No se equivocó Luis García Plaza cuando, en su comparecencia del sábado, avanzó que sus pupilos se habían “levantado” de la caída sufrida en Los Cármenes e iban a ir “a tope” en el partido frente al Atlético de Madrid. Así lo reflejó el marcador de Mendizorroza (2-0) y, del mismo modo, pudieron corroborarlo todos aquellos seguidores babazorros que, desde sus respectivas gradas, fueron testigos y disfrutaron de un Alavés intenso, valiente y feroz

Uno de los factores que hicieron posible volver a ver la mejor versión del Glorioso, quien está muy cerca de certificar su permanencia en la élite, fue la pequeña revolución que el técnico albiazul desató en el once. Además de variar su sistema usual, el madrileño dio oportunidad a alguno de los menos habituales, como ya había hecho últimamente, y el plan le salió a pedir de boca, pese a tener enfrente a uno de los clubes más potentes de Europa. 

El adalid de dicha rebelión, cabe destacar, fue Giuliano Simeone. Aun no habiendo sido titular en Liga hasta ese momento, el delantero argentino logró ser un auténtico quebradero de cabeza para los defensores del Atlético, retándoles una y otra vez en carrera y peleando por cada balón como si fuera el último. No vio portería, eso es cierto, pero su actuación sirvió como muestra de que tiene aptitudes para jugar en Primera División. 

Asimismo, Giuliano estuvo muy bien acompañado por el veterano Kike García, cuyo protagonismo había ido a menos en los últimos meses. Mientras el Cholito, que cayó mucho a la banda, se dedicaba a levantar a Mendizorroza con cada una de sus arrancadas, el ariete manchego se centró en habilitar multitud de ofensivas con su juego de espaldas. También estuvo veloz en los contragolpes, y eso que los balones al espacio no deberían ser su fuerte.

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Las mejores imágenes del Alavés-Atlético en Mendizorroza Jorge Muñoz

Otra de las novedades en el once babazorro fue Carlos Benavídez. El uruguayo está contando cada vez más para Luis García y su actuación contra el Atlético, portando el brazalete de capitán, fue el ejemplo perfecto de lo que puede dar al Alavés cuando está sobre el césped. Más allá del gol, en el que se apreció una gran ejecución, fue un auténtico perro de presa, sin sobrepasar el límite, y se le vio en su salsa. No hay nadie mejor para bajar al barro.

Nada tuvo que envidiar, además, la pareja que formaron Benavídez y Antonio Blanco a la mencionada entre Giuliano y Kike. Aunque la situación del mediocentro cordobés no ha sido como la de los anteriores, sería injusto analizar al charrúa sin tener en cuenta su papel. Todo balón que sobrepasó al primero, siempre dispuesto a saltar a la presión, fue cortado por el segundo, quien se transformó en un pulpo para aguar la fiesta a los centrocampistas rivales. 

Tampoco fue novedad en el once, pero sí forma parte de los cambios que ha hecho Luis García en las jornadas más recientes, Nahuel Tenaglia. El argentino, junto a Abdel Abqar y Rafa Marín –ambos descartados frente al Celta por sanción–, fue capaz de desconectar casi por completo a los delantero colchoneros, y eso que uno era Antoine Griezmann y el otro Ángel Correa. Antonio Sivera tuvo que aparecer, pero no tanto como otros días.

UN ONCE MENOS PREDECIBLE

La mayoría de los futbolistas que se han mencionado sirven como muestra de que el entrenador alavesista ha ampliado su abanico de posibilidades en las últimas semanas. Hasta hace no mucho, acertar cuál sería su once elegido no era difícil, pues la base siempre era la misma y, si había novedades, eran una o dos -y casi siempre las provocaban las bajas-. Algo que, eso sí, le valió para dejar al Alavés en una situación ideal de cara a lograr su objetivo.

Sin embargo, la acumulación de minutos y algunos malos resultados estaban haciendo mella en algunos albiazules –Ander Guevara, Jon Guridi, Luis Rioja o Samu Omorodion son los ejemplos más claros– y una reacción así era necesaria, por mucho que se diera el accidente de Los Cármenes. Para un club como el Glorioso, con recursos limitados, siempre va a ser positivo ir sumando hombres a la causa, y Luis García lo está haciendo.

En ese grupo también se puede meter a Carlos Vicente o Joaquín Panichelli, quien, pese a su inexperiencia, gusta mucho al técnico madrileño; y solo falta ver si va a ser capaz de enganchar a otros como Ianis Hagi, Xeber Alkain o Abde Rebbach. Una vez se asegure matemáticamente la permanencia, es probable que haya más sorpresas, sobre todo en cuanto a canteranos. El Miniglorias, cabe recordar, ya no tiene opciones de meterse en el play off.