El Tarraco es la derivada larga del Ateca. Pero, no solo es eso. Además, representa el nuevo paradigma de automóvil familiar moderno al someter este concepto tradicional al influjo del diseño SUV. La tercera propuesta crossover de SEAT hereda la plataforma y buena parte de los componentes del Kodiaq y del Tiguan Allspace, las otras dos interpretaciones del mismo proyecto del grupo Volkswagen. Los concesionarios comienzan a mostrarlo este mes, aunque la comercialización oficial será en febrero. El Tarraco propone inicialmente dos motorizaciones diésel y dos de gasolina que coinciden en rendimiento (150 y 190 caballos), da a elegir entre tracción delantera e integral y oferta dos puestas en escena. La tarifa oficial, sin considerar los más que probables descuentos promocionales, arranca desde 32.650 euros.
Aunque la batalla por el mercado SUV se libra en el campo de los modelos de talla media, los que están por debajo de los cuatro metros y medio, las marcas contendientes no dejan de explorar y abrir nuevos frentes. En uno de ellos participan los candidatos de dimensiones más escuetas (es el caso del Arona) y en otro lo hacen los de proporciones y capacidades superiores. Ahí es donde aterriza el Tarraco, una creación que pone rumbo hacia la clientela a la que el Ateca y sus rivales se les quedan pequeños, bien sea por aforo o bien por capacidad. El nuevo SEAT se dirige precisamente hacia esas personas que, a la hora de elegir coche, consideran el espacio una prioridad.
Por más previsible que pudiera resultar este producto, que nace condenado a tener como referencias directas a su exitoso hermano compacto y a los primos de Skoda y VW, el desenlace de la operación depara una grata sorpresa. El equipo de diseñadores de la casa no se ha resignado a plantear una versión estirada del Ateca y ha acertado a dotar al Tarraco de identidad propia. Lo ha conseguido aplicando elegantes y singulares líneas de expresión que confieren una prestancia digna de una marca Premium. A ello contribuye la generosa eslora -añade 28 centímetros a la del compacto, para alcanzar 4,74 metros- que da empaque a un conjunto rematado por una ambientación y unos materiales esmerados.
El modelo aprovecha esa magnitud, que no está reñida con una estimable esbeltez, para habilitar una cabina holgada y bien resuelta. Ofrece dos configuraciones, una con cinco asientos y otra de siete. Esta última incorpora la ya habitual solución de una tercera línea de asientos escamoteables, que se pueden replegar y alojar en un cofre situado el piso del maletero. Una vez extendidas, estas piezas aptas para adultos ágiles y de baja estatura reducen de manera drástica la capacidad del portaequipajes. La distribución interior de siete plazas respeta 230 de los 760 litros originales, hueco en el que se puede alojar un par de maletas de tipo avión y poco más.
En el aspecto dinámico, el nuevo candidato da la talla y se pone casi a la altura de su hermano menor. Acusa, claro está, el incremento de eslora y peso, pero mantiene el tipo mejor de lo que se podía sospechar. Para garantizar esa desenvoltura, el fabricante ha descartado las mecánicas menos solventes, componiendo el abanico motriz inicial con cuatro alternativas. Son las que plantean los bloques TDI 2.0 de 150 y 190 CV y los TSI 1.5 y 2.0 con idénticas potencias.
El menor de los gasóleos programa la tracción delantera con caja manual de seis marchas y la tracción total asociada a transmisión automática DSG7; esta configuración es la asignada también al motor más solvente. La oferta de gasolina repite estrategia al reservar el automatismo y las cuatro ruedas motrices para la variante de 190 caballos. SEAT tiene previsto equipar al Tarraco en 2020 con una motorización híbrida enchufable de 210 caballos.
El modelo incorpora una ruleta giratoria al pie de la palanca de marchas para seleccionar el tipo de respuesta del vehículo (acelerador, dirección, caja automática, suspensión, etc.). Dicho mecanismo propone tres modos fijos (Eco, Normal y Sport) y otro personalizable al gusto del consumidor. Las interpretaciones con tracción integral 4Drive añaden dos programas más, uno para rodar sobre superficie deslizante (Snow) y otro adecuado para dejar atrás el pavimento (All Terrain).