La relación de políticos y periodistas ha dado para llenar muchas páginas de periódico y para engendrar buenas películas y mejor literatura. "El periodista es un plumífero parlamentario. El Congreso es una gran redacción y cada redacción un pequeño Congreso", escribía Valle-Inclán en Luces de bohemia, allá en las primeras décadas del siglo XX. La cercanía de las dos actividades ha generado todo tipo de trasvases, desde profesionales hasta ideológicos. Aunque el fenómeno del periodista que pasa a ejercer de político no es nuevo, llama la atención que dos de las más importantes instituciones vascas estén presididas por sendos profesionales de la información.
Con pocos días de diferencia, Martin Garitano y Javier de Andrés recibieron recientemente la makila que les acredita como diputados generales de Gipuzkoa y de Álava. No son los únicos periodistas vascos que han aupado a relevantes cargos públicos en los últimos años. Veteranos de la política, como el diputado José Ramón Beloki y el senador Iñaki Anasagasti (ambos del PNV), la también diputada Uxue Barkos (NaBai), los parlamentarios Mikel Basabe y Aintzane Ezenarro (ambos de Aralar) o los ediles vitorianos Juan Carlos Alonso (PSE) e Itziar Amestoy (Bildu) hicieron del periodismo su primera profesión y algunos de ellos, confiesan, quieren acabar su vida laboral de vuelta a la vorágine informativa.
Casualidad o no, el hecho de que dos periodistas hayan acabado dirigiendo venerables instituciones forales puede ser un signo de los tiempos que corren. "La política cada vez está más mediatizada por el marketing, no se hace política por sí, se hace política pensando en ciclos comunicativos", reflexiona Estefanía Jiménez, profesora de Comunicación Audiovisual de la UPV-EHU, que ha coordinado varios observatorios electorales durante los últimos comicios. "Hay que tener en cuenta que, cuando los políticos actúan o hablan, lo hacen para que sus acciones se vean reflejadas por los medios. El dominio del lenguaje y de los ritmos periodísticos es fundamental", sostiene.
Lo cierto es que a esta investigadora le parece "curiosa" la coincidencia profesional que une los destinos de Garitano y De Andrés, más allá de sus palpables diferencias ideológicas. "Como periodistas, han tenido que conocer cómo funciona la comunicación y cómo hay que gestionarla; cómo hay que colocar los mensajes dependiendo de los ritmos del periodismo. En tanto en cuanto conocen cómo funciona esto, es entendible que haya unos cuantos periodistas que hayan pasado al otro lado", diagnostica Estefanía Jiménez.
Javier de andrÉs
Lugares comunes
Tras su paso por Radio Vitoria, emisora englobada en el grupo público EiTB, Javier de Andrés ofreció su pluma al Partido Popular para ejercer tareas de comunicación dentro del tejido diseñado por los conservadores en Álava. Conocía la casa de primera mano gracias a su hermano Juan Carlos, juntero de la formación popular y no le costó encajar en sus nuevos menesteres. Esta facilidad de adaptación se repitió unos años más tarde, cuando el entonces diputado general Ramón Rabanera le convenció para dar el salto a la primera línea política, un debut que completó con el cargo de diputado de Obras Públicas. De Andrés, ahora al mando de la makila de la entidad foral, asume esta trayectoria con naturalidad gracias, en parte, a las similitudes que encuentra entre ambas profesiones. Características como "la gran sensibilidad y el olfato político" son comunes, en su opinión, a la hora de escribir en un medio de comunicación o ejercer la labor de gestor político. "El periodista tiene olfato para descubrir cuestiones que suscitan preocupaciones reales, algo muy apreciado en política", matiza el diputado general de Álava. Además, estima que la formación que recibió en sus años de universitario incluye disciplinas "fundamentales" para ejercer como político, tales como las lecciones de Derecho o Sociología.
Su futuro inmediato está centrado en el cargo que acaba de inaugurar, pero preguntado por si ve la posibilidad de retomar la profesión periodística en el futuro, el dirigente popular no cierra las puertas a nada. Matiza, eso sí, que el regreso debería estar enmarcado en alguna de las múltiples facetas de los comunicadores que no excluya la de periodismo político.
martin garitano
Compromiso público y notorio
Está por demostrar que, por mucho que algunos lo piensen, todos los periodistas quieran intervenir en política. Pero lo cierto es que a algunos de ellos, incluso antes de ser periodistas, les recorría el gusanillo de la cosa pública. Es el caso del diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano (Bildu). Es "público y notorio" su "compromiso con las ideas abertzales desde una perspectiva de izquierdas", desde hace mucho tiempo, como él mismo confiesa. A diferencia de Javier de Andrés, que ha focalizado casi toda su carrera profesional dentro del PP, primero en labores de comunicación, y luego como cargo electo, Garitano ha trabajado durante toda su trayectoria en diversos medios de comunicación, entre los que destacan Egin y Gara, en donde llegó a ser subdirector.
Su salto a la política en las pasadas elecciones "no supuso un cambio brusco". "Di el paso porque entendí que podría aportar algo a un proyecto que ha ilusionado a buena parte de la ciudadanía y que, por supuesto, me había ilusionado a mí", explica.
Pese a llevar fama durante su carrera periodística de ser el azote de buena parte de la clase política, sorprendentemente, se muestra ponderado a la hora de juzgar a los compañeros de su nueva profesión: "No entiendo el ejercicio de la política como una cuestión de clase o casta. Como periodista he conocido a políticos buenos y a políticos malos; a gente honrada que quería trabajar por el bienestar y el progreso de la sociedad, y también a quien llegaba a algún cargo con intenciones bastante menos confesables. De todo ha habido y hay, supongo". Y como ejemplo del proverbial corporativismo de los periodistas, también echa un capote a los compañeros de la prensa. "Me fío de los periodistas y creo en la honradez profesional de buena parte de la profesión, porque no hay que olvidar que la mentira y la maledicencia tienen las patas cortas".
uxue barkos
Con los datos en la mesa
Otra de las políticas más conocidas por su anterior profesión periodística -está en excedencia- es Uxue Barkos, presentadora durante años del Teleberri de ETB2 y actualmente diputada en el Congreso en Madrid y concejal y portavoz de NaBai en el Ayuntamiento de Pamplona. Su profesión le ha valido para caminar firme en la política, contrastando toda la información antes de pronunciarse, algo no muy habitual en política. Suya es la frase "Yo soy periodista y me gusta hacer valoraciones con los datos en la mesa". De hecho no olvida su profesión y alguna vez ha confesado que "me tira mucho, y espero regresar al periodismo algún día, tengo claro que la política es una etapa transitoria de mi vida".
andoni ortuzar
Sin miedo a los saltos
La trayectoria del presidente del Bizkai Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, ha sido de doble sentido: partió del periodismo desde el diario Deia, llegó a la gestión política como responsable de prensa en el Gobierno Vasco y posteriormente dirigió Acción Exterior, volvió a la profesión como director general de EiTB y, en la última época ha regresado a la política. "En 1987 era jefe de Política en Deia y me llamaron del Gobierno Vasco para el departamento de prensa. Dije adelante, porque era una experiencia profesional más. Es una de las características que tenemos los periodistas, que no nos dan miedo los saltos; tenemos esa curiosidad que te hace dar saltos profesionales".
"Todos los periodistas tenemos ideología y recelaría de aquel que dice que es independiente. Un periodista debe ser honesto profesionalmente y, para mí, los compromisos político y profesional nunca han entrado en contradicción ni han sido un hándicap", desgrana.
Su experiencia en el mundo de la información le ha sido muy útil en su carrera profesional. "Los políticos que somos periodistas lo desdramatizamos todo mucho mejor, sabemos de la futilidad, de lo evanescente que es la información, que al día siguiente hay una noticia que tapa la anterior". La peor parte la llevan los políticos de otras procedencias: "Para muchos de ellos es un drama diario", se sincera. En este punto, al igual que a otros políticos-periodistas consultados, le sale la vena corporativista. "No entiendo ni las ruedas de prensa sin preguntas ni las entrevistas con guión previo, pero tampoco la tiranía del periodista sobre el político, obligarle a hablar cuando no quiere". Eso sí, sigue creyendo a pie juntillas en la misión de la prensa. "Los medios de comunicación son vitales en democracia para hacer llegar a la gente lo que piensan los partidos".
juan carlos alonso
La tentación política
"El periodista es el que cuenta lo que sucede y siempre existe la tentación de pasar a protagonizar lo que sucede o hacer que sucedan las cosas". En una sola frase Juan Carlos Alonso explicita su visión sobre la ligazón que vincula periodismo y política. Un mensaje claro que, no obstante, no ha impedido al exteniente de alcalde en el Ayuntamiento de Vitoria y ahora concejal del PSE en la oposición renovar su excedencia en su puesto de comunicación de la oficina del Gobierno español. "Lo preservo como un signo de independencia económica y profesional. Si no tienes esta vía abierta, la dependencia económica puede convertirse en dependencia política y eso es lo peor que puede pasar", advierte Alonso.
Su permanente contacto con los colegas de formación le permite estar al tanto de la situación que atraviesa esta profesión, una realidad que lamenta por la proliferación de contratos basura y condiciones precarias. Ante este oscuro túnel, el edil sentencia que es necesario fortalecer el estatus del profesional de la información como periodista independiente, "y eso es la antítesis del mileurista".
Itziar amestoy
Compromiso ante injusticias
Su experiencia laboral en Diario de Noticias de Álava y Gara le ha servido para comprender mejor el "panorama" político al que ahora se enfrenta desde su escaño en el Ayuntamiento de Vitoria. Itziar Amestoy entiende ambas ocupaciones como parte del "compromiso frente a las injusticias", cada una en su terreno, un sentimiento que le llevó a embarcarse en el proyecto de Bildu. Tal es la vinculación que observa entre la labor periodística y la política que no descarta retomar la pluma en una etapa futura que afrontaría con la experiencia "enriquecedora" de su periplo en el Consistorio gasteiztarra. Todavía es pronto para decidirlo. En una actitud que demuestra su capacidad para conjugar los impulsos propios de la juventud con una sopesada cautela sobre su futuro, opta por aprovechar esta etapa para trabajar por los gasteiztarras y dentro de cuatro años, con el final de la legislatura municipal, fijarse el momento para decidir dar continuidad a esta ocupación o abordar nuevas empresas.
aintzane ezenarro
En la senda del activismo
El compromiso político, pero enfocado desde la perspectiva de las organizaciones sociales, determinó la trayectoria de Aintzane Ezenarro. Actual portavoz parlamentaria de Aralar, su rápida carrera política se inició cuando fue elegida concejal en Getaria, su localidad, y continuó en las Juntas Generales de Gipuzkoa. Pero el principio fue Elkarri. Siendo socia de este movimiento social, cursó Periodismo y Sociología Política y, de allí, saltó a la revista de esa organización, que llegó a dirigir. "Fue un paso bastante natural porque, de alguna manera, estaba implicada en política". Más tarde, trabajó para ETB, siempre en programas relacionados con la política, mientras compaginaba su militancia en Elkarri, en donde llegó a formar parte de su Taller Nacional en la época del proceso de Lizarra. Todas estas circunstancias hicieron que su paso a la política activa "no fuera un salto. Estaba acostumbrada a hablar en público y a las charlas políticas; no era una novata en la esfera pública".
Al igual que otros periodistas-políticos, su profesión le ha servido para poder "comunicar mejor" sin perder "el tic de la curiosidad que es inherente al periodista", aunque no le duelen prendas a la hora de criticar a la prensa cuando fuerza titulares o sólo refleja determinadas respuestas de las intervenciones políticas, dejando de lado sus opiniones sobre otros asuntos. "Así no es de extrañar que los ciudadanos tengan la percepción de que no hablamos de los temas que importan", apunta.