Somos lo que comemos, y por ello la preocupación en torno a la alimentación va en aumento. Las limitaciones derivadas del coronavirus han traído consigo diversos cambios en nuestras rutinas, como el aumento de los huertos urbanos.

Ubicación

Un patio o terraza al aire libre donde se pueda tener acceso a una toma de agua es la mejor ubicación para su instalación, ya que un huerto necesita un riego constante. Si este se sitúa lejos de carreteras y estructuras con pintura u otros materiales tóxicos mejor, ya que los restos podrían caer en la tierra. La orientación también es muy importante. En España, lo ideal es Suroeste o Sur para hortalizas y verduras de hoja como la lechuga, que con tres o cuatro horas al día de sol se cultivan en buenas condiciones.

Herramientas y soportes

Sin importar el tamaño del huerto urbano que queramos llevar a cabo, pudiendo ser personal o comunitario, hay varias herramientas imprescindibles para ello. Con la azadilla se remueve la tierra y se retiran los restos vegetales como las malas hierbas. Un cultivador permite arañar la superficie y airearla, mientras que un trasplantador sirve para abrir agujeros y plantar semillas y esquejes. Los guantes son útiles a la hora de proteger las manos de cortes y arañazos y dependiendo del tipo de riego, también será necesaria una regadera o manguera. Los contenedores más comunes que podemos encontrar para nuestro huerto urbano son: jardineras, macetas, cajones y mesas de cultivo, sacos de rafia, mesas de plantación, recipientes verticales, etc.

Sustrato y cultivo

A pesar de que la mayoría de plantas y árboles que se cultivan en los huertos urbanos son de fácil crecimiento, necesitan de una tierra fértil para ello. Las mejores condiciones suponen un sustrato con nutrientes, mullido y con capacidad para retener el agua, que permita el acceso de las raíces al oxígeno. Es aconsejable la rotación de cultivos, alternando plantas con necesidades nutritivas distintas en un mismo lugar durante diferentes ciclos. Así se evita que el suelo se quede sin nutrientes.

Semillas

En los huertos urbanos es recomendable optar por productos agrícolas frondosos y que produzcan fruta, por ejemplo, lechugas y tomates, en lugar de cultivos de raíces, como zanahorias y patatas. Es importante la compra de semillas y plantas provenientes de fuentes que garanticen que sus productos no se han expuesto a ningún pesticida.

Riego

El tipo de riego y la frecuencia dependerá del tamaño y las especies cultivadas. Por ello es importante agrupar las verduras y hortalizas en función del agua que requieran, para que así todas reciban la cantidad adecuada. Las necesidades también varían en función del lugar de plantación, por ejemplo si se planta en soportes, estos deben tener un sistema de desagüe para que drenen y evacúen el agua sobrante.

Control de plagas

Optar por lo orgánico es lo más natural, sin utilizar pesticidas y empleando métodos respetuosos con el medio ambiente para eliminar insectos, hongos y plagas. Contra las hormigas son eficaces el zumo de limón, el vinagre, la canela, la vaselina, la levadura o el café. También se puede plantar albahaca para repeler insectos en general, manzanilla contra los pulgones y orégano contra hongos. El uso de plaguicidas orgánicos y otros métodos como la rotación de cultivos son formas responsables de cuidar el medio ambiente.

Diferencias entre cultivar y comprar

Si te preguntas si merece la pena montar un huerto urbano, según La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), "proporcionan alimentos frescos, generan empleo, reciclan residuos urbanos, crean cinturones verdes, y fortalecen la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático".

La instalación de huertos urbanos va ligada a una agricultura ecológica y respetuosa con el medio ambiente, por lo que, cuanto menos tiempo pase desde que el alimento es recogido hasta que se sirve en nuestro plato, mejor. El tiempo de conservación de los frutos de pequeños cultivos es mayor, y se evita la ingesta de restos de productos químicos o pesticidas empleados en las grandes plantaciones.

Otro factor diferenciador es el precio. En concreto, el coste de muchos alimentos básicos se ha multiplicado hasta por nueve al pasar del campo a la mesa el pasado mes de octubre, según el Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) que elabora La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). La plataforma hortofrutícula Consentio ha detectado una subida del 30% en el precio de frutas y verduras, también desde octubre.

Para llevar una vida saludable es necesaria una educación alimentario-nutricional, donde exista una planificación de un menú semanal, teniendo en cuenta la preparación y el procesado de los alimentos, mediante técnicas culinarias seguras y saludables. Mente sana en cuerpo sano, porque quien come con cordura, por su salud procura.