Vitoria. El presidente del Principado de Asturias, Francisco Álvarez Cascos, anunció ayer el adelanto de las elecciones autonómicas en aquella comunidad para el próximo 25 de marzo, después de que el Parlamento regional rechazara la pasada semana su proyecto de presupuestos para 2012. Con este anuncio, ya plasmado en el decreto de disolución del Parlamento, Álvarez Cascos pone a Asturias en juego el mismo día que Andalucía ha de decidir su futuro y, con ello, podría distorsionar los planes de plebiscito con que los dos grandes partidos nacionales enfrentaban las elecciones andaluzas. Es a ellos, al PP y al PSOE, a quienes culpa el presidente astur del adelanto electoral por haber paralizado sus planes de Gobierno. "El presupuesto es el libro de cabecera de un gobierno para la legislatura; sin presupuesto, no hay programa de gobierno", se justificó Cascos, quien calificó de "complot" la decisión de PP y PSOE de "imponer" la prórroga de las cuentas públicas de 2011.

Según Álvarez Cascos, la decisión de socialistas y populares, unida al actual momento económico, sitúa a Asturias "en el momento más crucial y difícil de la historia democrática del Estado de las autonomías". A su juicio, ambos grupos han "esquivado" cualquier diálogo y han optado por la prórroga de un documento "insolvente e inservible". Y es que denunció que el presupuesto prorrogado "se hizo en un escenario muy alejado del actual y sin el rigor mínimo exigible en ingresos y gastos, lo que generaba un desfase de 600 millones", lo que haría de su gestión "un suicidio".

La "anómala alianza" de PSOE y PP que Álvarez Cascos viene denunciando desde que se puso al frente de Foro Asturias ha alcanzado en el debate presupuestario "una cota insuperable" y hace que la posibilidad de gobernar en minoría, resulte "impracticable".

Denuncia La decisión de populares y socialistas confirma, aseguró Cascos, "el desolador enquistamiento de las fracasadas castas políticas que para cada solución tienen un problema", que el aún presidente astur contrapuso a su propio partido al que, según aseguró, no le guía otro propósito "que defender los intereses generales de Asturias".

"No he venido aquí para volver, a la fuerza, al mismo sitio ni para ser cómplice pasivo de una trama para la que Asturias es su cortijo, con innumerables ramificaciones en intereses inconfesables, en chiringuitos sectarios y en algún medio de comunicación", ha apuntó Cascos antes de advertir de que no quiere pasar "por político aferrado a una poltrona ni por alguien que rehúya los desafíos".