le interesan el paisaje rural, esos pueblos que a veces están perdidos de la mano de Dios, donde el ritmo de vida está muy por debajo del que se impone en las urbes más grandes. “En esta edición, la quinta, hemos ido a los pueblos que van quedando vacíos porque los más jóvenes no tienen oportunidades laborales”, comenta a DNA Jesús Calleja a dos días de comenzar una nueva etapa de Volando voy. En este nuevo periplo los espectadores podrán ver cómo viven los habitantes de los recónditos lugares que va a visitar el programa de Cuatro a partir del domingo.

El Parque Natural de las Sierras Subbéticas, en Córdoba; el Camino Lebaniego, en Cantabria; la Serra do Courel, en Lugo; el Parque Natural del Cap de Creus, en Girona; las comarcas al norte de Granada; el Valle de Laciana, en León; y el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en Huesca, son los destinos de los nuevos programas. En las entregas de la quinta temporada se pondrá el foco en las necesidades de la España rural y se aportarán ideas para paliar los problemas a los que se enfrenta, como la despoblación y los peligros medioambientales. Jesús Calleja ha querido poner el dedo en la llaga del cambio climático: “Es espectacular los cambios que está sufriendo el Planeta. Lo ven la mayoría de los ciudadanos, el 99% de los científicos, pero no lo ven algunos políticos que por intereses económicos siguen actuando igual. Se han dado todas las alarmas, pero...”, comenta el aventurero.

A vista de pájaro “Me sigue fascinando que la gente mayor se quiera reír, que quiera compartir sus experiencias con nosotros con esa libertad que les da la edad para decir lo que quieren y como quieren. Tenemos grandes historias contadas desde el helicóptero, historias con las que he reído y he llorado mientras recorríamos lugares que todos vais a querer conocer en persona”, explica Calleja.

Sin dejar de lado su característico sentido del humor y las emociones que genera el contacto con los habitantes de los lugares que visita, Calleja asume en las nuevas entregas de Volando voy un mayor compromiso con el medio rural. Cada semana tratará cuestiones de gran importancia, como la despoblación y los problemas medioambientales, dando a conocer los recursos y posibilidades que ofrecen los lugares visitados para atraer a la gente joven, su motor principal de cara al futuro, y poniendo el foco sobre otros que han apostado por ese estilo de vida y no quieren abandonar su tierra.

“Nos hemos dado cuenta de que el futuro de los pueblos pasa por una regeneración de juventud. Hace falta un turismo esperanzador, ilusionante, sostenible, que funcione y lo más importante es que los jóvenes conecten con esa idea. Vamos a ver gente muy joven que apuesta por vivir en su tierra porque es donde son felices: gente que se dedica al ganado, a la apicultura o que incluso monta negocios en sitios donde jamás imaginarías”. Jesús Calleja señala que a veces es imposible sobrevivr explotando los recursos humanos de estas zonas remotas y que ahondar en un turismo de calidad y con opciones de entretenimiento basadas en la naturaleza puede resolver muchas situaciones laborales.

viajes al infinito Volando voy ha viajado a siete zonas muy diversas, algunas de ellas todavía desconocidas para el gran público: territorios semiáridos, parques con alta protección ambiental, zonas costeras y también zonas olvidadas. “Llevamos casi 30 episodios emitidos y hemos visto que hay lugares realmente espectaculares en España. Algunos ni sospechábamos que podían existir y casi ni nos sonaba su nombre. Vamos a mostrar desde el helicóptero sitios realmente alucinantes”, comenta emocionado Jesús Calleja.

En el programa de estreno, Calleja viajará a su tierra natal (Léon) para visitar el Valle de Laciana, una zona con una naturaleza exuberante que recoge, a través de construcciones abandonadas, la historia de la minería del carbón en la comarca. Las explotaciones mineras fueron el motor de su economía, pero hoy están abandonadas y la gente de la zona busca alternativas para subsistir, como Juanjo y Abel, que han convertido una antigua mina en una fábrica de cerveza.

Otros guías de Calleja en su periplo por Laciana serán Manolín, un minero retirado que protagonizará uno de los momentos más emotivos de toda la temporada al visitar una explotación; y Elisa, una octogenaria que trabajó limpiando los vestuarios de mineros para sacar a sus ocho hijos adelante y que dará algunas de las anécdotas más hilarantes y entrañables del programa.

Además, Jesús Calleja contará con la participación de su amiga Mercedes Milá, que le acompañará en la misión final del programa: trazar una ruta ciclista que pasará por antiguos edificios mineros y zonas boscosas para dar a conocer el lugar y recoger el legado minero que ha caracterizado la comarca.

Una de las misiones más llamativas del programa tendrá lugar en la Sierra do Courel, (Lugo), donde el objetivo será recuperar un patrimonio histórico oculto por la vegetación: las alvarizas, unas construcciones de piedra muy antiguas que se construían para proteger las colmenas de los ataques de osos. “Es emocionante ver cómo disfrutan en el helicóptero personas que nunca han salido de la zona y que mucho menos han volado. Es un programa para recrearte con historias contadas por los habitantes de estos lugares”, asegura Jesús Calleja.