Donostia. Iosu Uribetxebarria deberá esperar al menos cinco días más para ver si la libertad condicional que le concedió finalmente ayer el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, se confirma. Ése es el plazo del que las partes, sobre todo la Fiscalía -que había desaconsejado esta medida-, disponen para recurrir ante la sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional antes de que la decisión de Castro sea firme. Si lo hacen, la propuesta de libertad condicional que elevó la Junta de Tratamiento de la prisión alavesa de Zaballa deberá esperar para ser efectiva.

Pocos minutos después de las 20.30 horas de ayer se daba a conocer una noticia esperada y que fue aplaudida por los manifestantes reunidos frente a la puerta principal del Hospital Donostia que el magistrado visitó el martes durante tres horas y donde se vio con el propio recluso y el equipo médico que le trata.

En el auto de 15 páginas conocido ayer, Castro le impuso al recluso, que según declararon fuentes de Herrira a este diario permanecerá ingresado unos 20 días mientras reciba sesiones de radioterapia, diversas condiciones. Entre ellas, la “prohibición de acercamiento” a víctimas suyas o familiares directos de éstaso la “prohibición de participar de forma activa o pasiva en manifestaciones públicas de enaltecimiento de la violencia[...] o hacer declaraciones de esa naturaleza, así como las que conllevan desprecio o desconsideración de las víctimas del terrorismo”. Tampoco podrá “ausentarse sin previa autorización de la localidad en la que se fije su residencia”.

En el caso de que se confirme la libertad condicional, Uribetxebarria será trasladado a una “habitación normal, de las de planta” del Hospital Donostia, en lugar de la “estancia-celda” en la que se encuentra en la actualidad, según señalaron fuentes de Herrira. Además, la escolta policial permanente que guarda la puerta sería retirada.

El juez Castro defendió en su auto la imparcialidad de los informes médicos eincidió en que todos ellos (hospital de León, de Donostia, de la prisión de Zaballa, de la médico forense de la Audiencia Nacional y de la Fiscalía) coinciden en lo “esencial”: en el pronóstico y en que la esperanza media de Uribetxebarria oscila entre los seis y doce meses.

La concesión de la libertad condicional al recluso, condenado en 1998 a 32 años por el secuestro de José Antonio Ortega Lara, ha estado rodeada de polémica. Los análisis realizados a finales de julio en un hospital de León, en cuyo centro penitenciario estaba internado, arrojaron como resultado un nódulo pulmonar y dos metástasis cerebrales.

El Ministerio decidió entonces trasladar al recluso al hospital de referencia de la cárcel alavesa, el de Donostia. Aquí ha permanecido desde primeros de agosto, en cuyo exterior se han sucedido las protestas ante la dilación de Instituciones Penitenciarias y de la Audiencia Nacional para concederle la libertad. También unos 550 reclusos, entre los que se encontraba Arnaldo Otegi según dio a conocer Etxerat, se sumaron a las reivindicaciones.

Uribetxebarria se declaró en huelga de hambre el 8 de agosto, que abandonó el día 22 vista su situación de salud de “extrema debilidad”. En el auto de ayer el juez defendió su viaje a Donostia, al advertir de que “basta puntualizar que este juzgador ha efectuado en el último trimestre de este año 24 visitas a centros penitenciarios, psiquiátricos y establecimientos análogos”.