Vitoria. Ezker Batua registró ayer su candidatura para liderar la Diputación alavesa durante los próximos cuatro años, una decisión que no afectará a la continuidad de las negociaciones que el partido progresista mantiene con el PNV, pero que trasluce la falta de acuerdo patente hoy en día.

Apenas un cuarto de hora antes de que concluyera el plazo para la presentación de candidaturas, la juntera Merche Echezarreta postuló ayer a su compañera de bancada, Nerea Gálvez, completando la terna que pugnará el jueves por el sillón foral. El dirigente jeltzale Xabier Agirre y el candidato popular Javier de Andrés cuentan con los apoyos de Bildu y PSE, respectivamente, una suma que otorga la victoria por un sólo juntero al secretario general del PP alavés. Ante este escenario, las matemáticas conceden una posición de privilegio al partido con menor presencia en la Cámara alavesa, cuyo respaldo al PNV volcaría la balanza en favor de Agirre, actual diputado general.

La llave del acuerdo, según han manifestado desde EB, reside en que la formación jeltzale acepte peticiones ligadas a la fiscalidad y el empleo, como principales pilares de la negociación. En el primer aspecto, el coordinador general del partido progresista, Mikel Arana, insistió ayer en la demanda de su partido para recuperar el Impuesto de Patrimonio -presentó una propuesta en el Parlamento Vasco encaminada hacia esta vía-. Sin esta modificación tributaria o una fórmula similar que incida en las rentas más altas, EB no está dispuesta a ceder sus dos votos alaveses, aunque este apoyo se limite en todos los casos a la sesión de investidura.

Arana destacó que la intención actual de su partido es mantener la candidatura de Gálvez si no hay acuerdo con los jeltzales, a pesar de que considera que "aún hay tiempo" para encauzar las conversaciones. El coordinador general insiste en que la pelota está en el tejado del PNV, de forma que su partido no se sentirá responsable si finalmente la Diputación alavesa queda en manos de los populares.

La presentación de la candidatura de Gálvez mantiene vivas las dudas sobre el futuro de la entidad foral y, al mismo tiempo, genera nueva dosis de esperanza entre las filas del PP, que asiste como convidado de piedra a las negociaciones hasta ahora infructuosas de PNV y EB. La posibilidad de recuperar el Gobierno que durante ocho años encabezó Ramón Rabanera para la formación conservadora ha llevado a varios de sus líderes a mostrar su disposición a reunirse con negociadores de EB. El último en subirse a este carro fue ayer el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, pero la respuesta también la obtuvo ayer mismo por parte de Arana, quien rechazó que su partido tenga la intención de mantener encuentro alguno con la bancada conservadora.

El líder del PP autonómico recuperó el escenario de presuntas corrupciones que sacuden a los jeltzales alaveses para determinar que la deriva de los votos de EB a la saca de Xabier Agirre resultaría "muy gravosa" para el partido de Arana. "No le veo a EB apoyando y pactando con un Ejecutivo salpicado por la corrupción, como ninguno en estos años", señaló Basagoiti para agregar que "no ha habido caso de espionaje, no ha habido un caso relacionado con un partido político en la historia de Euskadi como el del PNV alavés".

Al margen de esta visión, la comisión negociadora de EB y jeltzales retomaron ayer sus contactos tras el fin de semana que repetirán a lo largo de los próximos días. Fuentes de ambos partidos insisten en recalcar que, probablemente, si hay un acuerdo éste no llegue hasta el último momento.