Tener el vehículo siempre a punto es esencial para poder disfrutar de una conducción segura y placentera. Las averías por la rotura o por el desgaste de determinadas piezas nos obligan a pasar por el taller para proceder a su reparación.
Cuando llega ese momento se nos plantean dos opciones: podemos comprar recambios nuevos o, si queremos ahorrarnos unos eurillos, tenemos la posibilidad de visitar un desguace en busca de la pieza que necesitamos.
Frente al precio de los recambios originales, las piezas recicladas nos pueden suponer un ahorro de hasta el 80%.
Sin embargo, hay determinados elementos de los que no podemos tener la certeza de que están en estado óptimo y tendríamos que comprarlos nuevos. Se trata de aquellos que están relacionaos directa o indirectamente con los sistemas de seguridad activa y pasiva del vehículo. También los que sufren desgaste con el uso y el paso del tiempo y aquellos que, debido a su reducido precio, merece la pena comprar los originales.
Algunos de ellos son:
- El embrague. Puede deteriorarse de forma prematura debido al mal uso del conductor, por lo que es difícil garantizar el buen estado de un embrague de segunda mano. Si se rompe, sería conveniente ponerlo nuevo, ya que es la única forma de garantizar su buen funcionamiento y que no interferirá en otros sistemas del vehículo con los que está asociado, como es el caso de la caja de cambios.
- Los amortiguadores. Forman parte del sistema de seguridad activa del vehículo. Protegen al vehículo y a los ocupantes de golpes o vibraciones, soportan el peso del vehículo, absorven las irregularidades del asfalto y garantizan una conducción segura en áreas con curvas. Son importantes para la suspensión, dirección y sistema de frenado. Empiezan a perder eficacia después de los 30.000 kilómetros y como es complicado conocer su nivel de desgaste sería conveniente ponerlos nuevos.
- Discos de freno. Generan fricción para detener la rotación o el avance de las ruedas durante la frenada. Su deterioro depende del uso que se dé al sistema de frenado en su conjunto, lo que puede provocar que se desgaste antes de tiempo y pierda eficacia. Su precio ronda los 120 euros, pero comprarlo nuevo sería invertir en la seguridad del vehículo.
- Pastillas de freno. Son esenciales en el sistema de frenado, ya que hacen que nuestro vehículo se detenga cuando pisamos el pedal del freno. Por su importancia, no sería recomendable comprarlo de segunda mano.
- Volante motor. Al cambiar el embrague deberíamos revisar también esta pieza por su posible desgaste. Transmite el movimiento del motor a la caja de cambios y a las ruedas. Tiene dos platos separados por un muelle helicoidal y un rodamiento para un desembrague más progresivo.
- Neumáticos y llantas. Podemos encontrar en el desguace ruedas cuyo dibujo tenga más de 1,6 milímetros de profundidad, el mínimo exigido, pero no serían recomendables, ya que podrían estar caducadas o cristalizadas. En el caso de las llantas, si están castigadas pueden provocar pérdidas de aire, vibraciones...
- Sistemas de escape y filtros. Son piezas de desgaste que tienen que ver con las emisiones, los ruidos y el confort por lo que convendría ponerlas nuevas.
- Rodamientos. Permiten la rotación y el guiado de la ruedas de un vehículo. Si están defectuosos, pueden presentar holgura, romperse y hacer que caiga el cubo que sujeta la rueda.
- Correa de distribución. Es un elemento esencial del motor y provoca una de las averías más caras. Tiene una vida útil limitada y propensa al desgaste. La dificultad para determinar su antigüedad o sus kilómetros de uso al ser de segunda mano haría más fiable apostar por comprarla nueva.
- Bomba de agua. Forma parte del sistema de refrigeración del motor. Si se coloca la correa de distribución nueva, también convendría cambiarla.
- Escobillas. Es conveniente llevarlas en buen estado para que los días de lluvia nos permitan tener una nueva visibilidad. Su vida útil es limitada y va del año a los dos años dependiento de su uso y de las condiciones climatológicas. Debido a que su precio es bastante económico, sería mejor ponerlas nuevas.
- Termostato. Es fundamental para la refrigeración del motor y llevarlo defectuoso podría provocar una grave avería. Debido a que su precio ronda los 40 euros, sería preferible optar por el recambio original.
- Batería. Acumula y suministra la corriente eléctrica necesaria para que el vehículo funcione. Tiene una vida útil de unos 4 años dependiendo de su uso y desde fuera no podemos determinar su nivel de desgaste, por lo que sería aconsejable no ponerla de segunda mano.
- Airbag. Es un sistema pirotécnico que trabaja con la centralita electrónica y sensores. Estos hacen explotar la bolsa de aire. Con un ordenador se puede comprobar si funciona la parte electrónica, pero si la parte pirotécnica está obsoleta no funcionará. Tiene una caducidad de unos 15 o 20 años.