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“Con ‘Patria’ ya duermo poco, el ‘procés’ se lo dejo a otro”

El donostiarra, que trabajaba en narrar cómo ETA dividió a la sociedad vasca, leyó la novela de Fernando Aramburu y se dispuso a adaptarla como una serie, que se grabará íntegra en la CAV.

“Con ‘Patria’ ya duermo poco, el ‘procés’ se lo dejo a otro”Foto: Efe

Madrid- Aitor Gabilondo ha ido construyendo la serie Patria, la primera producción española de HBO, al ritmo del creciente éxito de la novela homónima de Fernando Aramburu en la que se basa, una “responsabilidad” y un “reto” tras los que piensa acometer proyectos más livianos, entre los que no figura el procés. Al guionista y productor donostiarra, responsable de series como Vivir sin permiso o Allí abajo, se le adelantó Aramburu en la idea de narrar cómo ETA dividió a la sociedad vasca, así que dejó el texto en el que trabajaba y se dedicó a adaptar la novela para una serie que se rodará íntegramente en la Comunidad Autónoma Vasca y con la que busca reflejar el dolor, pero “con una mirada hacia la luz”.

¿Siente la responsabilidad de llevar al mundo audiovisual una novela de tanto éxito?

-Es un reto apasionante, la novela me gustó mucho y vi que podía convertirse en serie. Lo afronto con mucha ilusión y la responsabilidad de estar a la altura del libro, porque, cuando comencé con el proyecto, no era el fenómeno de hoy, sino que ha ido creciendo.

También de encargarse de la primera producción española de HBO...

-Por si fuera poco. La mirada vasca y española la tenemos nosotros, pero pretendía que la serie tuviera mucha difusión y una dimensión internacional, y HBO es el mejor sitio para contar esta historia.

Y siendo donostiarra.

-Sí. Desde que leí la novela y en el proceso de adaptación, las emociones que remueve, los recuerdos que te trae, ser vasco y haber vivido de manera muy cercana lo que se narra en el libro y más cosas dan un cosquilleo grande en el estómago. Voy a volver para grabarla allí, y es una responsabilidad todavía mayor la de tener la sensibilidad y concentración necesarias para contar esta historia bien.

¿Cuánto hay de fidelidad a la novela en su adaptación?

-He sido fiel al espíritu y a la estructura de la novela, que juega con voces distintas y saltos temporales. He buscado una técnica audiovisual equivalente porque era muy importante el modo de contarla, ya que hace que impacte más. Es como un sirimiri que empieza mojándote poco y, según vas leyendo, te empapas más de una historia que acaba pesando mucho. Yo aporté la perspectiva desde donde lo viví, es mi punto de vista sobre el libro.

Están en la fase del casting. ¿Qué puede adelantar?

-Estamos en ello, todavía no hemos terminado. Igual que la novela, la serie pretende ser un reflejo lo más fiel posible de lo que sucedió, por lo que la haremos en castellano, pero también se hablará euskera, por lo que espero contar con la mayoría de actores vascos. No busco conocidos ni desconocidos, sino adecuados para cada papel. Son personajes muy icónicos y deben encajar muy bien, con pretensión de verdad, verosimilitud y emoción.

¿Será la serie ecuánime con ambas partes del conflicto?

-Espero ser ecuánime. El único posicionamiento es el humano, acompañar a los personajes en su drama y estar cerca de ellos y escucharles. El espectador sacará sus propias conclusiones. Intento tener empatía y sensibilidad con todo el mundo, más con los que han sufrido lo que se cuenta en el libro. Son hechos dramáticos y duros, que remueven, pero no por ello hay que dejar de contarlos. Al revés, hay que dejar testimonio e ir construyendo un relato colectivo, cada uno desde como lo vivió y sintió, y esta es la aportación que yo quiero hacer a este relato colectivo. Hay dolor, pero con una mirada hacia la luz.

¿Qué proyectos le gustaría hacer próximamente con su productora, Alea Media? ¿Se atrevería con el procés?

-Acabamos de estrenar Vivir sin permiso, estamos a punto de acabar el rodaje de la segunda temporada en Galicia y esperamos que no tarde mucho en estrenarse. Me gustan las historias que tocan la actualidad, la realidad, dar una mirada sobre lo que está pasando, pero, si ya duermo poco, ni te cuento si tocara el procés. Se lo dejo a otro, si le apetece, que lo haga. Patria es un marmitako, con uno es suficiente, no puedo comerlo todos los días. Lo siguiente será una ensalada.

¿Está el mercado saturado de series?

-Ha cambiado el paradigma y ahora se parece un poco a los libros. Vas a una librería y de repente encuentras un montón de novedades cada semana, pero no da tiempo a consumirlas. Ahora es una carrera difícil de seguir, pero lo bueno es que el acceso es sencillo para todo el mundo en general y hay contenido para todos los gustos.

¿Es más complicado adaptar una novela por la idea que pueda tener la gente tras leerla o escribir un guion original?

-Es la primera vez que adapto una novela, porque me gusta contar historias propias, pero lo he disfrutado. Yo estaba escribiendo una historia similar cuando supe que Aramburu trabajaba en Patria. Mi historia se iba a llamar Todos los colores del verde, por una canción de Raimon sobre Euskadi, y cuando leí lo de Aramburu pensé “¡mierda! Se me han adelantado”. La leí, vi que no la iba a superar, guardé mi historia y me puse a adaptar Patria. La pasión al hacer algo propio es mayor, pero ambas opciones tienen sus dificultades. Aquí el problema era ver cómo aumentaban las expectativas conforme iba escribiendo. Llegué a pensar, “¡dónde me he metido!”, pero se me pasó.