Vitoria. Corren tiempos difíciles en el Vaticano. En una misma semana, Benedicto XVI era abucheado por primera vez en la plaza de San Pedro, el presidente del Banco del Vaticano era destituido por "faltar a su deber" y el mayordomo del Papa era detenido por el ya conocido como caso Vatileaks, una serie de filtraciones de documentos reservados de la Santa Sede recopilados ahora en el libro Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI, del periodista Gianluigi Nuzzi, que ha salido recientemente a la venta en Italia.
"Ha habido una coincidencia de diversas cuestiones, no siempre relacionadas, que nos han puesto al borde de una especie de crisis", opina Ignacio Arregui, quien fuera subdirector de programas de Radio Vaticano y responsable de los servicios informativos. El primer hecho sucedió el pasado jueves, con la destitución de Ettore Gotti Tedeschi, un reconocido economista muy cercano al Papa, acusado de negligencia y de no cumplir sus obligaciones. El comunicado en el que el Vaticano anunció la decisión fue especialmente duro: "Incapacidad de cumplir sus deberes básicos", "abandono o ausencia de las sesiones del consejo" y hasta "comportamiento personal errático y bizarro" fueron los términos empleados para argumentar la destitución de Tedeschi.
Un día después, Paolo Gabriele, mayordomo personal del Papa era detenido por las filtraciones de documentos reservados de El Vaticano a la prensa. Este caso, conocido como Vatileaks, se remonta a comienzos de año, cuando un medio italiano publicó una carta del ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano y nuncio en Estados Unidos Carlos María Viganó dirigida a Benedicto XVI en la que denunciaba "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana. En el documento, Viganó pedía al Papa seguir al frente de la investigación por los casos de corrupción, pero la decisión del Pontífice fue enviarlo como nuncio a Estados Unidos.
Los 'cuervos' Tras la detención del mayordomo, las especulaciones sobre una lucha en el interior de la Curia Vaticana no han hecho más que crecer, rumores que han alimentado además las entrevistas con supuestos topos o cuervos anónimos aparecidas la pasada semana en la prensa italiana. "Estos cuervos se presentan diciendo que ellos también han intervenido en la recopilación y difusión de documentos. Esto confirma dos cosas: la primera, que el mayordomo no actuó solo y, la segunda, que hay cierto malestar o inquietud entre el personal de la Curia Vaticana", señala Arregui.
Estos cuervos dicen actuar para proteger al Papa frente a una supuesta pérdida de peso frente a su secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone. Según uno de los topos, el Pontífice no pudo hacer nada en el caso de Viganó porque "significaría una fractura pública con su brazo derecho". Siguiendo este argumento, Tedeschi habría sido destituido en este mismo contexto. "Lo que se ha dicho públicamente es que faltaba a su deber, que no participaba en las reuniones, que no se interesaba por el trabajo. Pero también se dice, y eso entra ya dentro de la especulación pura, que Tedeschi quería introducir reformas importantes en el Banco del Vaticano y que no lo conseguía", explica el exdirector de informativos de Radio Vaticano. En ese sentido, quien estaría frenando esas reformas sería el cardenal Bertone. Pero todo esto, según Arregui, "entra dentro de la especulación pura y dura".
El periodista italiano Gianluigi Nuzzi, que no ha querido revelar sus fuentes, asegura que los cuervos -que podría haber una veintena- son gente devota "verdaderamente preocupada por la Iglesia católica". "Nuzzi había publicado en 2010 un volumen titulado Vaticano SA, donde cuenta una serie grande de hechos anómalos, irregularidades de tipo administrativo, económico y político del Vaticano. El libro causó sensación, pero no conmovió los cimientos del Vaticano, porque eran cosas sabidas y no tocaban de cerca al Papa. Nuzzi ha publicado ahora un segundo volumen con nuevos secretos y esta vez cercanos al Papa Benedicto XVI, por lo se piensa que han tenido que salir del apartamento pontificio o de la secretaría de Estado, presidida por el cardenal Bertone", apunta Arregui.
La imagen de estos días de Joseph Ratzinger es la de un papa débil en una Curia dividida. "Desde hace años se habla de la necesidad de reformas en la Curia Vaticana, de forma que cuando salió elegido Benedicto XVI se pensó que era la persona idónea para introducirlas y no parece que haya sido así. Ha hecho pequeñas reformas, pero no las que se esperaban", analiza Arregui. "Ya han pasado seis años y puede haber cierto cansancio, además teniendo en cuenta que el Papa tiene 85 años y el cardenal Bertone va a cumplir 78. Es normal que haya inquietud por ver si se rejuvenece o si se revitaliza el órgano central de la Iglesia", agrega.
Caso Emanuela Orlandi Además, en pleno escándalo por las filtraciones, el Pontífice fue abucheado por primera vez en la Plaza de San Pedro durante el rezo del Ángelus. Varios centenares de manifestantes que acudieron al lugar para recordar el caso de Emanuela Orlandi, la hija adolescente de un funcionario de la Santa Sede desaparecida en 1983, gritaron "¡vergüenza!, ¡vergüenza!" y "¡verdad, verdad!" cuando Benedicto XVI dirigía el rezo desde el balcón de su estudio.
Los autores del abucheo fueron los integrantes de una marcha que había partido del Ayuntamiento de Roma para llamar la atención sobre el destino de Emanuela, de 15 años de edad cuando desapareció hace 29 años y de nacionalidad vaticana. "Benedicto XVI saludó a diversos grupos que había en la plaza, pero no al grupo de manifestantes que venían para recordar el caso. Esto enfureció a los manifestantes y, por primera vez, se abucheó al Papa en la plaza de San Pedro con gritos de ¡Vergüenza! ¡Vergüenza!", explica el exresponsable de informativos de Radio Vaticano.
Los manifestantes esperaron en vano a que el Papa dijera algo sobre el caso, que tuviera una palabra de recuerdo, pero no fue así. Además, la marcha tuvo problemas para acceder a la plaza de San Pedro. Los gendarmes vaticanos les prohibieron que lo hicieran con pancartas y fotos de Orlandi. Aunque, tras una discusión, pudieron acceder al lugar. El caso de Emanuela Orlandi, uno de los mayores misterios por resolver, sigue muy vivo en Italia. Así, hace tres semanas se inició una compleja operación jurídico-forense para intentar encontrar sus restos. Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, siempre ha reprochado al Vaticano que no proporcionar toda la información sobre un caso que alimenta múltiples y oscuras teorías conspirativas. Sin embargo, la Santa Sede rechaza que haya ocultado lo que sabe y sostiene que siempre ha colaborado con la justicia italiana para el esclarecimiento de este hecho.