Rosalía es tan activa en las redes sociales (tiene nada menos que 18 millones de seguidores en Instagram) que comparte lo bueno que le pasa, que es casi todo, pero también lo malo, que no es tan malo. Como lo que le pasó este fin de semana en Miami, donde se encontraba de promoción.
La catalana había acudido a una calle para pintar un pequeño grafiti en una acera que anunciaba la salida de su nuevo disco, Motomami, en 2002, y dejó su coche aparcado "cinco minutos", según ella, para realizar la pintada y marcharse. La zona de aparcamiento era de pago y al retornar al vehículo (un espectacular pick-up Ford F-150 Raptor) Rosalía se encontró con una multa y una citación de la Policía, para quien aparcar y no poner el ticket es un acto considerado como vandalismo.
Ella misma mostró la multa a sus seguidores en Instagram y en Twitter, con una cara de disgusto que no se esforzaba en disimular. La barcelonesa, que lleva ya años viviendo en Estados Unidos, deberá pagar la multa si no quiere que los problemas aumenten ya que los casos de impago o de reincidencia pueden terminar en deportación.