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POR un puñado de votos. Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, a la espera de una tercera vía encabezada por Antonio Quero, se jugarán el próximo fin de semana el liderazgo del PSOE en el XXXVIII Congreso Federal que se celebrará en Sevilla, y al que ambos candidatos llegan con las fuerzas igualadas. A la cita acudirán 972 delegados, 16 de ellos lo harán en representación de las organizaciones sectoriales, tienen voto en comisión y en la aprobación del dictamen en plenario, pero no en la elección de órganos de dirección y control del partido ni en la votación de la gestión. De los 956 que sí votarán, 936 son elegidos por las federaciones y 20 por Juventudes Socialistas.

El pasado fin de semana se realizaron los congresillos de las federaciones territoriales, donde se elegían a los delegados para el Congreso Federal, y tras ellos, se ha abierto la guerra de cifras entre los dos contendientes. Desde la plancha de Pérez Rubalcaba se asegura que el exministro del Interior y candidato socialista en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre cuenta con una ventaja cifrada entre 120 y 130 delegados. Por su parte, en la candidatura de Chacón señalan que la exministra de Defensa llegará a Sevilla con 120 delegados de ventaja a su favor. En estos congresillos, Rubalcaba se habría impuesto en la CAV, Aragón, Galicia, Castilla y León, Asturias, Cantabria y Baleares, mientras que en Catalunya y la Comunidad Valencia la apuesta sería Chacón. En el resto de de federaciones no hay un ganador claro y reina la indefinición.

Sin embargo, todo son cábalas y conjeturas puesto que desde los responsables de las dos candidaturas aseguran que existe un 15% de delegados que no han querido apuntar la dirección de su voto y que serán quienes al final decantarán la balanza a un lado u otro. En este proceso se antoja clave la posición que adopte Andalucía, que, con 234 delegados, es la federación que más representación aporta al Congreso. José Antonio Griñán, presidente de la Junta, tiene la mirada puesta más allá de la cita de Sevilla, puesto que en su cabeza está señalada la fecha del 25 de marzo, cuando se celebrarán las elecciones autonómicas, en las que tendrá como oponente al popular Javier Arenas, a quien las encuestas dan como ganador. De momento, Grinán no se ha decantado por ninguno de los dos candidatos y prefiere mantener la neutralidad.

A la lucha que han mantenido Rubalcaba y Chacón por lograr apoyos en los congresillos, hay que añadir la pugna que mantienen ambos candidatos por conseguir el respaldo de las figuras más representativas del partido. En este apartado, las fuerzas se presentan también realmente equilibradas, aunque Rubalcaba ha logrado un golpe de efecto al conseguir el apoyo del expresidente Felipe González. Además, del lado del exministro de Interior se han posicionado ilustres socialistas como Txiki Benegas o Ramón Jáuregui, a los que hay que añadir Jesús Caldera, Trinidad Jiménez, Javier Solana o José María Maravall. Otro de los apoyos claros de Rubalcaba es Patxi López. El lehendakari y secretario general del PSE ya jugó un papel importante en la designación de Rubalcaba como cabeza de lista del PSOE el pasado 20-N.

Alineados con la exministra de Defensa se sitúan algunos de los que le acompañaron en el Gabinete Zapatero como Leire Pajín, Miguel Ángel Moratinos, María Teresa Fernández de la Vega o Francisco Caamaño. También han apostado por la catalana el expresidente del Senado, Javier Rojo, o veteranos socialistas como Josep Borrell y Manuel Marín.

¿Y qué hace Rodríguez Zapatero? El todavía secretario general del PSOE mantiene, de cara al exterior, la imparcialidad que se le supone en función de su cargo. Sin embargo, hay quien asegura que en esta pugna se encuentra más cerca de Carmé Chacón que de un Rubalcaba que durante la campaña electoral trató de marcar distancias con el anterior Ejecutivo de Zapatero y en el que él jugó un papel principal.