Vitoria. La presentación de mociones de condena a ETA en los ayuntamientos vascos se ha convertido ya en una serpiente de verano; en uno de esos temas que aparecen y desaparecen periódicamente proporcionando un goteo de información que lo mantiene vivo en medio de la sequía informativa generalizada.

Desde que el presidente del PP, Antonio Basagoiti, activara a mediados de junio esta estrategia para que Bildu "retratara" obligatoriamente su actual posición ante ETA, como primera respuesta a la sorprendente irrupción de la coalición en las instituciones, muchos han sido los Consistorios en los que los populares han activado este debate: comenzando por las otras dos capitales de la CAV, Bilbao y San Sebastián, y pasando por municipios como Andoain, Errenteria, Alsasua, Getxo, Sestao, o Trapagaran. Sin embargo, según explicaron ayer a este diario fuentes del Ayuntamiento de Vitoria, que ya ha sido testigo de dos coincidencias en votaciones entre el PP y Bildu -relativas al cambio de ubicación de la estación de autobuses y la que dio para dar carpetazo al BAIC-, el equipo de Maroto no tiene previsto impulsar esta estrategia al menos hasta que llegue septiembre y la vida municipal recupere su actividad plenaria normal. "Entonces ya veremos qué temas van entrando", explicaron ayer estas mismas fuentes.

lópez arremete contra sus socios Sin embargo, el lento crepitar que acompaña esta polémica no cesa y ayer fue el lehendakari, Patxi López, quien echó más leña al fuego enfrentándose con su socio preferente con un ojo puesto en el pulso al que PP y PSOE ya se han citado el próximo 20 de noviembre.

En este recién estrenado contexto preelectoral, López no dudó en ponerse el buzo de partido y dar un tirón de orejas a un PP que, a su juicio, sólo tiene un objetivo al impulsar estas mociones: sacar réditos electorales en el resto del Estado presentándose una vez más como único adalid y bastión inexpugnable en la lucha contra el terrorismo frente a un socialismo tibio. "El PP usa esta moción para dar alas a su planteamiento político en Madrid y para utilizarlo, otra vez, contra el Gobierno socialista, exigiendo la inmediata disolución de Bildu cuando han sido los tribunales los que han decidido que esté en las elecciones y, por tanto, en las instituciones", denunció en una entrevista a Europa Press, antes de lamentar igualmente los "juegos malabares" que adivinó en Bildu para evitar compartir el rechazo de la historia de ETA que plantea el PP.

Pero su duro embate contra el PP no se quedó ahí sino que se extendió hasta los ecos del atentado que aún estremece a Noruega. Y es que, si aquel baño de sangre lo protagonizó un radical de extrema derecha, López no dudó en asegurar que el PP ha mostrado también "algunos tics" peligrosos que facilitan la identificación entre inmigrante y delincuente, aludiendo así a la actuación de los populares "en algunos ayuntamientos vascos" donde, como en Vitoria, asuntos como la concesión de ayudas sociales a inmigrantes se situó como un eje de su campaña.

En este contexto, el dirigente socialista asumió que las bases del PP puedan distanciarse "más" de su Gobierno a medida que se acerquen las generales y aumenten los enfrentamientos, si bien confió en que esto no dañe la salud del pacto que le sostiene en Ajuria Enea gracias precisamente al apoyo de esta formación.

el pp responde Y ante la carga de López, la respuesta del PP, que optó en este caso por rebajar el alcance del enfrentamiento y sólo matizó por boca de su portavoz, Leopoldo Barreda, la "interpretación" que ayer hizo López de sus mociones de rechazo a ETA. "No son un tema de campaña" sino "de fondo, de convicciones democráticas", dijo Barreda, a quien la lectura hecha por López según la que las relacionaba con las próximas elecciones generales le resultó "excesivamente alambicada".

En todo caso, y metiéndose también en el pulso de precampaña, devolvió el golpe al socialista asegurando que "la trayectoria del PP es mucho más clara, más comprensible y merecedora de más confianza que la política errática del PSOE" en la lucha contra ETA. "Ésa es la cuestión de fondo: que el PP sabrá gestionar una política antiterrorista en las claves propias de una democracia y no en base a apaños de faisanes o de bildus o de loyolas", concluyó.