A la izquierda del PNV se ha abierto un enorme abanico de formaciones que han enriquecido con sus matices la oferta electoral vasca, pero a costa de fragmentar la fuerza real que podría tener este sector en las instituciones si se presentara de forma conjunta ante las urnas.
Aralar, EA, EB, Hamaikabat, Alternatiba, Zutik, Batasuna,... Con sus diferentes matices, todos se reivindican progresistas, todos defienden que los vascos tienen derecho a decidir su futuro, pero todos compiten por un mismo pedazo de la tarta electoral.
Sin embargo, en los últimos meses se ha despertado un nuevo impulso político que transgrede las fronteras de los partidos, que late con fuerza en diferentes discursos llamando a sumar esfuerzos para articular un nuevo espacio-incluso mediante la creación de una nueva marca electoral conjunta- a través del que se pueda cambiar el actual reparto de fuerzas en las instituciones vascas, avanzando desde ellas hacia los planteamientos soberanistas y de izquierdas y, quizá, ayudando así a "canalizar" el fin de la violencia.
Las elecciones municipales y forales de 2011 juegan un papel importante en este escenario. Son la meta, la fecha límite ante la que hay que llegar con los deberes hechos, y por lo tanto, el motor de este impulso.
Y esto es así principalmente por dos factores que en último extremo son sólo uno: la situación de ilegalidad a la que previsiblemente se enfrentará todo el mundo que antes aglutinaba Batasuna, y las mayorías que en ese contexto atomizado podrían alcanzar PSE y PP en las diputaciones y los ayuntamientos si siguen la estrategia pactada tras las últimas elecciones por PSE y PP en la CAV, y UPN y PSN en Navarra.
una nueva mayoría La manifestación que recorrió las calles de San Sebastián en protesta por la detención de los líderes de la izquierda abertzale tradicional (que se cree que trabajaban en un giro en su discurso que facilitara esta unión de fuerzas) visualizó la respuesta conjunta que muchos trabajan ahora para traducir en la creación de un nuevo cauce que articule esa hipotética mayoría y que, según los resultados obtenidos en anteriores elecciones, algunos analistas creen que podría llevarles a estar a la altura de las fuerzas más importantes.
Desde aquella fotografía multitudinaria, los esfuerzos en este sentido se han acelerado. Así, en menos de un mes, han coincidido en hacer públicas sus llamadas a la unidad el Foro de Debate Nacional (el 31 de octubre), los representantes de la izquierda abertzale reunidos en Alsasua (14 de noviembre), Eusko Alkartasuna (el día 21) y Ezker Soberanista Eraikitzen (el día 26).
"Hoy, más que nunca, se hace necesario habilitar un cauce común entre las fuerzas progresistas y abertzales" decían representantes de la izquierda abertzale ahora ilegalizada. "[La acumulación de fuerzas] es la única vía posible para lograr la independencia de una forma pacífica y democrática. Euskal Herria se encuentra en una encrucijada debido al frente unionista y a la vuelta de ETA a la extrema violencia de las armas. Por eso, dejemos de lado los errores del pasado y los recelos mutuos (...) para lograr un país libre y unido", recogía el último manifiesto de EA.
el impulso de una red social Sin embargo, más allá de los pronunciamientos de los partidos, que en los últimos años han actuado como creadores y tractores de este tipo de iniciativas, quizá el elemento más curioso en esta nueva situación es la proyección que este impulso político está teniendo en el ámbito social.
Según ha podido saber DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA, una compleja red trabaja en estas mismas claves desde hace meses apartada de los focos, con dinámicas de trabajo paralelas, pero con un mismo objetivo: crear una masa social que, poniendo su fe en este proyecto de suma por encima de las simpatías o militancias partidistas de cada uno, allane el camino a los partidos detectando los desacuerdos que encontrarán, y dando los primeros pasos en un trabajo común.
Hace apenas una semana se presentaba en sociedad Ezker Soberanista Eraikitzen (Construyendo la Izquierda Soberanista); una iniciativa cuyo nombre no deja muchas dudas sobre sus intenciones finales. Algo antes se hacían públicos los resultados de la reflexión que emprendió el Foro de Debate Nacional y que también señalan la necesidad de que este ámbito político acumule sus fuerzas para generar un nuevo escenario. De fondo observa esta situación la Iniciativa de Maltzaga, impulsada en un primer momento por la Fundación Euskaria pero que ya camina con personalidad propia y que desde hace más de tres años viene siendo la principal promotora de este debate. Y confluyendo en las reflexiones, otros foros como el observatorio de Gaindegia, o el Grupo de Araia trabajan para dotar de contenido al avance de este proyecto.
la táctica y la estrategia Pero, ¿cómo se hará? Teniendo en cuenta el fracaso que las iniciativas de este tipo han cosechado en el pasado, y la distorsión que siempre añade la participación de los partidos y la lucha por el liderazgo que ésta implica, ésa es la gran pregunta que queda sobre la mesa.
Algunos miran a herramientas como Udalbiltza en busca de un método de unidad coliderada válido.
Sin embargo, lo que se plantea como más probable es un escenario en tres fases que se retroalimenten. La primera sería la actual, en la que se trenzaría esa red social que sostenga e impulse el avance posterior. Después, ya con los partidos en juego, se buscaría una "confluencia estratégica de independentismos", como recientemente explicaba el parlamentario de Eusko Alkartasuna, Jesús María Larrazabal. Por último, desde esa "confluencia estratégica" -quizá convertida en plataforma electoral conjunta- se trataría de abrir el abanico de colaboración a las fuerzas que hubieran quedado fuera de esta suma pero podrían coincidir en decisiones tácticas y acciones coyunturales ante cada situación concreta.
La cocina está al rojo vivo. Falta por ver si esta vez sube el suflé.