Los limpiaparabrisas son uno de los elementos de seguridad y visibilidad de nuestro coche en los que menos solemos reparar. Cuando llueve, nuestro para brisas está sucio o en situaciones climáticas adversas son imprescindibles, pero para entonces, cuando los necesitamos y le damos al mando correspondiente para activarlos, es posible que no estén en las debidas condiciones y no realicen su función con eficacia y fiabilidad.

Si las escobillas de los limpiaparabrisas de tu coche están en mal estado, puede restar hasta un 20% de visibilidad y poner en riesgo tu seguridad, sostienen los expertos de Norauto. Por no hablar de lo peligroso que puede resultar conducir bajo lluvia intensa o con viento y polvo con unas escobillas que no limpian bien y dejan suciedad.

Además de incidir en la pérdida de seguridad, unos limpiaparabrisas en mal estado pueden deteriorar el cristal del parabrisas, rayándolo.

El cambio de las escobillas de los limpiaparabrisas es una operación que debe hacerse, generalmente, cada año y medio o dos años. Este intervalo de tiempo dependerá de las condiciones de las escobillas y del uso que haya tenido. Hay algunos detalles que avisan de cuándo deben ser reemplazados, aunque los más importantes son dos:

No limpian bien

Es el síntoma más evidente de que las escobillas no están en buen estado. Si ves que, cada vez que pasa, deja sucio el cristal o con algunas partes sin limpiar, es que están deterioradas. Puede que se hayan desgastado por el uso o por el frío o el sol al estar a la intemperie.

Hacen ruido

Es otro indicio claro. Si notas que cuando los limpias recorren el parabrisas hacen ruido, es porque la goma de la escobilla se ha endurecido o hace demasiada presión. Son unos pequeños silbidos causados por la fricción y el movimiento que indican que la goma está perdiendo flexibilidad.

Estrías

Además, también pueden producirse estrías. El hecho de dejar líneas, rastros o estrías es señal de que no se encuentran en buen estado y de que debemos cambiarlas por unas nuevas.

Gomas deformes

También es posible que la goma pierda su forma o le salgan guías, de manera que no se adapta del todo al cristal y deja zona sin secar al accionarse.

Ante este problema, debes sustituir rápidamente las escobillas, ya que pueden rayar el cristal y perder visibilidad. Incluso en casos extremos es necesario cambiar el parabrisas.

Consejos de mantenimiento

Para alargar la vida útil de las escobillas es conveniente realizar un correcto mantenimiento .

  • Revisión ocular. El prestar atención y revisarlos a menudo nos permitirá comprobar si algo duro queda atrapado entre ellas, como una piedrecita o ramita. Antes de arrancar el coche es aconsejable retirarlos .
  • Cuida el brazo de metal. También deberás revisar el brazo de metal en las que se montan las escobillas para asegurarte de que hacen fricción con el vidrio y limpian bien. Si aún así no limpian correctamente la causa más probable será el desgaste de las escobillas.
  • Evita las temperaturas extremas. Aparcar en la intemperie y que el coche sufra los rayos del sol en verano durante muchas horas o el frío, la lluvia y las heladas en invierno puede afectar a las escobillas y a la goma del parabrisas.
  • Aplica repelentes anti lluvia en los cristales. Consiste en una capa impermeable que hará que la superficie sea menos adherente y que las escobillas trabajen de forma más ágil.
  • Hidrata las escobillas. Mediante productos específicos puedes lograr que mantengan su flexibilidad el mayor tiempo posible.
  • Revisa los eyectores. A veces los eyectores de agua al parabrisas (los populares meones) están obturados o mal orientados. Es bueno que los revises de vez en cuando.