vitoria. ¿Qué es lo que más le ha molestado de este proceso?

No me ha molestado. Si me pongo en el caso de una mujer, con la más mínima duda, lógicamente me parece bien que lo denuncie sea yo quien esté en ese papel o no. Pero estoy convencido de que en Vitoria no se dio y dudo mucho de que en el resto de maternidades de la Seguridad Social. El procedimiento de trabajo era parecido en todas.

¿Ni siquiera cuando su nombre salió a la luz por el legajo de aborto que firmó?

No, a estas alturas de mi vida estoy curado de espanto. Mi única preocupación es que no se transmita el miedo a parir en maternidades públicas porque están bien preparadas y no les van a robar. Lo que me parece una monstruosidad.

¿Qué pensó la primera vez que leyó una noticia sobre posibles niños robados?

Al principio pensé que era una fantasmada. Ahora se ha ido convirtiendo en una bola de nieve porque se apuntan más personas pensando que fue una situación organizada, yo creo que no. Pero en cualquier caso no me siento ni ofendido ni afectado. Yo también deseo saber la verdad para saber si me han engañado.

Entonces está de acuerdo con las reivindicaciones de Anadir...

Pienso que debería haber una investigación pronto y que los propios colegios de médicos o la propia Sanidad son los que deberían haber empezado la investigación y no el colectivo de afectados, para no generar dañar a los médicos. Si no les das una respuesta, parece que es una verdad cuando no lo es.

Sorprende que no quiera ocultarse hasta que pase el temporal. ¿Por qué razón concede ahora esta entrevista?

Quiero transmitir tranquilidad a todas las madres. Esa es la razón por la que me decido a hablar con vosotros. Pero al principio pensé: ¿A mí quién me manda meterme en líos? Hay un refrán riojano que es muy bueno: "el que está en paz y guerra busca, es más tonto que chorramandusca".

¿Desde Fiscalía le han notificado que tiene que declarar?

No.

¿Tiene miedo de que le llamen?

No, eso te puede dar temor si hubieras hecho algo raro y yo tengo la conciencia tranquila.

Ya, pero aún así es como el que se pone nervioso al ir a una revisión médica sin que le pase nada

No. ¿Sabes que pasa? Que toros más bravos hemos liado, como los pacientes que se te mueren...

¿Por qué razones en Arana no pudo ocurrir esto?

La primera razón es que el parto lo asistían las matronas, que eran muy celosas de su profesionalidad porque se consideraban muy bien preparadas y, además, en este caso concreto lo estaban. Naturalmente, siempre hay que poner la salvedad con los medios que existían en la época. Llamaban al ginecólogo sólo cuando lo necesitaban. Entonces, no hubieran aceptado que les robaran ningún niño porque su conciencia profesional se lo habría impedido. Segundo, estaban supeditadas a la inspección que iba a realizar a la mañana siguiente el jefe de Tocología.

¿No estaba presente en el parto?

No, sólo estaban ellas. Normalmente con una matrona ya valía, había como cuatro o cinco partos diarios. Los ginecólogos éramos responsables de nuestras matronas.

Así que su función era el seguimiento del embarazo...

Seguíamos el embarazo de las que venían a la consulta, con los medios que había en la época. Entonces no había ecógrafos ni el resto de instrumentos que hoy día existen y que lógicamente mejoran la calidad de la asistencia.

Si no estaba en el parto, ¿no podría ser que sucediese algo en ese tiempo del que no estuviese al tanto?

No, yo afirmo con absoluta seguridad que no. Sería imposible que nos engañasen.

¿Por qué razón si no estaba allí?

Ten en cuenta que cuando hay una madre que le falta el niño, falta un cuerpo... Todos los médicos estaban muy capacitados y no necesitaban el dinero que les podrían ofrecer por el robo de niños por mucho que les pagasen. En las maternidades provinciales, que dependían de la Diputación, tenían muchos más niños de los que se solicitaban para adoptar.

¿El índice de la mortalidad perinatal era normal en la Clínica Arana?

En esa época, 1963, el índice era muy alto en general. Hace 50 años fallecían 50 de cada 1.000 bebés. No había una consulta perinatal total porque hasta el sexto mes, las mujeres de las ciudades no iban a las consultas. En Arana estaría alrededor del 12 y asistiendo a nalgas lo bajamos al 6 por 1.000.

¿Por qué enfermedades morían los niños?

En el parto, la más normal era la anopsia (falta de oxígeno en el cerebro) porque los alumbramientos eran muy lentos.

Y si nacía saludable pasaba al Servicio de Pediatría...

Una vez que pasaban a Pediatría, aunque fuese una hora después de nacer, ya pasaban a depender de este servicio.

Entonces no tenían por qué pasar 24 horas para pasar a Pediatría...

No, porque si estaba sano y se preveía que podía vivir, pasaba. Dependía entonces de un equipo de enfermeras y médicos diferentes. Si existía un parto quirúrgico, entraba el anestesista, que era superior a todos los equipos.

¿Era imposible entonces que se fingieran embarazos?

Yo sí que conozco los rumores que hay en zonas rurales, de personas. Por ejemplo, que una madre tenía varios hijos y se ponía de acuerdo con otra vecina, que no lo tenía o pariente y simulaban un parto. Pero son rumores que yo nunca en mi vida he comprobado.

¿Era necesario que viese el cadáver?

Sí, claro. Si no se hacía era una irresponsabilidad del médico responsable.

Se ha llegado a decir que la anestesia era tan fuerte que adormecía a los bebés...

Eso que dicen yo creo que es una exageración, era la que se creía adecuada para la persona.

¿En Arana cree posible la figura del bebé congelado?

Eso es una fantasía, una creencia que no se ha enseñado nunca.

¿Y las madres que dicen que les entregaban uno al que apenas se le veía la cara porque estaba completamente vendado?

No, no creo que eso fuese así. Se los enseñaban y luego venía Lauzurica y la otra funeraria con las cajitas de cartón.

¿Esa es la caja de zapatos a la que se refieren las madres?

Sí, las han calificado como de cartón, pero era un poco mayor que una caja de zapatos. Venía con una cruz y con el nombre de la funeraria. Ellos se lo llevaban y lo enterraban, tenían que dar un parte al Registro Civil y para eso, era necesario un certificado del médico.

¿Cuál eran los pasos a dar si el bebé moría poco después del parto?

No se le congelaba porque a las 8.00 horas venía el de la funeraria.

¿En alguna ocasión oyó decir que el bebé había fallecido de forma repentina y que ya estaba enterrado?

Es evidente que aquí se ha exagerado un poco, porque nadie puede enterrar a nadie sin decírselo a la familia. Se le decía si había muerto y lógicamente se le debía enseñar. Si la mujer no quería verlo, se requería la presencia de un familiar. En lo que yo conozco, se les enseñaba.

¿Cuál era la función de los religiosos en Arana?

En los hospitales públicos o los del Seguro Obligatorio de Enfermedad (SOE) no tenían función asistencial directa: se encargaban de farmacia, de los lavaderos y del control de los alimentos en la cocina. La asistencia la hacían matronas tituladas, ATS y médicos especialistas con sus equipos. También había un cura al que le llamaban para dar la Extrema Unción. En el resto de hospitales, donde no había enfermeras, las monjas sí que ayudaban.

¿Era obligatorio dar a los padres un escrito de defunción?

La información era vía oral. No era obligatorio dar un informe escrito de lo que había pasado, pero si te lo pedían sí que había que dárselo.

Ante la duda de una muerte extraña, ¿se hacían autopsias a fetos?

No se hacían autopsias porque no era obligatorio como ahora. A ti te daba la versión de la matrona de por qué se había muerto y el médico lo certificaba.

¿Y las madres que dicen que oyeron al beber llorar?

Si había otros seis o siete niños allí, alguno lloraría. Hay explicaciones lógicas que alguien debería darles, como que las matronas salían corriendo para ayudar a los que se morían.

Si volviera atrás en el tiempo, ¿trabajaría de nuevo en Arana?

Joe... (se ríe). Hace mucho de eso. Es muy difícil... Pero yo he sido muy feliz. Recuerdo a todas las trabajadoras de Arana con muchísimo cariño. Lamentablemente, la vida me apartó de aquello.

Entonces, ¿por que decidio irse?

Cuando en los años 70 se produjo la jerarquización del equipo médico, a muchos nos hicieron consultores. Pero si te quedabas así era como caparte la profesión. Así que para no perder la calidad de operar, me mantuve en la asistencia de la Seguridad Social cuando me fui al Hospital de Santiago. Después, participé en la creación de la Clínica La Esperanza.

¿A raíz de este tema ya ha puesto fecha a su jubilación?

Realmente jubilado llevo desde los 63 años, lo que pasa es que paso consulta sólo dos horas por día. Yo he vivido de, por y para la Medicina. He sido feliz y no sé si lo habré conseguido hacerlo con más gente, pero al menos lo he intentado. Mi idea es dejarlo por completo este año. A lo largo de mi carrera en total, he asistido 22.000 partos y a 65.000 mujeres pacientes en consulta.