donostia. Miles de personas secundaron ayer la convocatoria hecha por la plataforma Egin Dezagun Bidea y abarrotaron las calles de Bilbao en la manifestación anual en defensa de los derechos de los presos que de ETA, que desde la organización se anunció que iba a ser "colosal". Tras una pancarta con el lema Eskubide guztiekin euskal presoak Euskal Herrira, repatriate all Basque Prisoners (con todos los derechos, los presos vascos a Euskal Herria, repatriad a todos los presos vascos), que marchó precedida por diversos familiares de reclusos vascos, muchos de ellos visiblemente emocionados, los participantes en la manifestación trataron de hacer llegar a los gobiernos de Madrid y París la exigencia de poner fin a las medidas de excepción que actualmente se aplican a los presos de ETA: el fin de la dispersión, la derogación de la doctrina Parot y la puesta en libertad de los reos enfermos graves y los que han cumplido tres cuartas partes de la condena.
La marcha partió a las 17.30 horas desde La Casilla, recorrió las calles Autonomía y Hurtado de Amezaga y, finalmente, desembocó frente a la plaza del Ayuntamiento, donde se celebró el acto final. En él, Ines Osinaga y Jon Garai, que ejercieron de portavoces de Egin Dezagun Bidea, dieron lectura a un comunicado en euskera y castellano en el que pidieron el fin del la política penitenciaria vigente y emplazaron a los gobiernos de Madrid y París a atender las reivindicaciones defendidas por la manifestación.
"También hacemos un llamamiento a la responsabilidad a aquellos que nos acusan de mentir o manipular", dijeron en referencia al consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, quien el viernes tachó de inviables las reivindicaciones defendidas por la manifestación. Así, Osinaga y Garai defendieron que sus demandas son "claras, realistas y posibles de llevar a cabo". "Tan claras, que hasta sus propios votantes las comparten", aseveraron, añadiendo que ya no hay lugar para "más demoras" de cara a la construcción de un escenario en el que "no existan medidas de excepción", en referencia a la política carcelaria vigente.
En un principio, estaba previsto que la movilización fuese a ser silenciosa a raíz de las advertencias de Ares, quien avisó que de no cumplirse las exigencias del auto de la Audiencia Nacional relativo a la movilización de ayer (denominar como presos políticos a los reclusos de la organización armada y la exhibición de fotografías de condenas por terrorismo), la marcha sería disuelta.
Sin embargo, los gritos de Euskal presoak etxera (los presos vascos a casa), Presoak etxera kalera, amnistía osoa (presos a la calle, amnistía completa), o Hator hator Euskadira, ator ator etxera (vuelve a Euskadi, vuelve a casa) resonaron durante el transcurso de la manifestación, sin que se registrasen ningún tipo de incidentes.
petición de implicación En los prolegómenos de la movilización, distintos representantes de las fuerzas políticas asistentes a la marcha exigieron a los gobiernos español y francés implicación para la resolución del conflicto político vasco. Maribi Ugarteburu, de la izquierda abertzale, pidió a Rajoy y Sarkozy que "se muevan" dando "pasos" para "afianzar el camino hacia la normalización democrática de este país". En términos parecidos se expresó Xabier Mikel Errekondo, portavoz de Amaiur en el Congreso.
Por su parte, el coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta, recordó que la solución de los problemas políticos que afectan a Euskal Herria pasa por tener en cuenta, además de a las víctimas, al colectivo de presos y a quienes "tienen que insertarse en la sociedad, sea cual sea su situación".
Mientras, el secretario general de EA, Pello Urizar, destacó que con la marcha de ayer queda en evidencia que la sociedad vasca reclama que "nadie bloquee" el proceso de resolución del conflicto político vasca, al mismo tiempo que defendía que "ha llegado el momento de que los pasos dejen de ser unilaterales", para convertirse en "bilaterales o multilaterales".
A la movilización también asistieron, entre otros, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano; el portavoz de Alternatiba, Oskar Matute; representantes de las formaciones catalanas ERC y SI Joan Tardà y Toni Strubell, respectivamente; así como líderes sindicales como Ainhoa Etxaide (LAB) o Adolfo Muñoz (ELA).