madrid. Las cenizas lanzadas al cielo por la segunda erupción en tres semanas del volcán situado bajo el glaciar de Eyjafjälla, en Islandia, están provocando el mayor caos conocido en la historia de la aviación comercial.

El desplazamiento de la nube de cenizas, que avanza desde Islandia hacia el este por el norte y centro de Europa y que en las próximas horas podría extenderse hacia el sur del viejo continente, hace que el colapso del cielo europeo sea prácticamente total. Según Ángel Rivera, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), "parece claro" que no afectará a España y se quedarán en Francia, ya que, entre otros motivos, en la Península Ibérica sopla viento de sur y suroeste que "no permitirán" que lleguen hasta ella.

De momento, los espacios aéreos de Bélgica, Irlanda, Reino Unido, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Hungría, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Polonia, Rumania, Suecia y Suiza están cerrados. Pero adicionalmente, los aeropuertos de España, Bulgaria, Alemania, Grecia, Italia, Rusia, Eslovaquia y Ucrania han cancelado centenares de salidas y llegadas. El problema ya ha originado, según informa desde Bruselas la Organización Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol), la suspensión del 60% de los vuelos que deberían haberse realizado en Europa en los dos últimos días. Ayer había otras 17.000 operaciones afectadas (25.000 en total durante los dos días), de los 29.500 vuelos que se esperaban para ayer en Europa, que han dejado en tierra a más de 5 millones de pasajeros. De hecho, de los 300 vuelos transatlánticos previstos para ayer, tan sólo pudieron realizar sus trayectos 120.

En España, el número de vuelos afectados alcanzaba ayer los 1.120, y se correspondían a las conexiones con el Reino Unido, Irlanda, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Bélgica, Suecia, Polonia y Estonia, así como con algunos aeropuertos de Alemania, Noruega y Francia.

compensación Las compañías españolas Iberia, Air Europa, Spanair y Vueling, anunciaron que aquellos pasajeros que no puedan realizar su viaje por este problema, podrán cambiar sus billetes para otro destino o para otra fecha, e incluso, en algunos casos, se les puede devolver el dinero.

Desde Málaga, el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), Juan Ignacio Lema, calificó la situación de "caso insólito" y defendió la cancelación de los vuelos por "razones de seguridad". Aunque no hay una cifra exacta de los costes para las compañías aéreas la suspensión de estos vuelos, fuentes del sector consideran que las pérdidas pueden llegar a los 740 millones de euros (unos 1.000 millones de dólares) si el problema continúa en los próximos dos días.

La situación que ayer vivía Europa y que los expertos confiaban en que se solucionara en un plazo de 48 horas, en función de la densidad de la nube y del viento que la desplazaba a una altura entre 5.500 y 11.000 metros, era más caótica que la que se estima que se produjo en la aviación comercial con motivo del atentado de Nueva York del 11-S.

En aquella fecha se produjo el cierre del espacio aéreo de Estados Unidos, pero no hubo tal problema como el que lleva viviendo Europa en los últimos dos días. El volcán, que se encuentra bajo el glaciar de Eyjafjälla, en la parte sudoeste de Islandia, entró en erupción el 20 de marzo tras 200 años dormido, comportándose con mayor virulencia el 14 de abril.

La nube de cenizas, que según un experto podría influir por su efecto refrigerador sobre el clima de la Tierra si alcanza la estratosfera, está formada por finas partículas de roca que son altamente abrasivas, y que según expertos pueden penetrar en las turbinas de los motores de los aviones y paralizar estos, con el riesgo que supone para el vuelo.

antecedente En la historia de la aviación hay un caso protagonizado por un avión de la compañía británica British Airways el 24 de junio de 1982, que se vio envuelto en una de estas nubes. Un Boeing B747 que volaba por el Pacífico Sur, tuvo sus motores afectados por la nube de cenizas lanzadas por el volcán indonesio Mount Galunpjung, que se pararon en vuelo por unos minutos, consiguiendo los pilotos volverlos a encender evitando así el desastre.

Los expertos confían en que durante las próximas 48 horas se disipe la nube de cenizas y la normalidad pueda volver a los cielos europeos. Las autoridades de Islandia señalaron ayer que lo que antes eran erupciones constantes se habían convertido en esporádicas.

La alerta también se mantenía en el sur de Islandia tras las crecidas provocadas por el deshieo del glaciar. Las riadas no provocaron daños personales, pero sí daños materiales de consideración en varias carreteras. Las autoridades reiteraron su recomendación de usar una mascarilla y ropa protectora en caso de salir a la calle, invitando a los niños y adultos con problemas respiratorios a permanecer en sus casas.