Bilbao. Según los expertos en la lucha antiterrorista, un grupúsculo de activistas pertenecientes al sector duro de la organización armada, disconformes con la decisión que la cúpula de la banda anunció el pasado 20 de octubre y que puso fin a décadas de violencia, podrían protagonizar una escisión en el seno de ETA. No comparten el cese definitivo de la violencia y los servicios de inteligencia y las Fuerzas de Seguridad españolas temen que el riesgo de fractura en la banda es "muy grande".
Los servicios de inteligencia aseguran que ahora no hay movimiento alguno para no perjudicar a la parte política del MLNV, pero en los datos que han recabado destacan que después de las elecciones generales celebrarán una asamblea en la que pueden mover ficha. Según las FSE, una minoría está por tomar las armas que aún no han entregado. Así, alrededor de 250 integrantes intentarán revolver la situación y las tres toneladas de explosivos, que la Policía calcula que todavía mantiene intactas ETA en sus polvorines, pueden ser un argumento "incontestable".
Entre los que apoyarían la escisión, según indica la inteligencia española, estarían los "cachorros" de la organización juvenil ilegalizada Segi. Según sostienen las mismas fuentes, los huidos en el extranjero también estarían a favor de retomar la violencia desobedeciendo así las órdenes que les han llegado desde la dirección de ETA.
Las Fuerzas de Seguridad también han dado cuenta de la grabación de declaraciones de detenidos por su presunta relación con la banda en las que se reniega de la negociación con el Gobierno español y se apuesta por la lucha. El grado de seguimiento que mantienen en las cárceles a los presos de ETA es total, algo que también se traslada al exterior. Y ponen como ejemplo que varias personas que están siendo sometidas a seguimiento no ocultan, tanto en llamadas telefónicas como públicamente, su intención de seguir militando en la organización armada. Como dato, apuntar que en varios municipios han aparecido pintadas a favor de ETA.
El Grupo de Verificación también conoce los últimos pasos del Comisario General de Información, que, en varias reuniones que convocó hace unos días en cada uno de los territorios vascos, aseguró a los agentes implicados en la lucha contra ETA que hay que alejarse de la euforia que "nos vendieron" en los medios y que después del 20 de noviembre se verán las verdaderas intenciones de la banda. Las FSE mantienen que, mientras la banda no anuncie su disolución (algo que algunos prevén en 2013, coincidiendo con las elecciones en la CAV), siempre les quedará el "pues nos enfadamos y matamos".
"soldados perdidos" La hipótesis de una posible escisión de ETA también la maneja el Gobierno francés, algo que verbalizó la semana pasada el ministro del Interior galo en la reunión que mantuvo con su homólogo español, Antonio Camacho. Claude Guéant no ocultó en su comparecencia ante los medios de comunicación que en ETA puede haber un pequeño grupúsculo dispuesto a continuar con las armas. "Como ha sucedido en otros finales de conflictos terroristas, puede que sigan por ahí soldados perdidos de una causa que está ya perdida", indicó el titular galo, tras remarcar que aún hay armas de circulación en Francia.
De producirse una continuidad de la lucha armada, supondría un verdadero jarro de agua fría para el nuevo tiempo político que se ha abierto. Y, aunque el Grupo Internacional de Contacto descartó una escisión horas después del comunicado en el que ETA declaró el cese definitivo de la actividad armada, el ex primer ministro irlandés, Bertie Ahern -implicado de lleno en el proceso vasco-, ya apuntaba esta posibilidad el pasado mes de abril. En una entrevista en El País, Ahern aseguraba que tal extremo era probable. "Una escisión de ETA es inevitable, siempre hay quien sigue en la violencia", titulaba el diario.
Ahern conoce de primera mano el peligro de las escisiones, ya que, tras el abandono de las armas por parte del IRA, todavía hay pequeños grupos que siguen con la violencia.
Pinchazos telefónicos y conversaciones en las cárceles evidencian la decisión de algunos de seguir con las armas
La cita de Venezuela
Sobre cómo decidió ETA el cese definitivo de la actividad armada ha dado cuenta en su último número Interviú, que, citando informes de la inteligencia española, sitúa en Venezuela la reunión de la que salió el histórico anuncio del 20 de octubre. En el cónclave, sostiene la revista, participaron históricos de la banda como José Luis Eciolaza, Dienteputo, o Antton Troitiño (en busca y captura), así como Oroitz Gurrutxaga, presunto hombre de confianza de David Pla, al que las FSE han apuntado como el encapuchado que leyó el último comunicado. Según Interviú, los miembros de ETA debatieron en la reunión la petición del Gobierno español de entregar las armas a cara descubierta en Suiza. Para dar este paso, la banda habría exigido que todos sus presos estén en libertad antes de 2020 y un plan de reinserción y pensiones para el colectivo de 30 millones de euros anuales. La revista asegura que 35 miembros de ETA amenazan con volver a matar.