El cambio climático está golpeando a todos los sectores productivos, pero se está cebando últimamente con la agricultura. A más temperatura hay menos producción y menos superficie cultivable por las mermas de las cosechas, la mayor incidencia de las plagas y la menor cantidad de agua disponible. Y los agricultores, y posteriormente los consumidores en la cesta de la compra, están pagando una alta fractura por ello.
Más de 550 millones de euros, el 6% del valor de la producción agrícola, se pierde cada año en España a consecuencia del cambio climático, según un informe elaborado por la organización agraria COAG, que advierte de que un incremento medio de las temperaturas de 2 grados centígrados de aquí a 2050 incrementaría de forma exponencial el importe de la factura climática y puede poner en riesgo la viabilidad de cultivos como el viñedo, el aceite de oliva o el cereal.
El estudio Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española estima que en ese escenario de aumento térmico medio la superficie de viñedo de alta calidad se reduciría un 20 %; el rendimiento del trigo en el centro y sur de la Península un 15 % y en el caso del olivar, solo la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo.
En los últimos 30 años sólo los grandes desastres relacionados con el clima han provocado pérdidas de 25.000 millones de euros, aseguran los autores del informe en sus conclusiones.
Por otro lado, calcula en un 11 % la disminución de los recursos hídricos si se alcanzan los dos grados de calentamiento y ello, asimismo contribuirá a elevar la incidencia de plagas y enfermedades, lo que puede llegar a aumentar hasta en un 60 % las pérdidas actuales en el caso del cultivo del trigo. El informe avisa asimismo de que las dehesas de encinas podrían incluso llegar a desaparecer en grandes zonas de la mitad sur peninsular.
El estudio presentado por COAG precisa que se podría llegar a perder más un 10 % de la superficie más apta para los vinos de calidad en toda España y un 80 % de la superficie de variedades de olivo como hojiblanca o manzanilla en Andalucía; también podría llega bajar en torno al 8% los rendimientos del trigo en España.
Además, en el escenario de incremento de dos grados los daños podrían ser muy graves y podrían peligrar las dehesas de encina en la parte occidental de Andalucía o Extremadura; podría llegar a descender más de un 15 % el rendimiento de cereales como el trigo en algunas regiones; la superficie de viñedo de alta calidad podría reducirse en un 20 %; y en el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo.
No obstante, a partir de un calentamiento de 2,5C, incluso el rendimiento de esta variedad se resentiría de forma importante sin aportes de agua; además, las dehesas de encina podrían llegar a desaparecer en grandes zonas de la mitad sur.
El informe refleja que décadas de aumento de emisiones de gases de efecto invernadero hacen ya visibles los efectos del cambio climático y asegura que el sector agroalimentario, uno de los más importantes en España sería "de los más perjudicados, por su elevada dependencia del clima".
Por otro lado, añade que las mayores pérdidas estarán asociadas al incremento del estrés hídrico de los cultivos por el aumento de la evapotranspiración, el aumento de las temperaturas y el descenso de las precipitaciones. De hecho, este descenso iría acompañado de una mayor frecuencia de sequías, hasta 5 y 10 veces más alta si se superan los 1,5 o 2 grados.
Además, las lluvias serían más intensas, lo que generaría erosión, y se concentrarían en épocas como el otoño, por lo que el agua sería menos aprovechable por los cultivos.