Hace unos meses que sucedió. Unos inspectores de la Seguridad Social, dependientes del Ministerio de Trabajo, acudieron a la feria que viene sucediéndose los sábados en la localidad guipuzcoana de Tolosa. Exigieron una serie de documentación referente a la legalidad o al tipo de cotización del régimen de la Seguridad Social al que estaban adscritos los baserritarras que llegan a él y que nos atienden en ese tipo de mercados, así como el de Ordizia entre otros. Muchos de ellos, cotizan en el régimen de los autónomos agrarios y otros en cambio, son pensionistas o jubilados.

En las ferias de Gipuzkoa y en la generalidad de los pueblos, ofrecen este tipo de servicios a la ciudadanía, donde abunda producto de calidad, hechos y labrados con mimo en sus caseríos. 

El objetivo de complementar una miserable pensión hace que bajen a las plazas a darnos esos productos llamados lechuga Batavia, manzana Errezil o calabaza cacahuete.

El asunto da pena. Si nos basamos a los datos históricos, en Ordizia, por ejemplo, hace tiempo que los feriantes locales no tienen alegría de gasto por parte de los ciudadanos. El auge de la apertura de centros comerciales, allá por los años ochenta, hizo que el oriundo dejara este consumo popular y tradicional. 

El cocinero tampoco lo visita, solo unos pocos acuden a él y la forma habitual es el teléfono y ahora el whatsapp a la hora de realizar el pedido.

La gota que ha colmado el vaso han sido esas recientes visitas, advirtiendo de que están incumpliendo la legalidad de los impagos a la Seguridad Social. La pasta de la jubilación da lo que da, si la pensión normal de un baserritarra está en torno a los seiscientos y pico euros, no tiene otra opción que prescindir de la mitad de su pensión para abonar lo correspondiente. El propio ministerio del Gobierno se llena la boca potenciando la agricultura familiar e impulsando la ley de Agricultura familiar. 

Puede haber situaciones más graves si hay colaboradores en casa y hay que realizar un contrato, o como decía aquel baserritarrra al informativo Gaur Egun, que si no hay ingresos, tampoco público, y encima vienen las multas, esto puede ser el remate.