MADRID. "No pocos -ha dicho el Papa-, por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismo la discriminación, que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada que padecen en determinadas regiones y países. Se les acosa queriendo apartarlos de Él, privándolo de los signos de su presencia en la vida pública y silenciando hasta su santo nombre".

Nada más pisar por tercera vez en su pontificado suelo español, aunque ésta sea su primera visita a Madrid, ha pedido a los jóvenes que "nada ni nadie os quite la paz" y ha abogado por un clima de "respetuosa convivencia con otras legítimas opciones", exigiendo al mismo tiempo "el debido respeto a las propias".

Benedicto XVI ha llegado esta mañana a Madrid para desde hoy y hasta el domingo reunirse con cientos de miles de jóvenes de todo el mundo en una nueva Jornada Mundial de la Juventud.

A las doce en punto del mediodía, quince minutos después de que aterrizara en el aeropuerto de Barajas, el avión de Alitalia que traía al Papa llegaba al Pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas, donde le esperaba una calurosa bienvenida.

Los Reyes le esperaban al pie de la escalerilla del avión, donde allí mismo el pontífice preguntó a don Juan Carlos por su estado de salud tras su reciente operación de rodilla que aún hoy le hace caminar con la ayuda de una muleta.

En la pista vitorearon la llegada del Papa unos 2.000 peregrinos en representación de los cientos de miles que desde el lunes abarrotan Madrid y que han llenado de color y cánticos sus calles y plazas.

En ese momento, el cielo permanecía cubierto de nubes que incluso habían dejado caer poco antes una ligera lluvia.

Cuando comenzaron los discursos del Rey y posteriormente del Papa, el cielo se despejó y el calor de días anteriores volvió a aparecer.

En el Pabellón de Estado, el Papa fue saludado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que acudió acompañado por sus ministros de Exteriores, Justicia y Presidencia, además de los presidentes del Congreso, del Tribunal Constitucional y del Supremo.

Al acto de bienvenida ha estado invitado además el presidente del PP, Mariano Rajoy, acompañado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la portavoz parlamentaria de los populares, Soraya Sáenz de Santamaría, quien le ha hecho notar al Papa que está embarazada.

En Barajas también le aguardaban el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, además de la totalidad de los cardenales españoles.

En el primero de los doce discursos y homilías que el Santo Padre pronunciará durante su estancia en Madrid no olvidó referirse a la dificulades que tienen que afrontar los jóvenes, en un momento en el que "la justicia y el altísimo valor de la persona humana se doblegan fácilmente a intereses egoístas, materiales e ideológicos".

Especialmente se refirió a la preocupación con que encaran los jóvenes su futuro debido sobre todo a las dificultades para "encontrar un empleo digno o bien por haberlo perdido o tenerlo muy precario e inseguro".

Al paro se había referido instantes antes el Rey en su discurso de bienvenida a España, "una gran nación", democrática, antigua y diversa, amante de la paz, la libertad y la justicia" y cuya personalidad histórica no se entiende sin "la aportación artística, cultural y religiosa del cristianismo".

Don Juan Carlos habló de la necesidad de acabar con "el intolerable paro juvenil" y dijo que no son estos "tiempos fáciles para los jóvenes", tantas veces frustrados por "falta de horizontes personales y laborales".

Para el monarca, el trasfondo de todos estos problemas es "una profunda crisis de valores. Los jóvenes -insistió- necesitan no sólo oportunidades, sino también la ejemplaridad de sus mayores; no sólo razones, sino actitudes que motiven, llenen e impulsen su existencia y alienten su esperanza".

Benedicto XVI ha viajado a Madrid para orar con los jóvenes para celebrar con ellos la eucaristía, para descubrir con ellos a "un Dios vivo", para estar con unos jóvenes que "ven la superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperante, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad, tanta corrupción".

Antes de subir al "papamóvil" para adentrarse en la ciudad, el Papa y los Reyes han tenido un breve encuentro privado.

EL PLAN DEL PAPA El Papa ha llegado a la Nunciatura de Madrid con ligero retraso, en torno a la 13.30 horas, y ha sido recibido por centenares de peregrinos que han celebrado su llegada en un ambiente festivo con globos y cánticos para el Santo Padre.

Tras haber aterrizado poco antes de las 12.00 horas de la mañana y su encuentro con las autoridades españolas, Benedicto XVI ha salido del aeropuerto de Barajas en el papamóvil rumbo a la Nunciatura. Con un cielo que se ha despejado, tras amanecer Madrid nublado y con chubascos en algunas zonas, el Santo Padre ha salido por la M-13 rumbo a la capital.

Apenas veinte minutos después, el Papa se ha dirigido a Avenida de América y, entre una multitud de peregrinos, ha iniciado su recorrido por varias calles de Madrid. Los jóvenes agolpados en las vallas de protección han animado a Benedicto XVI con cánticos, lanzando confeti y agitando banderas de distintas nacionalidades.

A su paso por República Dominicana, los peregrinos han lanzado globos al aire al grito de 'Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí' y poco después el Santo Padre ha llegado a la Nunciatura, donde descansará hasta las 19.00 horas de la tarde.

Desde las 11.00 horas de la mañana las calles aledañas a la Nunciatura --Avenida Pío XII, 46-- han sido cortadas al tráfico y los primeros peregrinos han ido llegando con un cielo nublado. A lo largo de la mañana, el goteo de personas ha sido constante y se han encontrado a su llegada con un amplio dispositivo policial para reforzar la seguridad de la zona.

Los globos blancos y amarillos, los colores del El Vaticano, y la suelta de palomas han vuelto a ser protagonistas a la llegada de Benedicto XVI a la Nunciatura, donde un grupo de niñas jóvenes rocieras de entre 12 y 13 años han recibido al Santo Padre bailando sevillanas.

También había en la zona un gran número de monjas, como la hermana Sor Rosa de la congregación Hermaniza de Ancianos Desamparados, quien ha celebrado en declaraciones a Europa Press esta "fiesta de la fe" y experiencia "inolvidable".

Acompañada de otras siete hermanas, Rosa ha explicado que en los días previos a la JMJ ha acogido a 50 peregrinos polacos en una casa de Aravaca. "Estábamos muy deseosas de venir a las jornadas y ahora, con este recibiminto, se demuestra que el corazón es lo que mueve a la juventud", ha explicdo.