madrid. El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ve como líder del PSOE en su bicefalia con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, a la espera del resultado de los comicios del 20 de noviembre y del congreso federal del próximo año, aún sin fecha. "En este momento, estoy yo en el primer plano. Eso es así. En este momento, el líder del PSOE soy yo", dejó claro Rubalcaba en una entrevista radiofónica concedida ayer. Esto, en el plano práctico, se traduce en una evidencia: será el candidato y no Zapatero quien decida las listas, aunque el presidente "sí tendrá algunas palabras que decir durante su elaboración".
Rubalcaba ya confesó sentirse la cabeza del partido el pasado 15 de julio, una semana después de ser proclamado oficialmente como cabeza de cartel del PSOE. Pero una vez que Zapatero ha decidido adelantar las elecciones cuatro meses y no agotar la legislatura, Rubalcaba ha sentido la necesidad de reafirmar su liderazgo, si bien la secretaría general la siga ocupando el jefe del Ejecutivo.
programa El aspirante a la sucesión no aclaró si seguirá en la oposición si pierde en las urnas ante el candidato del PP, Mariano Rajoy: "Eso lo veremos el 20-N por la noche". Sin embargo deja una puerta abierta: "Voy a hacer un programa realista, pensando que me dan la confianza los españoles y gobierno. Luego, si no gobierno, trataré de que ese programa se cumpla desde mi perspectiva de oposición". "Ya sé perfectamente cual es el juego democrático, y lo asumo, y sé que tan importante es a veces trabajar en un sitio como en otro", apostilló Rubalcaba.
En la entrevista concedida ayer el candidato socialista fue generoso con su mentor. Rubalcaba defendió la labor de Zapatero al frente del Gobierno y señaló que "no se le ha hecho justicia". "Es verdad que ahora que Zapatero ha anunciado que deja la primera línea de la política es como si fuera el culpable de todo lo que ha pasado, pero todo eso se irá centrando con el paso del tiempo", destacó. No obstante, Rubalcaba reconoció que "algunas cosas se hicieron bien y otras no tanto" durante el mandato socialista, por lo que es necesario hacer "autocrítica" pero, en cualquier caso, reiteró que no renegará del pasado. "No voy a intentar que la gente olvide que fui ministro de Zapatero". En el capítulo del debe algo muy claro: "Tuvimos ocho años para pinchar la burbuja (inmobiliaria) y no lo hicimos".