Martín Berasategui y David de Jorge se pasaron este jueves por El Hormiguero para presentar el libro que han escrito a medias (Pan comido. Más recetas sin vergüenza), que se publica el 11 de noviembre, y allí se soltaron en una distendida conversación en la que el poseedor de 12 estrellas Michelin explicó las trampas que tuvo que hacer en el internado Lekaroz para poder dedicarse a la cocina.
“Estaba interno en Lekaroz y necesitaba que me expulsaran del colegio para empezar como aprendiz en la cocina. Tenía que suspender las diez asignaturas, porque si suspendía nueve tenía que repetir un año. Entonces le pedí al padre Chapas, que era moderno para la época: “Oye, padre Chapas, te veo vocacional, siempre con la sonrisa de par en par y haciéndonos felices, quiero que hables con mi madre y con mi tía para que me dejen ser aprendiz de ellas, pero les tienes que llamar”, relató sonriente Berasategui.
El padre Chapas cumplió y así empezó, hace 47 años, uno de los cocineros más reputados del mundo, que además, con otra trampa, ayudó a David de Jorge a comenzar a despuntar entre fogones. “Martín me ayudó a mentir porque yo no tenía la edad suficiente para participar en el Campeonato del Mundo que se celebraba en Lyon, y él me falsificó todo”, explicó De Jorge.