Atenas. Los intentos del presidente griego, Carolos Papulias, de lograr un acuerdo entre los partidos parlamentarios para la formación de un Gobierno no dieron ayer sus frutos. Y es que el líder de la coalición de la izquierda radical (Syriza), Alexis Tsipras, rechazó nuevamente entrar en una amplia coalición con los conservadores de Nueva Democracia, los socialdemócratas de Pasok y la Izquierda Democrática (Dimar). "Los partidos de la coalición han gobernado Grecia en los últimos dos años y aún continúan chantajeando al pueblo. Pero los griegos no pueden ser chantajeados", advirtió Tsipras en referencia a Pasok y a Nueva Democracia, que han dirigido el país en los últimos meses.
El líder izquierdista, cuyo partido fue la segunda fuerza más votada en las elecciones, manifestó en una rueda de prensa que no será "cómplice" del "crimen" de estos partidos, refiriéndose a los compromisos de austeridad adquiridos por ambas formaciones con la UE y a los que se opone Syriza. Por su parte, el líder conservador, Antonis Samarás, insistió en que la culpa de no poder formar Gobierno es de Syriza. "He hecho todos los esfuerzos para crear un Gobierno de unidad. Syriza no está de acuerdo en darle su apoyo", afirmó Samarás a los periodistas, poco después de la reunión que mantuvieron los líderes de los tres partidos más votados en las elecciones del pasado 6 de mayo con el presidente Papulias.
Hasta el momento, Nueva Democracia, Pasok y el partido de centro-izquierda Dimar han llegado a un principio de acuerdo para formar un Gabinete que mantenga al país en la Eurozona y renegocie los compromisos de austeridad con la Unión Europea. Pero esos partidos consideran imprescindible que Syriza, segunda fuerza política de Grecia, se involucre en el Gobierno, algo que parece improbable, ya que esta formación rechaza pactar con los partidos que firmaron el memorándum de austeridad, ND y Pasok.
¿Nuevas elecciones? "Las negociaciones continúan", declaró Samarás tras la reunión en la que participaron también Evangelos Venizelos (Pasok) y Tsipras. Venizelos aseguró que su formación sigue una línea "responsable" y "nacional" y acusó a los otros partidos de buscar la celebración de nuevas elecciones anticipadas. "Tsipras nos dice que Nueva Democracia, Pasok y Dimar tienen 168 diputados (la mayoría absoluta son 151) y que Syriza puede quedarse en la oposición. Pero esto es una cuestión de responsabilidad nacional", advirtió. El exministro de Finanzas lamentó que durante el encuentro de ayer nadie fuera capaz de plantear un paquete de propuestas más concretas de las ya existentes para conformar una alianza de Gobierno. "Muchos piensan que los europeos no forzarán nuestra salida del euro, pero la realidad es que nos pueden dejar en una posición en que debamos suplicar nosotros la salida", advirtió Venizelos, a la vez que subrayó la importancia de las reformas estructurales, sin las cuales "el país no puede sobrevivir".
El político socialdemócrata se refería así a la postura de Syriza de rechazar las políticas de ahorro y recortes impuestas a Grecia por la Unión Europea a cambio de dar ayuda financiera al país, una negativa que supone el principal escollo para pactar una coalición.
Con todo, Venizelos aseguró que mantiene cierto optimismo en que finalmente se forme un Gobierno y que confía en la capacidad negociadora del presidente Papulias. "Todavía mantengo la esperanza de que podamos formar un Gobierno. pero estamos listos para las elecciones", sentenció el político. Eso sí, advirtió de que si no hay resultados pronto, el turismo sufrirá y se profundizará la recesión, lo que obligará a más medidas de austeridad. El derechista Griegos Independientes mostró su disposición a formar parte de una alianza de Gobierno si se rechaza el compromiso contraído con la UE, mientras que el Partido Comunista anunció que propondrá una moción para denunciar este acuerdo.
La cuestión de si Grecia mantendrá o no el euro sigue centrando todos los debates, ante el caos político desencadenado tras los comicios, que se une a la crisis económica.
l ¿Sería un problema para la Eurozona que Atenas diera la espalda al euro?
Abandonar a los Estados a su suerte se hace en algunas partes del mundo, pero no en la Unión Europea. Incluso en el caso de una salida del euro y vuelta del dracma a Grecia, el país seguiría siendo miembro de la Unión Europea, con sus correspondientes derechos y obligaciones. Si sale del euro y se declara en bancarrota, ello tendría consecuencias económicas incalculables para otros países miembro.
l ¿Es la salida del Euro una solución?
No hay precedentes, por lo que la pregunta es de difícil respuesta. Una vuelta al dracma supondría una drástica devaluación, lo que haría mucho más competitiva a la relativamente pequeña economía griega. Pero en la fase del cambio el país podría derrumbarse en el caos. Además, las deudas de Grecia no quedarían automáticamente anuladas y la consecuencia podría ser la bancarrota estatal. Y las negociaciones con los acreedores sobre los pagos tendrían que continuar como hasta ahora.
l ¿Hay planes para esa salida?
Expertos en Bruselas, Atenas o Berlín, entre otros países del euro, ya hablan de ese escenario, que se menciona desde hace más de un año, al menos de forma teórica. También grandes empresarios debaten al respecto, aunque ello no significa que esa solución sea ahora más probable. La gran cuestión es cómo tendría lugar jurídica y sobre todo técnicamente.
l ¿Cómo sería volver al dracma?
Grecia tendría que imprimir nuevos billetes de la vieja moneda y al mismo tiempo impedir que los ciudadanos sacaran de sus cuentas bancarias su dinero en euros, con más valor que la antigua moneda.
l ¿Cuánto le costaría la salida del euro?
Según calcula el semanario alemán 'WirtschaftsWoche', la salida de Grecia de la eurozona y el impago de las deudas contraídas por Atenas costaría a los contribuyentes de la zona monetaria única unos 276.000 millones de euros. El monto resulta de la suma de los créditos bilaterales, los créditos del fondo de rescate FEEF y del FMI así como de las pérdidas del Banco Central Europeo, el mayor acreedor de Grecia.