Vitoria. Hubo un tiempo en que las noticias sobre los menores extranjeros no acompañados -menas- que llegaban a Gasteiz eran recurrentes. Ya no se oye hablar tanto sobre este fenómeno, pero sigue existiendo en la ciudad con todos sus problemas asociados. Problemas que se recrudecen cuando estos jóvenes sin recursos quedan fuera del sistema de protección social. La Diputación ha ejercido y ejerce de tutora de los menores, pero cuando éstos superan la mayoría de edad se ven obligados a quedarse, literalmente, en la calle. Es lo que le ha sucedido recientemente a una veintena de exmenas que actualmente sobreviven en la ciudad gracias al apoyo de otras tantas familias gasteiztarras que los han acogido en sus casas y a colectivos sociales como Bizitza Berria, que se han constituido en una plataforma de apoyo.
El exalcalde de Gasteiz José Ángel Cuerda, presidente de la asociación que promueve la integración social de las personas sin hogar, dio ayer cuenta de esta realidad ante la comisión de Política Social de las Juntas. "Aparte del tema educativo que se está haciendo en centros como Ignacio Ellacuría, hay mucha gente que a nivel personal ha asumido tener a alguno de estos chicos en su casa", advirtió Cuerda, en respuesta a la juntera socialista Loli Escudero, que antes había mostrado su preocupación ante este problema. Bizitza Berria también ofrece alimentación a estos menores "mientras no se da una respuesta pública, que es lo que tiene que haber", según advirtió Cuerda, y todo a pesar de la gravísima situación económica que atraviesa el colectivo.
Bizitza Berria volvió a insistir en las dificultades que tiene en la actualidad debido al recorte de ayudas por parte de las instituciones y advirtió de que se enfrenta a un panorama cercano "bastante desolador" para dar asistencia a sus cerca de 60 residentes. Según desveló Cuerda, a quien acompañó el director de Bizitza Berria, Sergio Hinojal, la asociación necesita 400.000 euros al año para "desarrollar una actividad mínima", donde se incluye el pago de salarios a los trabajadores, pero el colectivo sólo tiene garantizados 70.000 de la Diputación para este año 2012. Bizitza Berria no recibirá ningún euro desde el Ayuntamiento -el año pasado percibió 120.000- y está a expensas de que se resuelva una convocatoria de subvención del Gobierno Vasco de la que aspira a lograr no más de 180.000 más, cantidades totalmente insuficientes a las que habrá que sumar otros 30.000 euros de la Obra Social de Caja Vital. "No vamos a tirar la toalla, si morimos es por KO. Seguiremos luchando para recabar los apoyos de donde sea. Ahora, literalmente, no podemos pagar las nóminas de los trabajadores porque no hay un euro", lamentó Cuerda.