El mundo de la cosmética evoluciona a un ritmo vertiginoso. Las firmas invierten millones y millones de euros en investigación y nuevas tecnologías para conseguir en sus laboratorios la mejor crema hidratante, la loción antiarrugas más efectiva, el maquillaje más natural, el pintalabios más duradero o el milagroso anticelulítico que consiga hacer desaparecer la indeseada grasa acumulada en cartucheras o abdomen.

Sin embargo, al margen de esta carrera por conseguir los cosméticos más revolucionarios, hay unos productos de belleza que ya usaban nuestras abuelas, mujeres sabias que gastando poco dinero conseguían sacarse el máximo partido, y que se siguen usando de generación en generación.

Son cremas, geles, champús, colonias u otro tipo de productos naturales, algunos de ellos con más de un siglo de historia, cuya efectividad está sobradamente demostrada. Son productos low cost frente a los cosméticos más exclusivos, algunos de ellos con precios muy elevados.

Además, ahora que está tan de moda la cosmética natural, nuestras abuelas ya la utilizaban, puesto que se lavaban la cara con jabón de lavanda o de avena, su tónico era el agua de rosas y su hidratante, la miel.

Algunos de estos productos heredados de nuestras abuelas son multiusos y siguen manteniendo sus fórmulas originales o las han modificado levemente. En algunos casos, han modernizado sus envases, esos que al abrirlos, sin duda, te transportarán a tu infancia.

Cremas hidratantes como Nivea o POND'S, el pintalabios rojo de Revlon, la laca Elnett, la colonia de bebés o el aceite Johnson, el gel Mouselle o el jabón de Magno son algunos de estos productos.

1- Crema Nivea. Avalada por una trayectoria de más de un siglo, en sus inicios era solo una crema hidratante corporal (la marca ha sacado después cremas específicas para otras partes del cuerpo). Esta crema, con su inconfundible lata azul, hidrata y nutre con su inconfundible perfume.

2- Crema hidratante facial. Nuestas abuelas ya utilizaban la crema de Pond's para hidratar su rostro mañana y noche.

3- Champú de camomila. El champú con camomila de Klorane, ese que nuestras madres compraban con la esperanza de vernos más rubios, es otro de los productos que aún podemos encontrar y que ya eran habituales en nuestro baño cuando éramos niños.

4- Colonia y aceite de bebé. La marca Johnson es experta en sacar productos para bebés que acaban utilizándolos toda la familia. Es el caso de su colonia infantil, con un perfume inconfundible, o su aceite para bebés que, con su agradable textura, hidrata la piel después de la ducha o del afeitado.

5- Pintalabios rojo. La centenaria marca Revlon en sus orígenes triunfaba entre nuestras abuelas con el pintalabios rojo. Ahora hay multitud de colores y texturas para iluminar nuestros labios.

6- Vaselina neutra perfumada. La vaselina de Gal fue el primer cosmético para muchas mujeres. Pese a su pequeño tamaño, puede tener infinidad de funciones: calma los efectos de la depilación, ilumina la piel, fija las cejas, funciona como desmaquillante, sella las puntas abiertas y muchas cosas más.

7- Geles. El gel de Moussel de Legrain Paris y su frasco inconfundible nos transportan, a los que ya tenemos una edad, a su mítico anuncio en la televisión de blanco y negro.

8- Povos de talco. Se sigue utilizando para aliviar rozaduras o calmar las pieles sensibles. Además, es el precursor del champú en seco. Se puede aplicar un poquito en las raíces y absorbe la grasa.

9- Laca. La laca Elnett de L'Oréal Paris, la favorita de nuestras abuelas desde los años 50, fue la primera laca con aerosol y hoy sigue siendo indispensable en la vida de muchas mujeres.

10- Jabón de manos. El jabón negro de Magno, de La Toja, o el amarillo, de Heno de Pravia, son dos ejemplos de jabón de manos que recordamos desde nuestra infancia.