CIUDAD DEL VATICANO. El arresto fue confirmado este viernes por el vicedirector de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Ciro Benedittini, poco después es de que el portavoz, Federico Lombardi, informara de que agentes de la Gendarmería habían localizado "a una persona en posesión ilegal de documentos reservados" y que había sido puesta a disposición de la magistratura vaticana "para mayores averiguaciones".

Aunque oficialmente el Vaticano no ha desvelado hasta el momento el nombre del detenido, fuentes vaticanas citadas por los medios italianos aseguraron que se trata de Paolo Gabriele, de 42 años y considerado como uno de los miembros de la llamada "familia del Papa".

Este reducido grupo de personas está compuesto además por sus dos secretarios, los sacerdotes Georg Ganswein y Alfred Xuereb y cuatro laicas italianas consagradas de la comunidad "Memores Domini" que cuidan el apartamento papal.

Gabriele es un romano que trabaja en el apartamento papal desde 2006, tras estar al servicio del prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo James Harvey.

Según las fuentes vaticanas, los gendarmes encontraron "una gran cantidad de documentos reservados" en la casa en la que vive con su esposa y tres hijos en Via de Porta Angelica, anexa al Vaticano.

Gabriele fue detenido el jueves, siempre según las mencionadas fuentes, por los gendarmes y puesto a disposición del "Promotor de Justicia" del Vaticano (fiscal), Nicola Picardi, quien le interrogó ya este viernes durante varias horas.

El arresto de esa persona, a la que ya se conoce como "Il corvo" (el cuervo), ha sorprendido en ambientes vaticanos y algunas fuentes dudan de que sea el autor de las filtraciones y le consideran "un chivo expiatorio".

La detención se ha producido tras las investigaciones realizadas en los últimos días por la Gendarmería Vaticana para esclarecer los casos de filtraciones a los medios de comunicación de documentos reservados vaticanos enviados al papa Benedicto XVI y su secretario Ganswein.

Las investigaciones se desarrollaron según las instrucciones recibidas por la comisión cardenalicia, creada el pasado mes de abril por Benedicto XVI para esclarecer esos casos y que preside el cardenal español Julián Herranz, de 82 años y expresidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos.

La comisión se creó después de que una cadena de televisión italiana (La 7) publicara unas cartas enviadas por el actual nuncio en EEUU y ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), Carlo María Viganó, a Benedicto XVI, en las que denunciaba la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la Administración vaticana.

En una de esas misivas, Viganó denunció también que los banqueros que integran el llamado "Comité de finanzas y gestión" del Governatorato y de la Secretaría de Estado "se preocupan más de sus intereses que de los nuestros" y que en diciembre de 2009 en una operación financiera "quemaron (perdieron) 2,5 millones de dólares".

Tras conocerse esas filtraciones, Lombardi denunció la existencia de una especie de WikiLeaks para desacreditar a la Iglesia.

Pero la filtración de documentos no quedó ahí. El 19 de mayo salió a las librerías el libro "Sua Santita", del periodista Gian Luigi Nuzzi, con un centenar de nuevos documentos filtrados desde el Vaticano que desvelan tramas e intrigas en el pequeño Estado.

Entre la información confidencial que ha salido a la luz figura también que la banda terrorista ETA pidió al Vaticano a principios de 2011 enviar a su nunciatura en Madrid a varios de sus miembros para concordar con la Iglesia el anuncio del fin de su actividad armada, pero el cardenal Tarcisio Bertone lo rechazó, tras hablar con el obispo de San Sebastián, Jose Ignacio Munilla.

También se han filtrado documentos sobre las confesiones del secretario de Marcial Maciel y el encubrimiento de que gozó en el Vaticano el sacerdote mexicano fundador de los Legionarios de Cristo castigado por Benedicto XVI por pederasta.

Lombardi anunció que la Santa Sede llevará ante la justicia a los autores de la filtración de todos esos documentos reservados y cartas confidenciales al papa Benedicto XVI, cuya publicación calificó de "acto criminal".

La detención de "Il Corvo" se ha conocido un día después de que el Banco del Vaticano (IOR) destituyera fulminantemente a su presidente, Ettore Gotti Tedeschi, "por no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo" y al estar "preocupado" por su gestión.