Vitoria. Veinte días de descuentos, ofertas de hasta el 50%, summer shopping... Los términos empleados varían, pero el objetivo es el mismo: Atraer al mayor número posible de clientes, incentivar el consumo y, en definitiva, sacar la cabeza de las turbulentas aguas de la crisis. Las rebajas, oficiosas eso sí, han comenzado a popularizarse entre el pequeño comercio gasteiztarra antes de que la temporada al uso dé su pistoletazo de salida el próximo 1 de julio. La tendencia se observa desde hace ya varios meses, incluso años en algunos casos, principalmente en el sector textil.

Los reclamos en forma de jugosos descuentos copan los escaparates de la capital alavesa, en gran medida para competir con las grandes superficies, y los amantes de las compras no se ven obligados a esperar a las rebajas de invierno o verano para encontrar gangas. Según admiten los representantes del sector comercial gasteiztarra consultados por este diario, las agresivas campañas que durante todo el año ponen en marcha los centros comerciales y las cadenas de tiendas con mayor volumen de negocio les han obligado a emprender este mismo camino para seguir siendo atractivos de cara al público. Una estrategia que, no obstante, no convence a todos los comerciantes por igual.

Ése es el caso de Víctor Manuel Ibáñez, representante del sector textil en la asociación de comerciantes de la calle Gorbea, una de las vías con mayor solera de la ciudad y que, al mismo tiempo, más ha sufrido para sobrevivir a la coyuntura económica. En el último año y medio, una veintena de tiendas de Gorbea se han visto obligadas a bajar la persiana como consecuencia de la crisis. "Ofrecer este tipo de descuentos durante todo el año es algo que va en contra del comercio, pero nos vemos obligados a ello para competir con las franquicias o las tiendas de gran volumen, que hacen muchas rebajas encubiertas. En caso contrario perderíamos el tren de la competitividad", advierte Ibáñez.

El veterano comerciante recurre al símil deportivo para contextualizar la difícil realidad que vive el pequeño comercio de la ciudad. "Las franquicias buscan la rentabilidad a cualquier precio. Y esta corriente se debe a esta forma de trabajar: sucede como con los equipos de fútbol, que fichan muy rápido para que el contrario no les quite el jugador que quieren", lamenta el profesional. Por su parte, el responsable de comunicación del colectivo de comerciantes Gasteiz On, Casimiro González, también enmarca este fenómeno en la feroz pugna abierta entre las grandes superficies y el pequeño comercio, acentuada en los últimos tres años debido a la crisis. "Los comercios tienen que acudir a este refugio para vender porque hay mucha competencia", advierte.

A pesar de que la preocupación cunde mayoritariamente en el sector, el último informe sobre pequeño comercio elaborado por el Ayuntamiento de Gasteiz por fin invita a la esperanza. Los resultados de 2010 fueron los mejores de los últimos tres años, los afiliados a las Seguridad Social crecieron un 2,5% en el comercio minorista y Gasteiz asistió a la inauguración de 27 nuevas tiendas, la mayoría repartidas entre Zabalgana y el Casco Viejo. Si en estas dos zonas de la ciudad la recuperación tiene su encaje en la apertura de nuevos comercios, en otras como en Zaramaga, donde impera el negocio textil, los profesionales han decidido reinventarse tejiendo alianzas para escapar de la crisis: a grandes rasgos, adquiriendo productos en mercados emergentes, al igual que hacen las grandes marcas, pero a un precio más bajo porque el volumen de compra es mayor que si lo hicieran a nivel particular.

De vuelta a Gorbea, otra de las calles de referencia en el sector textil gasteiztarra, el presidente del colectivo de comerciantes, José Antonio Landeras, alude también al poder de las franquicias para explicar la marea de ofertas y descuentos en el sector minorista. "En cierta medida nos obligan a esto y nos tenemos que defender con promociones constantemente. Las superficies tienen una capacidad de compra y venta mucho más grande y no podemos quedarnos atrás", certifica Landeras. Mientras tanto, Ibáñez incide en sus reflexiones: "Si todos jugásemos con las mismas cartas, no tendríamos que hacer esto. Porque prácticamente estás obligando a tus clientes a que en época normal te pidan un descuento. Y nuestra labor debe ser mantener el prestigio del comercio de Vitoria".

De cara a las rebajas, las expectativas para esta temporada, que se extenderá en Euskadi hasta el 30 de septiembre, por de pronto son altas. Según algunas estimaciones, el pequeño y mediano comercio prevé incrementar su facturación entre un 2% y un 6% gracias a la inminente campaña.