha y Colón, también en un recorrido 150 metros inferior al del pasado año.
Desfilaron los guiones más representativos de las unidades de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, así como efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y del Regimiento Alcántara, recientemente galardonado con la máxima distinción en recuerdo a los muertos del desastre de Annual.
No faltaron los efectivos de la Legión, con su tradicional ritmo de 160 pasos por minuto acompañados por su mascota -un carnero-, y los Regulares, con su ritmo lento de 90 pasos por minuto.
También marcharon efectivos de la Brigada Paracaidista que participaron en la misión de Afganistán, de la Guardia Real, de la jefatura de Tropas de Montaña y de las academias militares del Aire, Tierra y la Armada. Una hora después, cerraron el desfile unidades a caballo, con un escuadrón Hipomóvil de la Guardia Real y un escuadrón de Sables de la Guardia Civil. Los recortes este año impidieron ver a los aviones y helicópteros, el tradicional salto de los paracaidistas con la bandera española que se posan frente a la tribuna de autoridades o el paso de carros de combate por el asfalto de las calles madrileñas.
Tras el desfile, los reyes ofrecieron una recepción en el Palacio Real para conmemorar este día, que se celebra bajo el lema "Nuestra fuerza somos todos".