los gemelos Javier y Sergio Torres se despiden, al menos temporalmente, de la televisión en marzo y lo hacen publicando un nuevo recetario con más de 1.500 preparaciones cocinadas en más de 700 programas en La 1, tras lo que volcarán todos sus esfuerzos en su nuevo restaurante en Barcelona, que luce dos estrellas Michelin y esperan una tercera.

Reconocen que la televisión, en la que debutaron con Cocina2 y siguieron con Torres en la cocina, “engancha”, una experiencia “que ha merecido la pena” porque han llegado “a muchas familias y muchos niños”, y han conseguido que “cocine mucha gente”.

Se les llegó a ver como “el relevo evolucionado de Karlos Arguiñano”, al que admiran “tremendamente”, pero tras la apertura a mediados de este año de Cocina Hermanos Torres, un restaurante que “ofrece un concepto de experiencia que no existe en el mundo” basado en “cocinas con mesas”, consideran que “no tiene sentido dispersarse”.

“La gente no se da cuenta de que estar ante la cámara chupa mucha energía”, apunta Javier. “Grabaciones de siete de la mañana a siete de la tarde para poder estar en el servicio de noche, repaso de guiones, preparación de recetas...”, apostilla Sergio.

A cambio han recibido “un cariño de la gente que pone la piel de gallina” y han publicado dos recetarios de esa “alta cocina aterrizada con toque Torres” asequible para los fogones domésticos, que se han convertido, según la editorial, Plaza & Janés, en los libros de cocina más vendidos de 2016 y 2017, algo que esperan que se repita con éste último.

Por ello a Dani García, que acaba de recibir la tercera estrella Michelin en el restaurante que lleva su nombre en Marbella (Málaga) y que tomará el relevo televisivo a los gemelos, le desean “toda la suerte del mundo” y “que se lo tome con calma, porque la televisión es un aprendizaje constante”.

Ellos centrarán sus “energías” en Cocina Hermanos Torres, donde van a por el tercer “brillo” de la guía roja “a muerte. Nos apetece mucho, necesitamos vivirlo, cocinar, disfrutar, porque estamos como niños con zapatos nuevos, la verdad”, dice Javier.

Y porque el comensal, “cuando viene, quiere verte”, añade Sergio: “Lo entiendo y es lícito: el que viene hace un esfuerzo económico y quiere que les cocinemos nosotros. Una de las claves del éxito de tener el restaurante lleno es estar allí, porque se crea un vínculo muy especial con el cliente”.

Recuerdan además que “la nave de los sueños”, que cuenta además con un espacio de I+D y un aula de formación, tiene “más infraestructuras para seguir creciendo”, con proyectos como uno para jóvenes en riesgo de exclusión social y con pequeñas discapacidades y un Centro Gastronómico de Alto Rendimiento.

“Hemos dado un salto cualitativo profesionalmente y ahora lo que más nos preocupa es nuestro restaurante”, donde ofrecen una cocina “basada en la pureza del producto, avanzando hacia la belleza y hacia el sabor”, explican intercalando ideas los hermanos.

Todo ello para ofrecer, en un escenario que “combina la elegancia del camarero con la sabiduría del cocinero”, platos que llevan preparaciones de hasta 50 días, como el praliné de hueva de atún; combinaciones “al límite” de dulce, salado, amargo y agrio, como la ensalada de moras silvestres con helado de pesto de acederas, aceituna negra y alcaparras, o en los que emplean impresoras 3D para hacer “cosas bellas que antes nos parecían imposibles”.

Además de mantener Madrid Dos Cielos, se han propuesto dar de comer bien en los aeropuertos con Alas, un restaurante informal que abrió en verano en al T1 de Barcelona-El Prat y con miras de crecer, y Eslam, un espacio de ensaladas, pizzas y bocadillos de calidad para llevar, que arrancará en enero en la T2. Del primero han recibido la felicitación nada menos que de Joan Roca, del “triestrellado” Celler de Can Roca (Girona). - DNA