Washington. El Tribunal Supremo de Estados Unidos anunció ayer que aprueba la parte esencial de la ley promovida por el presidente Barack Obama para reformar el sistema sanitario, que exige que para 2014 la mayoría de los estadounidenses tengan un seguro médico o, en caso contrario, paguen una multa.

El jefe del Supremo, John Roberts, inclinó la balanza, 5 a 4, al unirse a los miembros más liberales, lo que permitirá que siga adelante la obligación de contratar un seguro médico privado, el polémico "mandato individual". La publicación de la sentencia vino rodeada de una gran expectación, y una confusión inicial, toda vez que los jueces del Supremo consideraron inconstitucional el argumento del "mandato individual" bajo la Ley federal de Comercio. Los jueces consideraron que esa ley no autoriza al Congreso a imponer a todo ciudadano la obligación de contratar un seguro, pero el Supremo indicó que puede mantenerse sobre la base de otra ley, la impositiva, considerando que las multas previstas contra quienes rehusen contratar un seguro pueden ser consideradas en realidad un impuesto.

Así pues, el Congreso deberá ajustar aspectos técnicos de la ley para que la obligación sea caracterizada como un impuesto. La compleja sentencia del Supremo supone una victoria para el Gobierno de Barack Obama, ya que la legislación resulto avalada por los jueces. La sentencia, aunque rechaza detalles, mantiene viva en su sustancia la importante reforma sanitaria impulsada por Obama en sus puntos clave.

Esta decisión, que llega menos de cinco meses antes de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, supone una gran victoria para Obama, ya que la ley, que fue aprobada por el Congreso en 2010, constituye la reforma más profunda del sistema sanitario estadounidense de los últimos 50 años.