A la mañana estuvimos jugando con las cartas, y con las piezas de colores de hacer una torre y sacar una a una sin que se caiga. Y también a piedra, papel o tijera, saca lo que quieras. Luego fuiste a comer supercontento, macarrones con tomate y patatas fritas. Y antes de irme, me has enseñado el peto que ya teníais preparado para ir a la Korrika Txiki. Al bajar a la calle, me dijiste adiós como siempre desde el balcón, cantando Harro herri, Korrika! Harro herri, Korrika!. Pensé: qué bien se lo van a pasar en la Korrika Txiki esta tarde. La idea era hacer el kilómetro de la ikastola todos juntos y luego ir a la Plaza Nueva a ver cómo llegaba el lekuko. Yo no tenía tanta suerte como Oier. Me he ido a casa a comer, luego tenía que ir a trabajar. Por el camino al curro he venido pensando en el calor que hacía, mirando a la gente sentada en bancos y terrazas, a padres y madres que ya volvían con los petos de la mano, a chicas jóvenes listas para ir al centro esperando al autobús... Todo genial hasta que he mirado el móvil a ver si me daba tiempo a un café rápido antes de ponerme a escribir y en ese momento... todo se ha parado. He visto un whatsapp que hablaba de un niño que se había caído de una ventana en Salburua. Todo se ha parado para esa familia de Salburua.