Vitoria. El controvertido Plan de Convivencia Democrática para llevar a las aulas la deslegitimación del terrorismo de ETA está a punto de echar a andar. "Ya está todo en marcha", aseguró ayer rotunda la consejera de Educación, Isabel Celaá, respecto a la implantación de un proyecto que llega a las aulas precedido de un intenso debate que enfrentó a la comunidad educativa y a la oposición parlamentaria con los planes de PP y PSE ya durante su proceso de elaboración.

Sin embargo, según pudo saber ayer DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA, aquellos errores que llevaron al conjunto de la comunidad educativa a criticar la falta de comunicación y espíritu participativo que evidenció esta consejería al abordar esta reformulación, no sólo siguen lastrando su aplicación, sino que han creado un escenario en el que será casi imposible que los profesores desarrollen los contenidos de esta asignatura en los términos que marca el nuevo plan: al menos en los primeros compases del curso que arranca el próximo lunes.

Los deberes, sin hacer La intención del Gabinete López era empezar a impartir esta materia a unos 18.000 alumnos, que se educarán en estos contenidos a través de la asignatura Educación para la Ciudadanía entre 5º de primaria y 3º de secundaria.

Sin embargo, pese a lo avanzado que el Ejecutivo vasco asegura tener el plan, la realidad es que los centros educativos no han recibido aún ningún material específico para desarrollar esta asignatura. De hecho, Celaá sólo pudo adelantar ayer su intención de crear unos foros de reflexión entre los estudiantes para que estos desarrollen "empatía hacia el sufrimiento ajeno y hacia las víctimas".

La consejera recordó que su Departamento heredó del anterior Gobierno un contenido ya preparado. Sin embargo, a falta de uno nuevo, los profesores no podrán utilizar tampoco este material ya que, en palabras de Celaá, está siendo objeto de "evaluación" y "actualización" para eliminar del proyecto que sacó adelante el Gabinete Ibarretxe los contenidos que socialistas y populares consideran "más débiles, más ambiguos, menos comprometidos y más equidistantes" con la violencia que ejerce ETA.

Así las cosas, cuando apenas quedan un par de días para el inicio del curso, la falta siquiera de una fecha que fije cuándo llegarán estos materiales educativos a manos de los docentes, o incluso cuándo recibirán estos los "seminarios de formación" con los que la consejería orientará sus clases -el Departamento se limita a responder que será "durante el primer trimestre"-, sitúa a la comunidad educativa en una incómoda indefinición.

Entre tanto, los centros no tendrán nada más que los recursos que ya poseían antes de que se llevara a cabo esta polémica reforma para impartir esta asignatura, algo a lo que Celaá restó importancia. "Lo que realmente hace falta es que haya sensibilidad para preparar a los jóvenes hacia esa empatía", declaró.

Así, los centros decidirán cómo hacen llegar a los alumnos los relatos de las víctimas, sea mediante medios audiovisuales o de manera presencial; un aspecto que resultó capital durante la reformulación de este plan, pero sobre el que Celaá tampoco quiso ofrecer más detalles en aras a "preservar la intimidad de los centros y de las víctimas".

"terrible improvisación" "No tenemos ni idea". Ésta fue ayer la respuesta que este periódico se encontró al preguntar a los diferentes agentes que componen la comunidad educativa si ellos habían recibido más explicaciones que las que ayer dio Celaá a los medios sobre por dónde debe circular la aplicación del nuevo plan.

Los principales asombrados son los profesores, que tendrán que apañárselas para impartir esta asignatura a la espera de que se les comunique cuándo tendrán el material educativo y cuándo recibirán los prometidos seminarios de formación.

Para el sindicato mayoritario en este colectivo, STEE-EILAS, se vuelve a demostrar que el Gobierno Vasco antepone la publicidad de sus actos a su ejecución y que sigue dando la espalda al diálogo, lo que hace que la comunidad educativa se entere de sus decisiones "a través de los medios". "Se vuelve a ver la sombra de una improvisación terrible", coinciden otras centrales -desde ELA hasta UGT-, completando una crítica que comparten los demás agentes implicados que, en el mejor de los casos, achacan esta deceleración en esta materia al desgaste que supuso para el Gobierno el mal arranque que dio al proyecto.