Vitoria. Cuatro años después de que empezara la crisis económica, Cáritas sigue trabajando por ayudar a quienes más lo necesitan, que son cada vez más y con más carencias. Así, al menos, lo reconocieron ayer a la hora de hacer balance del pasado ejercicio, donde una vez más la asociación cristiana alcanzó nuevos techos tanto en atenciones como en ayudas económicas. Y es que según el director del colectivo, Santos Gil Martínez, parafraseando una de las conclusiones del último Informe Foessa de exclusión y desarrollo social 2012, "la pobreza es ahora más extensa, más intensa y más crónica que nunca". Estas palabras encuentran refrendo en la experiencia recogida de la actividad del pasado ejercicio, donde la organización detectó, efectivamente, que cada vez son más los colectivos afectados por la necesidad. Años atrás el infortunio se centraba en grupos relacionados con la exclusión social, situación que empezó a variar en 2011, cuando los niños y las personas mayores empezaron a formar parte de los nuevos focos de la pobreza con una asiduidad nunca deseable.

Esta situación está relacionada con el paro de larga duración que afecta a muchos trabajadores. No en vano, cada vez son más las familias en las que ambos progenitores se encuentran en desempleo. Lógicamente, sus hijos sufren las consecuencias. Por otro lado, en el caso de los jubilados, estos ven cómo el retorno de los hijos sin trabajo al hogar les lleva a sustentar a toda el núcleo con una sola pensión, que resulta insuficiente.

A pesar de ello, el rostro de la pobreza sigue siendo femenino, ya que el 58,9% de las personas ayudadas fue mujer, joven e inmigrante (78%). Además, también se asistió a nuevos colectivos como personas en búsqueda de trabajo sin importarles las condiciones laborales, desempleadas de larga duración, personas con movilidad de padrón o baja cualificación profesional y otras que acusan maltrato psicológico en la familia.

En total, Cáritas atendió en 2011 a más de 3.600 familias alavesas y a 40.000 personas en todo Euskadi. Unos datos alarmantes que invitan a la reflexión. Por ello, desde este colectivo se hizo un llamamiento a las instituciones para que éstas apuesten por políticas sociales más inclusivas y no por recortes que lleven a la reducción del nivel de bienestar.

La asociación explicó que 2011 fue el ejercicio en el que más entrevistas y respuestas se ofrecieron en la historia del colectivo en base a un presupuesto de más de 2,5 millones de euros recolectados de la solidaridad individual, privada e institucional. Gracias a ello, 3.604 familias fueron atendidas y se realizaron 18.046 entrevistas, a partir de las cuales se ofrecieron 10.841 respuestas que se refirieron fundamentalmente a ayudas económicas, inserción laboral y acciones sociales.

De esta forma, 2.528 respuestas se refirieron a respaldo económico, 342 más que en 2010, debido al espectacular repunte de inicios de año, que fue frenado con un modelo de intervención centrado en procesos integrales por Cáritas y que cambió la tendencia derivando a los solicitantes de subvenciones a las instituciones. Tres de cada cuatro de estas ayudas se refirieron a temas de vivienda, mientras que el resto se centró en alimentación y medicamentos, entre otros.

Otra de las principales intervenciones de la asociación se refirió a la inserción laboral. En épocas de altas tasas de paro, muchas de las personas que acudieron a Cáritas buscaban empleo. A pesar de la actual coyuntura económica, desde este colectivo se logró incluir en el mercado laboral regularizado a diez personas, mientras que a través del programa de servicio doméstico se colocó a 284 desempleados. Además, se mantuvo la formación a través del taller ocupacional Lagun Artea, al que asistieron 204 personas. Este recinto inaugurará nueva sede en breve en el centro Vicente García Zalduendo, en Abetxuko. Por otro lado, los cursos prelaborales también gozaron de una buena acogida con la participación de 148 hombres.

Además, la acción social se desarrolló con intensidad en el resto del territorio. A pesar de que en los pueblos no existe un servicio público de atención a personas sin techo, en las parroquias se recibió a 269 personas en situación de indigencia. Además, también se desarrollaron acciones como el programa de soledad, donde se acompañó a 141 alaveses, el 90% de ellos mujeres de más de 60 años.