bilbao. El presidente del EBB dio ayer alguna pista sobre los pormenores de la iniciativa que la Ejecutiva del PNV está elaborando tras el comunicado de ETA. Aunque los pormenores de la iniciativa no se conocerán hasta el próximo día 26, coincidiendo con el Alderdi Eguna, Iñigo Urkullu mostró algunas pinceladas de la hoja de ruta jeltzale para afrontar el nuevo escenario político, motivado por el anuncio de la organización armada y por los movimientos de la izquierda ilegalizada. Y uno de los puntos destacados del trabajo confeccionado por el PNV pasará por una invitación a las diferentes formaciones vascas para realizar un diagnóstico común tras el "cese de las acciones armadas ofensivas" anunciado por la banda. Un escenario en el que únicamente podrían participar las fuerzas que se desmarquen totalmente de ETA y que sería compatible con las ofertas que llegaran del propio Gobierno Vasco. Un ofrecimiento que se apresuró a contestar el lehendakari López, reacio a estudiar cualquier plan que pueda despertar "recelos" y "diferencias".

Dos visiones antagónicas las que mostraron Urkullu y López, que obedecen a intereses enfrentados. El PNV es consciente de que no es el momento de quedarse esperando a los acontecimientos, un papel que parece haber adoptado el secretario general del PSE, pese a los mensajes que Jesús Eguiguren -al que ayer se le pudo ver siempre muy cerca de su jefe- le viene lanzando para que se moje en pro de la normalización de Euskadi. Y el presidente del EBB, según indicó durante su intervención en el Forum Europa, confirmó que su partido no se va a quedar atrás ante el actual escenario. Siempre, eso sí, desde una posición "firme". Está por dilucidar cómo, dónde y cuándo se podrían reunir los diferentes partidos para debatir sobre la actual coyuntura. Lo que parece claro es que la posibilidad de que las reuniones fueran por vía parlamentaria es casi nula, ya que PSE y PP mucho tienen que cambiar para aceptar el debate en la Cámara.

"ETA podrá negociar las cuestiones técnicas de su alto el fuego, pero en ningún caso va a adquirir ningún tipo de legitimidad ni representación de la sociedad vasca, ni va a tener capacidad de tutela de un proceso de normalización", advirtió el dirigente jeltzale, que dejó claro que el PNV siempre tendrá la mano tendida a quien desee desligarse de la tutela de la banda. "Sin violencia hay todo un universo por explorar y por construir. Con la coacción no hay espacio para nada". Un mensaje para los representantes de la ilegalizada Batasuna, a los que Urkullu desea ver participando en el día a día de la política siempre que cumplan las reglas del juego, como el resto.

En el extremo opuesto, sin ganas de alterar nada, se sitúa el lehendakari López. Atado en corto por el Partido Popular -que en los últimos días ha repetido por activa y por pasiva que a la izquierda abertzale oficial no se le debe dar respiro-, el líder del PSE no quiere cambiar nada. Y menos que en una hipotética mesa de debate puedan estar presentes los que motivaron que fuera a juicio junto al lehendakari Ibarretxe por reunirse con ellos durante el último proceso de paz. Es más, según destacó López durante el encuentro que representantes del PSE mantuvieron ayer en Donostia, el diagnóstico común que busca el PNV ya existe: "Por qué, si todos decimos que no hay ninguna novedad, ahora tenemos que hacer cosas diferentes. El éxito de la política de intolerancia frente al terrorismo, el éxito de combatir y luchar permanentemente contra una banda terrorista y la unidad de todos en esa dirección es lo que nos ha traído hasta aquí. Mantengamos eso".

Ley de españa para euskadi Urkullu, antes de destacar que dentro del PNV el deseo a que se reconozca el derecho a decidir es permanente, pero que esta premisa no va a condicionar la iniciativa que prepara su formación, denunció la vigencia de la Ley de Partidos y los pasos que socialistas y populares están dando para blindarla contra los posibles planes de la izquierda ilegalizada. "Su modificación se está diseñando, otra vez, sin contar con el consenso ni la complicidad del sentir mayoritario de la sociedad vasca. Es una ley de España para Euskadi. Se obvia, una vez más, la inmensa mayoría de los vascos", resaltó el burukide, que aprovechó para llamar a la calma ante los continuos rumores y especulaciones sobre el futuro del conflicto vasco.

Tras considerar "un insulto" el último comunicado de ETA, Urkullu subrayó que no se deben olvidar los errores cometidos en circunstancias similares "en un pasado demasiado reciente". Y una de las conclusiones que la formación abertzale ha sacado de episodios anteriores, según indicó, es que la transcendencia del momento no debe "hacernos perder el rumbo". "Una estrategia que parece querer involucrarnos a todos, como si en nuestra mano estuviera resolver un problema cuya solución está en el tejado ajeno", subrayó el burukide, que aconsejó a la izquierda aber-tzale oficial que rompa amarras definitivamente con ETA, porque corre el riesgo de sufrir en primera persona un "naufragio colectivo".

Las primeras pistas de la hoja de ruta del PNV despertaron la reacción de Aralar, que por boca de Aintzane Ezenarro restó importancia a la iniciativa. "Lo lógico es que esta iniciativa la tomara el PSE, el resto ya lo estamos haciendo, ya estamos hablando", apostilló la dirigente abertzale.