vitoria. Su llegada estaba anunciada como una visita no deseada y Cynthia, como se bautizó a la ciclogénesis explosiva, no faltó a la cita. El vendaval sacudió estructuras, agitó mobiliario urbano, arrancó árboles y, sobre todo, provocó mucho miedo. Aunque las rachas eran esperadas horas antes, las peores sospechas no se confirmaron hasta pasadas las 17.00 horas. Los vientos que se dirigían veloces hacia la CAV entraban por Galicia a 190 kilómetros por hora y el timbre de los teléfonos de Lakua comenzaba a sonar con tono de preocupación, ya que la trayectoria gallega dibujaba el peor de los escenarios. "El grado de afección más severo de todos los previstos para Euskadi", lamentaba a media tarde el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares. El viento llegaría desde el suroeste para después cambiar bruscamente a componente oeste, lo que provocaría una negativa afección en las zonas de costa que inicialmente no estaba contemplada. Tocaba movilizarse.
El Ayuntamiento de Vitoria daba orden inmediata de suspender todas las actividades de la ciudad. Ni representación teatral en el Principal ni flamenco en Hegoalde. El servicio de transportes públicos tampoco funcionaría a partir de las 20.00 horas. Ni autobuses, ni tranvía. Y el gautxori descansaría igualmente en las cocheras de Aguirrelanda. Ares comparecía para reforzar la misma idea repetida hasta la saciedad en la jornada anterior: "Que nadie salga de casa". Las previsiones a esa hora ya hablaban de vientos de 120 kilómetros por hora en las zonas habitadas del territorio y de hasta 140 en las montañosas. El epicentro del temporal se fijaba entre las 20.00 y las 2.00 horas, pero en Vitoria se notó su presencia sobre todo a partir de las 21.30 horas, cuando los viandantes se refugiaron en cajeros automáticos y portales a la espera de que amainara.
Pasadas las 19.00 horas llegaban los primeros reportes sobre ráfagas de más de 170 kilómetros por hora en diferentes puntos de la CAV. En Álava, el polideportivo de Armiñón sufría graves daños por el viento y en la zona de Agurain se producían cortes intermitentes del suministro eléctrico por la mañana. En Vitoria, un enorme árbol ubicado en la trasera de la catedral nueva sucumbía al empuje de las fuertes rachas.
Adif comunicaba la suspensión de la circulación de sus trenes en toda la zona norte. A partir de las 15.00 horas dejarían de operar en Galicia, desde las 16.00 en Cantabria y desde las 18.00 en Asturias, León, CAV, Navarra y La Rioja. La Cornisa Cantábrica quedaba paralizada, aunque Renfe explicaba que disponía de un plan alternativo de transporte por carretera para los pasajeros de los trenes de larga distancia que alcanzaba todos los destinos del norte peninsular. Las firmas de autobuses La Unión y La Burundesa concluían precipitadamente su jornada a las 18.00 horas y el tráfico de camiones quedaba prohibido. Vitoria se blindaba ante el ciclón.
La megafonía de los centros comerciales alertaba a sus clientes de la inminente paralización literal de la capital alavesa. Ante la perspectiva de regresar a casa a pie enfrentándose al viento, muchos concluyeron prematuramente su jornada de compras. Además, el gobierno local recomendó a dichos centros que cerraran sus puertas antes de las 20.00 horas, momento en el que estaba previsto que las rachas llegasen con mayor violencia.
La activación del plan municipal de emergencia por vientos fuertes daba cuenta de la gravedad de la alerta, una idea que reforzaba el hecho de que, a las 17.30 horas un vuelo de la compañía Spanair procedente de Tenerife Sur que debía aterrizar en Bilbao fuese desviado a Foronda por el viento.
La Feria de la Patata de Valdegobía, que debía tener lugar hoy en Espejo después de que hace dos semanas se suspendiera su celebración por las fuertes nevadas caídas sobre Álava, tuvo que cambiar nuevamente de fecha por cuestiones climatológicas. Si el tiempo lo permite, se llevará a cabo el próximo domingo 7 de marzo.
ciudad vacía Los vecinos de la capital alavesa tomaron buena nota de las recomendaciones del Gobierno Vasco y se decantaron por los planes caseros. Película y partido para pasar la tarde con las persianas completamente subidas o totalmente cerradas. En pleno sábado, la ciudad tenía aspecto de domingo.
Lo cierto es que tampoco había muchas cosas que hacer en la calle. Con muchas tiendas y bares cerrados, los parques de La Florida, El Prado, el paseo de la Senda y las instalaciones deportivas de Gamarra y Mendizorroza clausuradas temporalmente por orden municipal, la mejor alternativa era quedarse en casa. Tampoco se celebraron actividades culturales y deportivas al aire libre y en los centros cívicos. El alcalde, Patxi Lazcoz, recomendó a los ciudadanos que tampoco salieran por la noche ante el peligro de que se produjeran incidentes.