VIENA. Si el tiempo lo permite el deportista de alto riesgo Felix Baumgartner tratará de cumplir mañana su sueño de ser el primero en superar la velocidad del sonido en una caída libre desde la estratosfera, después de que el martes se suspendiera el lanzamiento por el fuerte viento.
Si el programa se cumple, la cápsula arrastrada por un gigantesco globo de helio que debe transportar a Baumgartner hasta una altura de 36.576 metros de altura comenzaría su ascensión sobre las 12.30 horas GMT y el salto se producirá sobre las 16.00 horas GMT.
"Queremos extender los límites de la humanidad un poco más", ha dicho hoy Baumgartner en una red social sobre lo que significa el proyecto.
El martes, cuando el austríaco de 43 años ya estaba sentado en la cápsula, listo para el despegue, se suspendió la misión debido a una fuerte ráfaga de viento.
"Estaré orgulloso de ser la primera persona en romper la barrera del sonido en caída libre. Pero sé que parte de toda esta experiencia también ayudará a que los futuros traje presurizados para los turistas espaciales y aviadores sean más seguros", declaró Baumgartner en una entrevista difundida hoy por el patrocinador.
"Sé que mi familia y amigos van a ser más felices cuando esté de vuelta a la tierra sano y salvo", agregó.
También relató que las muestras de ánimo de todo el mundo son un acicate para seguir adelante.
"Todos los días recibo mensajes de personas de todo el mundo. Uno de ellos, un niño de 13 años que lucha contra el cáncer, me dijo: 'La forma en que has seguido adelante con este proyecto me da fuerzas para luchar mi propia batalla'. Todos estos mensajes son una gran motivación", confesó.
Los últimos días los ha pasado con su familia y amigos, desplazado a Roswell, según explicó, y ha seguido su programa de ejercicios para estar a puntos para el salto.
"Todo lo que esperamos ahora es el tiempo", concluyó.
Para garantizar un ascenso sin peligros, en los primeros 250 metros de altura la velocidad del viento no debe de superar los tres kilómetros por hora, según los expertos del proyecto.
Además, sólo queda un globo de reserva, por lo que de utilizarse posiblemente el proyecto deba de cancelarse hasta dentro de varios meses.
La película sintética que conforma el globo es muy delicada, ya que el plástico en el que está fabricado es de apenas 0,002 centímetros de grosor, diez veces más delgado que las bolsas de plástico que se utilizan para congelar alimentos.
Los diez operarios que lo manipulan usan guantes de algodón para no dañarlo, y una vez desplegado no puede volver a utilizarse.